Tus ojos de color carmesí

CAPÍTULO #7

ATSUSHI

Pasaron varios días desde que estuve en esa misión en Rusia, ahora me encuentro secuestrado por la mafia y sin saber nada de Chuuya, lo cual me preocupa ya que él tenía contacto directo con el jefe de la Port Mafia. El mismo chico de siempre llega con la comida y me la entrega a través de las rejas. Con una cara inospresiva mi mira como si me estuviera diciendo que comiera ya que desde que llegué aquí no he querido comer nada.

—Come para que te puedas bañar he irte.—dice

—¿Me van a dejar ir ?

—¿Eres sordo o tienes problemas auditivos?

—No sólo lo quería comprobar.

—Deja de hablar y come que no tengo todo el día.—ordenó

Él se quedó todo el tiempo conmigo hasta que terminé de comer. Después
me dirigió hacia un baño que estaba cerca de donde estábamos. Me dio una toalla y algo de ropa. El baño era pequeño, las paredes estaban pintadas de un bello color celeste y en el fondo se encontraba una espaciosa tina. Me quité la desgastada ropa que llevaba puesta y me metí en esta, me piel se erizó por el suave contacto del agua caliente. Solté un suspiro de satisfacción y comencé a enjabonarme. Cuando terminé opté por quedarme unos  minutos más pero él acabó entrando.

—Oye apresúrate ya te he dicho que no tengo todo.

Sentí como mi rostro se estaba poniendo exageradamente rojo por la vergüenza—¡¿Qué haces idiota, no ves que estoy desnudo?—grité

—¡Deja de hacer tanto escándalo y termina!

—¡Iba a salir pero alguien entró sin tocar! ¡Acaso no te enseñaron que hay que tocar la puerta antes de entrar!

—¡No grites!

—¡Tú también estás gritando!

—Oigan...—una voz suave nos interrumpe, deduzco que pertenece a una mujer—Están haciendo mucho escándalo ¿Podrían dejar de pelear?

—Gin, es que este imbécil se estaba tardando mucho.

<<¿A quien le está llamando imbécil>>—pensé mordiéndome el labio inferior

—Aunque se tardara no tuviste que entrar así, además nos dijeron que debíamos tratarlo bien. Fue una orden directa del amante del jefe.

—Yo trabajo para el señor Dazai no para él.

—Esperen ¿Qué tiene que ver el amante de su jefe conmigo?—pregunto confundido

—Eso a ti no te importa—responde con indiferencia

—Sí me importa porque tiene que ver conmigo y si me disculpan, podrían salir del baño tengo que vestirme y es muy vergonzoso hacerlo en su presencia.

—No entiendo tanta vergüenza si no tienes nada interesante que enseñar.—dice aquel chico pelinegro

—¡Akutagawa!—le regaña la chica llamada Gin

—Sal del baño ¡Ahora!—digo molesto

—Tú no me das órdenes.—espetó

—¡¡AHORA!!—fue casi un gruñido de tigre

Gin empujó a aquel muchacho llamado Akutagawa para que saliera de dicho baño y me dedicó una mirada que reflejaba que lo mucho que sentía la actitud de este. Cuando escuché sus pasos alejándose gracias a la audición desarrollada del tigre solté todo el aire que estaba reteniendo. Salí de la tina para ponerme algo de ropa. Opté por algo sencillo, una playera blanca que combinaba con el color albino de mi cabello y unos jeans de azules con raspaduras en las rodillas con unos Converce. Abrí la puerta para buscarlos y los escuché pelear.