Capítulo 5

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La morena al oír lo dicho por la ojiazul, dejó su café en la mesa más cercana y salió disparada en busca de su profesora de lengua, la señorita López, a la cuál encontró en el aula 123, que era dónde impartía sus lecciones de lengua y de inglés.

Carina se detuvo en seco frente a la puerta del aula, lo que provocó que la Maya, quién la había estado siguiendo de cerca, chocara de manera bastante brusca con la italiana, la cuál por culpa del golpe, se tambaleó y os prometo que se había tragado la puerta si Maya no la hubiera sujetado por el brazo en el último momento. 

La más alta, ante esto, se dio la vuelta hacia la ojiazul.

-Gracias.-murmuró la morena agradeciendo con la mirada a la ojiazul, quién asintió levemente.

Carina había salido tan rápido, que no se había percatado de que, a su vez, había salido la rubia también.

La italiana llamó a la puerta y no entró hasta que escuchó un "adelante" que procedía del interior del aula.

-Buenos días señorita López, en primer lugar, quería disculparme por interrumpir sus importantes que haceres más, hay un asunto de vital importancia que debo tratar con usted.-comenzó la italiana. Ante esto, Maya rodó los ojos por culpa de lo dicho por la pues la rubia no sabía dónde se había metido la Carina gritona y mal hablada que le había gritado la noche anterior. "pelota "pensó la ojiazul.

-Cuéntame Carina, ¿qué necesitas?-Interrogó la profesora mientras se apoyaba sobre su mesa y centraba su atención en su alumna favorita. Ella no admitiría que Carina es su favorita por todo eso de que los profesores se supone que no deben tener favoritos pero hacerme caso cuando os digo que Carina ES la favorita de la señorita López.

-Pues verá, supongo que conocerá a la señorita Bishop.-Dijo Carina recibiendo un asentimiento por parte de su profesora por lo que decidió continuar.-Vale, pues resulta que, mientras estaba en el club de periodismo que, como muy bien sabrá, yo fundé, mi compañera aquí presente y por ende, su alumna, entró afirmando que, ya verá que tontería, usted le había dicho que debía pasar la cifra de nada más y nada menos que, siete meses en mi club, por lo que he supuesto que se trataba de un error y he decidido venir a aclararlo con usted en persona.-Finalizó la italiana. Wow, segundo rodamiento de ojos de la ojiazul. Rubia, déjame decirte que a la próxima se te saldrán las órbitas de los ojos. 

-No se trata de ningún error Carina.-Informó la señorita López.

-Lo sabía, estaba claro que no podía ser que...-Carina se detuvo en seco parando a procesar un segundo las palabras dichas por su profesora.-Espere, ¿ha dicho que no se trata de un error o es que lo he oído yo mal?-La profesora, ante la pregunta de su alumna asintió y comenzó a explicarse. 

-No es ningún error. Las notas de la señorita Bishop en mi asignatura son muy bajas y no le da para lograr aprobar, por lo que, he decidido, y disculpa por no habértelo comentado antes, que pase el tiempo que tú muy bien has dicho dentro de tu club para que, de esta manera logre conseguir una serie de créditos y de puntos extra que le hagan llegar al menos al cinco pelado.-comentó la profesora a la morena.

En este momento, la cara de la italiana era un cuadro de exhibición. Se le habían desencajado completamente las facciones e incluso le temblaba ligeramente el ojo derecho. Daba gusto verla, hacerme caso. 

-Con todos mis respetos señorita, ¿qué se supone que va a aportar ella al club? Es más, ¿qué tarea le encargo? Si suspende lengua, no creo que sepa hacer ninguna de las labores que requiere un club de periodismo sin fastidiarla. Y, como muy bien sabrá, me tomo muy en serio el trabajo que se hace en mi club y me preocupo especialmente por hacer que las cosas queden perfectas y si ella está en el club, probablemente las cosas no salgan perfectas.- Dijo la morena provocando que la rubia soltara un quejido.

-Oye que estoy aquí.-protestó la ojiazul pero de poco le sirvió pues la italiana ignoró completamente sus quejidos ya que le entró por un oído y le salió directamente por el otro sin parar ni siquiera en la parte de su cabeza en la que está localizado su cerebro.

La profesora tampoco dio mayor importancia a lo que la rubia había dicho y siguió hablando con Carina.

-No es necesario que haga cosas muy complejas. Puedes darle tareas menores cómo por ejemplo, yo que sé, elegir las fotos que vais a poner en los artículos o incluso, podría hasta encargarse de fotocopiar los ejemplares de vuestros periódicos, al fin y al cabo eso no tiene mayor complicación puesto que es solo darle a un botón.-Sugirió la señorita López.-Eso lo dejo a tu elección Carina. Confío en que le darás la tarea que más conveniente veas para ella.-Comentó sonriente su profesora.

Profesora y alumna intercambiaron un par de frases más y luego, la morena salió y se dirigió hacia el club, seguida por la rubia. 

-En el club-

-¿Y esa cara Cari?- Interrogó la ojiverde al ver la cara con la que había entrado su amiga pero, pocos segundos después, por detrás de la italiana, apareció la rubia, por lo que Lena lo entendió todo.-Deduzco que es por ella ¿verdad?-preguntó nuevamente la pelinegra recibiendo un asentimiento por parte de su amiga. 

Callie y Arizona se miraron sin comprender a qué se estaba refiriendo la ojiverde y, tampoco comprendían qué hacía la rubia ahí puesto que ellas aún no habían llegado cuando la rubia en cuestión soltó la bomba de relojería que atormentaba a sus amigas.

-Duda rápida, ¿qué se supone que nos hemos perdido?-Interrogó la morena dudosa.

Ante la pregunta de Callie, Lena se giró en su cómoda silla giratoria para quedar cara a cara con su amiga. 

-Resulta que durante siete meses, esta cabeza de chorlito tiene que estar en el club puesto que no le llegan las neuronas para aprobar lengua y la profesora le ha mandado aquí para subir nota y poder aprobar la asignatura por lo que nos toca a nosotras aguantarla.-Escupió la ojiverde con amargura.

Callie y Arizona se sorprendieron por lo dicho por su amiga más, ninguna de las dos hizo ningún comentario. Se limitaron a asentir levemente y volver a lo que estaban haciendo. 

-Vale, haremos lo siguiente.-comenzó Carina. El tema de ser líder le venía desde pequeña, cómo cuando organizaba a la gente que se tiraba del tobogán para que siguieran un orden.-Bishop, no me fio de que hagas las cosas sola por lo que, vas a estar pegada a alguna de nosotras mientras estés aquí, te voy a permitir elegir con cuál de las cinco quieres estar, así que dime.-Finalizó Carina mientras se apoyaba en su mesa y masajeaba su sien pero, al no recibir respuesta por parte de la rubia, se giró para mirar a la ojiazul y lo que vió hizo que le hirviera la sangre. Maya estaba jugando a lanzar una pelota de tenis al aire y cogerla. La estaba ignorando, a ella, a Carina DeLuca.

Carina avanzó con paso decidido hacia la rubia y con un hábil movimiento le quitó la pelota mientras esta estaba en el aire.

-¡Ey!-se quejó la rubia. 

-Queda confiscada hasta nuevo aviso.-Informó la morena mientras se dirigía a un armario y sacaba una caja del mismo en la cuál depositó la pelota que le había quitado a la ojiazul. Abrió un cajón que necesitaba llave en su escritorio y metió la caja en él.

-No vas a tener que elegir nada. Se acabó la oportunidad. Yo personalmente me voy a encargar de que cumplas con el trabajo que debes hacer y, en caso contrario, te informo de que habrá consecuencias y no querrás averiguar cuáles, ¿está claro?-preguntó la morena.

-Cristalino.-afirmó la rubia. 

-Perfecto, pues si a vosotras os parece bien la controlaré yo.-comentó Carina esta vez hablando en dirección a sus amigas.

-Por mi genial. Si tengo que pasar más de 10 minutos al lado de ese individuo creo que acabaría estrangulándola.-comentó muy seriamente Lena recibiendo un asentimiento por parte de las otras cuatro.

-Pues está todo hablado, Bishop, a partir de ahora estás bajo mi cargo, ya verás que bien lo pasamos.-Dijo malévolamente Carina.

-No necesito una niñera.-protestó la rubia pero nadie le hizo caso.

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¿Qué opinamos? 

¿Creéis que Maya se adaptará a su vida en el club? ¿Y las demás lo harán?

Little big coincidencesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora