Lee Minho, según las personas, era uno de los mafiosos más conocidos de toda Francia. Un día en venganza de un hombre que hablo mal de él decidió secuestrar al hijo de este, sin pensar en las consecuencias que iban a repercutir en el más tarde.
-¡Er...
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Minutos después de que el pelimorado dejara solo a Jisung este se quedó mirando a su alrededor un rato, ya que otra cosa para hacer no tenía. Hasta que alguien abrió la puerta, alertandolo.
-Hola, no nos conocemos pero traigo algo para que comas.- Aviso un pelinegro de cabello corto, también vestido formalmente-.
-No quiero nada de sus mierdas-.
-Vamos, come algo, seguro estarás varios días aquí-.
-¿No escuchas? No-.
-De acuerdo, lo dejaré aquí igualmente, si quieres comer me dices-.
Jisung miro la bandeja, realmente si tenía hambre, quizá no era muy malo aceptar.
-¿Me desataras para comer? Si es así entonces si quiero-.
-¿Crees que soy tonto? Escaparás si te desato-.
-Juro que no. Al menos desata una mano, de verdad que duele, debo tener las muñecas rojas.- El muchacho fue hasta detrás de él para ver si era cierto y lo comprobó, suspiro y desató una sola mano, la cuál enseguida fue besada por su dueño- Oh dios, ¿Estás bien? Ese viejo está loco- acaricio su muñeca con su mejilla-.
-¿Vas a comer? Es un sándwich de pavo y además hay jugo de naranja-.
-Bueno-.
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-Entonces llevas cinco años trabajando para el viejo, wao... ¿Cómo lo aguantas? Yo lo vi menos de cinco minutos y ya quería golpearlo- Se sincero y llevo el sorbete a su boca, tomando de aquel jugo de naranja, que por cierto, era muy rico-.
-Lee no siempre es así, es más adorable de lo que parece, tenle paciencia- le entrego una servilleta la cual fue aceptada- Además no creo que pases mucho tiempo aquí, tu padre de seguro ya viene-.
-Ah eso, ¿Qué fue lo grave de lo que mí padre dijo?-.
-No debo entrometerme, eso es algo que el o Lee debería decirte-.
-Por favor Hyunjin, eres mi único amigo aquí y solo han pasado dos horas y oye que tu jefecito calcula mal.- Dijo luego de checar el gran reloj detrás del mayor-.
