verdades llenas de mentiras

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— Qué bueno que me visitaste, tenías días que no venías por aquí. ¿Ocurrió algo?

Me mira Damián con una cara de preocupación.

— Si te soy sincera, pues no. Sólo estaba visitando un poco el pueblo.

No le puedo decir que encontré aquella carta que iba dirigida hacia mí, tal vez ya se ha olvidado de eso. Así que me siento sobre la grama.

— ¿Qué pasaría, si yo no fuese la única en saber tu secreto?

— ¿ A qué te refieres con secreto?— Su rostro cambio por completo con esa pregunta.

— Ya sabes, algunas personas dicen mentiras para ocultar la verdad.— Alzó mis hombros como gesto de lo que yo diga me da igual.

— ¿Piensas que te he ocultado algo?— Se levanta.— Siempre fui transparente contigo.

Así que yo también me levanto, pero más agresivamente, y me acerco a su rostro apuntando con mi dedo índice y pegándole fuerte en el pecho.

— Durante estos cuatros años de amistad, siempre creí que nos íbamos a confiar todo. Nuestros problemas, amores y desamores, los chismes de la ciudad. ¿Y no me podías decir lo que te estaba ocurriendo? Tuviste que tomar esa decisión y desparecer de la vida de todos.

En ese momento no me di cuenta que había alzado demasiado la voz y Damián me toma de los hombros bruscamente. Diciendo aquellas palabras a gritos.

— ¡Crees que no lo sé! No tuve otra alternativa, ni siquiera estaba pensando con claridad. Pero tomé esa decisión. Fue lo única salida de esa tormentosa casa. Dime, ¿Qué harías tú?

— Hubiese buscado ayuda.— Se lo digo llorando.— Te hubiéramos acogido, te hubiéramos ayudado. Pero ni siquiera tenías la confianza suficiente con nosotros, ni con Cristhian, Thom y mucho menos conmigo. Tu más cercana amiga.

— Layla... Ve.— Está vez me suelta de los hombros. Cae al suelo y coloca sus manos contra su rostro.— Yo no quería que me vieran en ese estado, quería que me vieran feliz, como siempre he sido. No los quería agobiar con mis problemas personales, porque cada quién estaba logrando algo en su vida, y qué bonito era ver; que ustedes mis amigos estaban logrando sus metas. No quería romper esos momentos de felicidad con mis problemas.

— Pero somos amigos....

— Sí, lo somos.— me toma por las mejillas.— Y por eso me preocupaba por ustedes. Porque ustedes son mi familia.






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⏰ Última actualización: Jun 25, 2023 ⏰

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El prado del olvido. ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora