Capítulo 10

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Carina no perdió el tiempo y empezó a caminar rápidamente hacia la rubia. 

-Bishop!-Exclamó la italiana al llegar a ella.- ¿Bishop?-Interrogó Carina al ver que no se detenía y parecía no tener la más mínima intención de darse la vuelta para mirarle a la cara.-Maya, ¿estás bien?- Al igual que las anteriores veces, no recibió ningún tipo de respuesta por parte de la rubia por lo que empezaba a frustrarse.- Oye, no te presentas en el club en todo el día y encima decides ignorarme, ¿Se puede saber de qué vas?- Preguntó molesta la italiana. Dejarme que os diga que estaba al borde del ataque de nervios. Echaba más humo que un tren de carbón y Maya parecía seguir ignorando todo lo que le decía. Carina sin saber qué hacer agarró a Maya del brazo y tiró de ella en un intento de que se diera la vuelta, pero Maya hizo fuerza hacia el lado contrario y permaneció girada.- ¿Se puede saber que narices pasa contigo?-Escupió Carina. 

-Lárgate DeLuca.-Gruñó la ojiazul.

-Anda, pero si no te ha comido la lengua el gato.- Se mofó la italiana.-¿Podrías comportarte como una persona normal y girarte por favor?

La morena pensó que, una vez más sería ignorada pero Maya frenó en seco provocando que, la italiana, que la seguía muy de cerca, chocara contra su espalda a causa del frenazo repentino.

Lentamente la rubia se fue dando la vuelta dejando que Carina por fin pudiera ver su rostro, el cual cabe destacar que estaba cubierto por unas enormes gafas de sol. La única parte visible era la zona de la boca, en la que había un gran corte. Si se me permite opinar, diría que bastante doloroso. La morena en un impulso que ni ella misma sabe de dónde le vino, alargó el brazo y retiró las gafas de sol del rostro de su compañera, dejando a la vista un gran moratón que cubría todo su ojo derecho, haciendo que no lo pudiera abrir del todo. Además tenía un corte en el pómulo izquierdo que, según Carina, quizás necesitara puntos de aproximación.

-Pero... ¿Qué coño te ha pasado?-Murmuró la morena sin comprender. 

-Falté al entrenamiento.-Dijo sin más la ojiazul mientras se encogía levemente de hombros. 

-¿Tu padre te ha hecho esto?-Quiso saber la azabache.

-¿Tú que crees?

-Mierda, Maya, lo siento muchísimo, no...no debería haberte pasado esto. No es...no es justo....-Acabó por murmurar Carina.

-Da igual.

-No, no da igual. ¿Te ha visto un médico?-Inquirió la castaña. 

Hubo unos segundos de silencio, los cuales Carina tomó como un claro no. 

Agarró a la rubia y comenzó a arrastrarla hacia la salida.

-¿Se puede saber qué haces?-Interrogó Maya.

-Llevarte al médico.-Afirmó con simpleza la más alta. 

-Ni hablar.-Dijo rotundamente Maya mientras frenaba en seco.

-Maya, tiene que verte alguien, tienes la cara hecha un desastre, el corte del pómulo probablemente necesite puntos, y no me hagas hablar del de el labio.

-No pienso ir. 

Carina se quedó unos segundos reflexionando acerca de las opciones que tenía. Claramente se negaba a dejar a Maya en este estado, y dejar que se fuera a casa, dónde probablemente su padre estaría también, no era una opción que estuviera dispuesta a afrontar.

Sin dar ningún tipo de explicación, la castaña empezó a tirar de Maya en el sentido contrario.

-Ahora dónde vamos.

-A mi casa. No pienso dejar que vuelvas a casa, donde seguro que estará tu padre. Me niego. No quiero que te haga nada más. 

La rubia intentó protestar en varias ocasiones pero todas fueron ignoradas, así que llegó un momento en el que decidió que no iba a llegar a ninguna parte quejándose, por lo que optó por callarse y avanzar sin rechistar hasta el parking en el que se encontraba el coche de Carina. 

La castaña la acompañó hacia el asiento del copiloto, abrió la puerta para ella y la observó expectante. 

-Pase usted.-Canturreó haciendo un gesto con la mano indicándole el asiento. 

Maya miró a Carina, luego al coche y luego otra vez a Carina pero finalmente, acabó entrando y abrochándose el cinturón sin oponer resistencia. 

El coche olía a Carina multiplicado por 100. Estos días después de pasar tiempo con la morena, se había acostumbrado a su olor, pero, según entró en el coche, fue como si la colonia de Carina le pegara una bofetada en las fosas nasales. Maya no pensaba quejarse. Por mucho que la morena la sacara de quicio en incontables ocasiones, debía admitir que olía divinamente. Era un olor a vainilla suave mezclada con un pequeño toque de coco. Muy refrescante diría la ojiazul. Nada tenía que ver con los perfumes que usaba ella, que olían normalmente a una mezcla de distintos tipos de aromas de flores juntos. 

Los pensamientos de la rubia se vieron interrumpidos cuando Carina entró en el coche y cerró de un portazo. 

-¿Has comido hoy?-Interrogó a Maya, quien se limitó a negar suavemente con la cabeza.-Joder...- bufó la morena por lo bajini pero lo bastante alto como para que Maya llegara a oírlo. 

Carina se inclinó por encima de Maya para alcanzar la guantera, en la que se encontraba entre otras, una lonchera que Carina sacó y le tendió a la ojiazul.

-Cómetelo.-Dijo y por el tono empleado, no daba lugar a objetar nada por lo que mientras ella arrancaba el coche y se ponían en marcha, la rubia abría la bolsa que le había dado y comenzaba a comer un tupper de arroz con verduras que se encontraba en su interior. A Maya le sabía a gloria, no podría determinar si porque estaba exquisito o porque estaba muerta de hambre pero le daba igual, estaba estupendo de todas formas. 

Carina condujo durante un poco más de 10 minutos, suficiente para que la rubia acabara la comida. Al detener el coche, se encontraban delante de una casa de dos plantas con altillo preciosa. Era blanca y tenía algunos detalles en madera. Contaba con un jardín perfectamente cuidado y una piscina particular. 

La castaña avanzó hacia la verja de metal para abrirla y, al hacerlo, la pequeña puerta chirrió levemente. Hizo un gesto con la cabeza invitando a la rubia a entrar, cosa que hizo.

Lo que ella no sabía es que iba a ser una noche muy muy larga....

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Mil perdones por no actualizar!!! Es que no me da la vida, intentaré actualizar más frecuentemente, prometido. Y siento el capítulo corto. Os quiero!!

Little big coincidencesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora