CAPÍTULO #11

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CHUUYA

—Dazai...

—¿Qué es lo que pasa mi amor?—dice un chico pelinegro con ojos verdes mientras se agarra del brazo de Dazai

<<Espera él es...>>

—¡¿Eres tú?!

—Tranquilo, porque te muestras sorprendido Sasaki. Yo te dije que era su favorito.

—Maldito imbécil—murmuro entre dientes.

—Dejen de hablar estupideces y explíquenme que es lo que vi.—dice Dazai

—Hermanito que yo sepa no eres ciego y sabes perfectamente que es lo que viste. Pero tampoco tu hagas el santo porque si mi vista no me falla cuando llegué aquí le estabas comiendo la boca a él.—Fyodor señala al chico que está con Dazai

—Tú no tienes nada que ver con mis asuntos.—espeta Dazai

—Igual que tú no tienes nada que ver con los míos—espeté con molestia

—Chuuya ahora no estoy de humor así que vámonos.

—No quiero ir a ninguna parte contigo, es más, quédate con tu acompañante ¿No la estaban pasando bien hasta ahora?

—No tienes el derecho de criticar lo que hago. Así que vámonos.

—No soy tu perro o algo por el estilo para que me estés ordenando.

—Si no vienes por las buenas serán por las malas.

De un momento a otro varios guardias estaban con sus armas apuntando en dirección a nuestra posición. Fyodor se levantó de la silla con una gran sonrisa, piso la mano en mi hombro y mi susurró.

—Yo me encargo de esto.—asentí

Después de eso sentí un aura aterrador que hizo que mis piernas temblaran levemente. Tragué saliva en seco mirando la dirección de dicha presencia.

—Será mejor que bajen sus armas y se retiren si es que no quieren morir.—dice Fyodor con una sonrisa escalofriante

—No te atrevas a darle órdenes a subordinados.—espeta Dazai con la misma aura que Fyodor—Lo diré una última vez. Vámonos

—Ya te dije que no iré a ninguna parte contigo.—dije con varios gotas de sudor frío recorrió mi rostro

—Dazai no es mejor irnos estamos causando mucho alboroto y todos nos están mirando. Esto podría afectar a la imagen del restaurante—le dice el chico pelinegro.

No me toques.—ordena Dazai

—El chico tiene razón esto es una pelea estúpida—dice Fyodor —Ya sólo deja que Chuuya se vaya y piense.

—¿Qué vas a ser si no quiero?

—Pues...

—Basta, es suficiente.—digo levantándome de la silla—Tú no tienes ningún derecho a venir a reclamarme algo cuando fuiste tú quien besó a alguien primero—le apunto con el dedo a Dazai y luego a Fyodor—y tú gracias por defenderme pero no debiste besarme sin mi permiso por eso estamos en esta situación.

Dicho eso voy directamente a la puerta del restaurante sin mirar atrás dejándolos a todos. Lo único que quiero en este momento es estar tranquilo en comodidad de mi casa lo cual lo primero que hago es ir allá. Espero pacientemente el taxi que llamé con alternación, sin darme cuenta lágrimas caen de mis ojos. No puedo creer que me duela lo que ese idiota me hizo, me siento traicionado y usado, tengo una tormenta de sentimientos que hace que me desespere aún más. Al pasar de los minutos por fin llega el taxi que pedí y fui a mi casa. Cuando estuve al frente de la gran puerta de mi edificio tomé mi celular y llamé a la persona que se estaba quedando en mi apartamento.

Tus ojos de color carmesí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora