capitulo 3

35 5 2
                                    

Finalmente, hoy es miércoles (último día de entrevista). Me levanto de mi cama y camino hacia el baño para darme una ducha con agua caliente.

Hoy puedo llegar hasta las 2 p.m a la oficina, puesto que no hay nada importante que hacer antes de esa hora. Me preparo para ir por un café,  ya que quiero relajarme y salir de la rutina. Me pongo un  jeans y una blusa color negra con una chaqueta de piel encima  y voy por mi auto, pero no el de siempre si no que un convertible morado(mi color favorito), cualquier persona que me viera en este auto y con este atuendo no pensaría que soy la dueña de la empresa West, ya que mi vestimenta y mi auto no parece ser de la gran persona profesional de la oficina, pero no me importa en lo más mínimo, soy una joven de 25 años que desde los 21 he dejado mi vida de chica  normal para ser una empresaria gracias a mi padre. Así que tengo derecho  de vez en cuando  a comportarme como lo que soy, "una joven con aspiraciones alocadas."

Llego  a la cafetería y me encuentro con muchas parejas en la mesa. ¡¡Demonios!! es 14 de febrero. Tomo asiento en un lugar que está  justo al centro de la cafetería y ordeno un café. Este momento es tan incomodo, pero no siento envidia por estas "parejitas felices"  ya que, no anhelo tener una pareja.

Observo la puerta  de la cafetería mientras tomo mi café y veo llegar a un hombre, su rostro me parece familiar pero no logro saber con exactitud de quien se trata. Me quedo haciendo memoria y... ¡BINGO!  es Ethan, el chico de la entrevista. El chico me ve por unos segundos y desvía la mirada, frunce el seño al observar todo el lugar y lo escucho decir al mesero:

-Entonces, ¿no hay lugar disponible?

-No, lo siento señor, pero puede esperar a que se desocupe una mesa, claro, si gusta.- le dice el mesero amablemente.

Instintivamente me levanto de mi silla y me acerco a Ethan, le dedico una sonrisa, y me quedo sin aliento por unos segundos... Hasta que logro decirle:

-Disculpa, soy Amber West, hace un par de días fuiste a una entrevista a mi oficina, ¿me recuerdas?-digo un poco nerviosa.

-Claro que la recuerdo, señorita West, pero que.... diferente se ve.- dice asombrado.

-Vi que no has encontrado lugar, y yo me encuentro sola en una mesa, si gustas puedes sentarte conmigo- le digo amablemente.

-Oh, muchas gracias, pero no me gustaría incomodarla.

-No, no me incomoda, si te invito es porque realmente no me incomodas, además seria bueno para conocerte mas y hablar sobre el empleo.-


-Está bien, muchas gracias- dice, y nos dirigimos a la mesa.

Nos sentamos y le doy un sorbo a mi café, lo observo un par de segundos y me doy cuenta de que es un chico apuesto, sus ojos son verdes aceitunados y su mandíbula tiene una forma cuadrada pero queda muy bien a su rostro, su tez es blanca y sus mejillas tienen un poco de color rosado. Viste un pantalón negro y una camisa de manga larga con botones, se ve muy profesional, si no lo hubiera entrevistado jamás pensaría que está desempleado.

-Y bien, dime, ¿Cuál es tu edad?.-pregunto.

-Tengo 28 años- responde fríamente

- Yo tengo 25, por si tenias la duda-digo sonriendo.

-Oh disculpe, si tenía cierta duda solo  que a veces no me gusta ser entrometido.

-¿Me estás diciendo entrometida?- digo vacilando.

-No señorita, por supuesto que no, solo que creí que .... cielos no sé qué decir.-dice muy nervioso.

-No te preocupes-rió-  solo bromeo. Disculpa, hablemos de otra cosa que no sea empleo vengo a  relajarme de ese ambiente, y supongo que tu también. Háblame de ti.


Se nota nervioso y confundido, supongo que no se esperaba nada de lo que le dije, pero se digna a hablar un poco sobre sus pasatiempos favoritos, su ciudad de origen y un poco de sus estudios. Es muy interesante escucharlo ya que él estudió  administración de empresas y comunicación, me cuenta que el quería ser narrador de partidos de fútbol en México, ya que su padre  es de origen mexicano y siempre lo orilló a ese deporte, pero,  que le fue muy difícil entrar en el mundo de los medios y ahora aquí esta; buscando empleo en  alguna empresa en Nueva Orleans.

-Pero bueno, le confieso que estoy muy sorprendido de verla así, sabe... se ve más joven así vestida, nunca pensé verla así.

-Sabes, yo también tuve aspiraciones, siempre quise ser una chica rebelde, pero mi trabajo no me lo permite, ¿pero, porque no imaginar serlo de vez en cuando?- digo, y ambos reímos.

-Bueno tengo que irme, ya es un poco tarde, pediré la cuenta- le digo y llamo al mesero, quien viene ya con la cuenta.

-Sí, yo también tengo que irme.- se levanta y me quita el papel de la cuenta y la deja en la mesa con un billete.

-La acompaño a la salida.- dice.

-Sabes, esos cafés los pagaría yo, que grosero eres.-le digo.

-Disculpe, no confunda la cordialidad con ser grosero.

-Está bien-digo mientras me subo a mi auto-.Estas contratado.

-¿Qué? -dice, con los ojos abiertos como platos.

-Yo también quiero ser cordial, adiós.- digo y arranco el auto.




A través  de tus ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora