CAPÍTULO #5

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CHUUYA

Después de varios minutos desperté del shock. Traté de arreglarme lo mejor posible para que no se notaran mucho algunas de las marcas visibles que él me dejó. Salí de la habitación encontrándome con la mirada de algunos miembros de la mafia. Nunca me había sentido tan incómodo en mi vida.

—Oye tú, el zanahoria —escuché a alguien llamándome—

—¿Acabas de decirme zanahoria?—estoy empezando a molestarme—

—¿Ves a otro enano por aquí? No me digas que eres cieg..~

No lo dejé terminar y le di un fuerte puñetazo por la cara que lo mandó a volar. Por el impacto de su espalda a la puerta de la sala de reuniones se escuchó un gran estruendo, haciendo que todos se alarmen. Caminé hacia él, estaba algo adolorido. Cuando quedé frente a él dije:

—Cuando me vuelvas a faltar el respeto otra vez, te juro que no seré tan benevolente como ahora —digo con voz gélida—

Dicho eso sigo mi camino hacia la habitación en donde desperté. Busqué a Dazai por toda la habitación mas no lo encontré. La tal Mei entra al cuarto con el ceño fruncido.

—El señor Dazai dice que te pases lo que queda del día con Kouyo. Él tiene cosas que hacer.

—asentí—

—También tienes que prepararte para hoy por la noche, van a viajar.

—Acabo de llegar y ya tengo trabajo.

—No te quejes, acabas de llegar y golpeaste a un ejecutivo. Tienes suerte que el señor Dazai esté interesado en ti, sino ahora mismo estarías en una celda siendo torturado.

—Yo lo golpeé porque me faltó el respeto sin yo hacerle nada. La que tiene suerte eres tú sino fueras mujer te habría pegado como a ese hombre.

—Yo no soy como él, tengo experiencia en el combate. Si quieres una pelea puedo derrotarte perfectamente —dice orgullosa—

—A mi no me importa si tienes experiencia en el combate o no, sólo que no me gusta tratar mal a las mujeres porque a mí sí me enseñaron a respetar.

—Mei, Dazai me dijo que viniera para que me lleve al muchacho conmigo —dice una tercera persona —Vámonos, el auto nos está esperando. Dazai quiere que vayas a su oficina.

—Esta bien, señora Kouyo —dice para marcharse de la habitación—

—Emm, oiga ¿A dónde vamos exactamente?

—A comer, has tenido un día muy atareado. Además despertaste hace unas horas y no has comido nada.

De pronto mi estómago empieza a gruñir confirmando su teoría.

—Está bien

Salimos de la habitación para dirigirnos al auto. Varios mafiosos la saludan y ella les responde con una sonrisa.

—¿Usted se lleva bien con todos?

—Sí, prácticamente los crié yo como en el caso de Dazai, su madre murió cuando tenía cinco años. Su padre era un desastre en ese entonces, el pobre quedó desamparado, así que tomé el papel de su madre. Sé que nunca seré su madre biológica, pero tuve la suerte de cuidarlo como si fuera mi hijo y por eso quiero aclarar cosas contigo.

—Está bien

Sin darnos cuenta estábamos al frente del auto. Entramos y ella le ordena al conductor que nos lleve al mejor restaurante de Yokohama.
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Llegamos al restaurante. En la entrada se podía oler que lo que servían era delicioso, se me hizo la boca agua de sólo pensar eso. Una camarera nos recibe y nos guía a la mesa en la que nos vamos a sentar para comer.

Tus ojos de color carmesí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora