A través de tus ojos.

capitulo 5

Me encuentro en la sala observando a mi madre que está en la cocina, le platico un poco de lo que ha sucedido hoy en la empresa y me aconseja que observe bien a Norman, también me dice que debería de contratar a un espía o algo así, le confieso que es lo que acabo de hacer, contrate a alguien que sea como "mis ojos", por así decirlo.

A decir verdad me siento más tranquila al saber que mi madre me apoya con esto, me acerco a ella y le doy un tierno beso en la mejilla. Subo a mi habitación , me acuesto en la cama y caigo en un profundo sueño.

Son las 7 de la mañana y me despierto, tomo una ducha y bajo a desayunar , no está mi madre(fue a sus clases de yoga) así que me toca prepararme el desayuno , a decir verdad no soy buena en la cocina, así que me preparo un té y tomo un pan tostado junto con una manzana. Me siento en la sala y veo un poco de televisión esperando a que sean las 8: 00 am para irme a la empresa. Recibo una llamada y es mi hermana menor Emma, que vive en Los Ángeles, donde toma clases de actuación. Me empieza a contar que le va muy bien pero que necesita un poco de dinero porque quiere organizar una fiesta ya que viene su cumpleaños número 20... cielos! como pude olvidarlo. Le digo que no se preocupe que le hare llegar 10 mil dólares a su tarjeta y además le regalare otra cosa, se despide de mi muy emocionada y cuelga.

Son las 8 de la mañana y me tengo que ir a la empresa, que queda a 20 minutos de mi casa, en la carretera hay mucho tráfico y me bajo del auto para observar que es lo que pasa, me doy cuenta que fue un accidente de un chico en una moto y un carro, es aquí donde agradezco a mi padre por dejarme a cargo de la empresa, porque quizá a estas alturas fuera una chica rebelde en moto y tal vez terminaría como ese chico.

Luego de 15 minutos de estar parada en el trafico los autos comienzan a circular, me apresuro a llegar a la oficina y afortunadamente son las 8: 45 am.

Me encuentro a Ethan sentado afuera de mi oficina.

-Buenos días, señor Rowan, venga conmigo a la oficina.-ordeno.

-Buenos días señorita.-Me saluda.

Entramos a mi oficina y le digo de todo lo que se trata su empleo, pero solo le digo lo de ser asistente-secretario, me limito a confesarle que su trabajo real es checar cada movimiento de mis trabajadores.

-Sí, entiendo señorita, disculpe, ¿le puedo hacer una pregunta?- dice, y yo asiento.-¿Para qué necesita un nuevo asistente, sí ya tiene demasiados?-pregunta.

-Esto es algo, em.. diferente, por ahora prefiero no hablar de ello y le sugiero comenzar a trabajar, su oficina queda justamente a lado derecho de la mía, ya está lista para que se instale en ella.

- Ok, gracias.-responde y sale de mi oficina.

Trabajo por un largo rato en mi oficina y me doy cuenta que ya son las 2 p.m ,recuerdo que no eh enviado a Ethan a comer y me apeno por el, debe estar muy hambriento, puesto que yo también tengo hambre. Salgó rápidamente de mi oficina y me dirijo hacia la de él. Toco la puerta y espero a que abra.

-Adelante.-dice, abriendo la puerta

-¿En qué puedo ayudarle señorita West?-pregunta asombrado al verme.

En estos momentos estoy tan cerca de él, que noto que su mirada es tan... tan... no lo sé, es extraña y me pone nerviosa.

-Em.. vengo ah...-balbuceo, nerviosa- Vengo a decirle que ya puede salir a comer .-digo finalmente.

-Está bien señorita, disculpe, me recomendaría algún sitio cercano para salir a comer?-pregunta.

-De hecho yo también iré a comer, si gusta puede acompañarme le aseguro que es un restaurante de comida italiana muy deliciosa- le invito muy segura.

-Claro, permítame guardar algunos papeles, adelante, pase por favor.

Entro a su oficina y lo observo acomodar algunos papeles, la verdad es que es un tipo muy atractivo, pero no es de mis gustos, de hecho no sé quien podría ser de mis gustos porque ahora estoy en un momento de mi vida donde solo me dedico a trabajar.

Vamos camino al restaurante en mi auto, un mercedes benz plateado muy elegante, que queda perfectamente a un estilo de empresaria. Ambos nos mantenemos en silencio, hasta que finalmente se digna a hablar.

-Es muy bonito su auto, aunque me imagine que sería el convertible morado de la cafetería.-dice, esbozando una sonrisa.

-Gracias, sabes... este auto solo lo utilizo para la empresa, el otro es... es especial, es el que me define como Amber y no la señorita West.- le digo con una voz un poco triste.

- Entiendo, ¿cómo es que, siendo tan joven es la dueña de la empresa?-pregunta un poco apenado.

-Mi padre murió cuando yo tenía 15 años, solo somos dos hijas y yo soy la mayor, así que en su testamento me dejo como la dueña de la empresa cuando cumpliera 21 años. Así que, mírame, aquí estoy.- digo un poco triste pero a la vez orgullosa.

-Lo siento mucho,- dice, y yo asiento.

-Descuida.- le digo.

Bajamos del auto y nos dirigimos al restaurante, ordeno lo que más me gusta del menú y lo observo algo indeciso o confundido, me dice que no sabe que ordenar, así que le ordeno lo mismo que yo eh ordenado estoy segura que le va a encantar. Luego de unos minutos empezamos a comer y me doy cuenta que me observa mucho, no sé si será que me eh manchado la boca o algo por el estilo, pero, me intimida su mirada.