Lee Minho, según las personas, era uno de los mafiosos más conocidos de toda Francia. Un día en venganza de un hombre que hablo mal de él decidió secuestrar al hijo de este, sin pensar en las consecuencias que iban a repercutir en el más tarde.
-¡Er...
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Jisung abrió los ojos con dificultad, puesto que los rayos del sol le pegaban directo en la cara. Tomo las sábanas y se cubrió hasta la cabeza. Iba a seguir durmiendo pero cuando sintió unos fuertes brazos rodearle abrió los ojos en grande, despertándose por completo.
—Buenos días—aquella voz ronca le hablo bajo cerca de su oído, suspiro, volteandose y topandose con un Minho con el cabello desordenado y sus ojos aún cerrados a causa del cansancio—.
—Buen día—carraspeo, acercándose un poco más a el, Minho no se quejo, abrazándose más a su torso— No recuerdo lo que sucedió—.
Los ojitos de Minho se abrieron para verle con pánico, haciéndole reír a carcajadas.
—¡No ese tipo de no recordar! Me refiero a que después de que... Ya sabes, ¿pusieras tu semillita en mí florcita? No recuerdo venir hasta aquí—.
—Ya veo—sonrió mientras negaba, el susto se le había ido, volviendo a cerrar sus ojos— Caíste rendido así que te cargue hasta aquí, te limpie y te puse ropa interior limpia—.
—Oh...—sonrió con timidez, Minho abrió solo un ojo, viéndole—¿Qué?—.
—Queria que supieras que yo... De verdad no planeaba que algo así sucediera, al menos no tan pronto y... Bueno, no me arrepiento realmente pero quizá tu si—Jisung parpadeo varias veces—Lo siento, ya no se lo que digo—.
—Hey no te preocupes, creo que anoche fui muy claro con que lo que dije—.
—Ah si dijiste que una de tus fantasías era que te follen en un escrit...— Jisung cubrió su boca—.
—No hace falta entrar en detalles ahora—Minho rió, cuando iba a decir algo más la puerta de la habitación fue abierta, el mayor reaccionó rápido y se colocó delante de Jisung, cubriendo su cuerpo de cualquier mirada, el castaño soltó una risita, abrazandose a la espalda del pelimorado—.
—Es hora de levantarse tórtolos, Haewon llegara pronto para llevarte Jisung—hablo Hyunjin ingresando a la habitación, quedando a una distancia prudente—.
—Puedes tocar la puerta ¿sabes?—.
—¿Y tu sabes que no eres el único en esta casa?—contraataco—.
—Es mí casa—.
—Como sea, la próxima que quieran hacer algo avisen mínimo así saco a Felix de aquí y nos vamos a otro lugar—.
—¿Se escuchó mucho?—pregunto con pena, asomándose por los hombros de Minho—.
—La oficina de Minho tiene una ventilación que da a la cocina quien sabe por qué pero lo hace. Digamos que se escuchó un poco mucho—.
—Oh mierda olvidé eso—recibió un golpe en en la espalda no muy fuerte de un Jisung ahora avergonzado y hecho bolita detrás suyo, sonrió y volteo a verle— Lo siento bonito, no pasará otra vez, me aseguraré—.
