Lee Minho, según las personas, era uno de los mafiosos más conocidos de toda Francia. Un día en venganza de un hombre que hablo mal de él decidió secuestrar al hijo de este, sin pensar en las consecuencias que iban a repercutir en el más tarde.
-¡Er...
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Minho no veía la hora de llegar a su hogar y dormirse una larga siesta. No lo mal entiendan, el adora lo que hace, pero tantas horas sentado allí sin moverse lo tenían agobiado.
Su teléfono vibro sobre la mesa de madera, lo tomo y vio que era Han Doyun, suspiro para después cortar la llamada.
¿Qué estaba haciendo?
Se supone que el ayuda a las personas, no secuestra hijos de alguien por un capricho.
Pero aún, el no se enamoraba.
Por qué si, había caído flechado por el hijo de los Han. Y odiaba eso, lo odiaba muchísimo.
Cansado tomo su abrigo y sus cosas, apagó las luces y salió del despacho, cerrando la puerta con llave. Llamo a Felix y le pareció raro que le dijera que no podría ir a buscarle, pensó que quizá estaba ocupado así que solo lo dejo pasar y manejo el mismo hacia su hogar.
Todo el camino fue lo mismo, Jisung, Jisung y Jisung.
Se sentía realmente muy apenado con todo, el señor Han estaba preocupado por su hijo, no había parado de llamarlo en busca de noticias. Jisung también debía extrañar mucho a su familia. La había cagado.
Las voces de su mente dejaron de hablar al momento que el celular conectado al coche comenzó a sonar, era Hyunjin. Toco un botón y escucho la voz del menor.
-Dime Hyunjin-.
-El padre de Jisung me llamo hace unos minutos, espere a que salieras para avisarte, no quería molestar-.
-Tranquilo- freno al ponerse el semáforo en rojo- También me estuvo llamandome. ¿Qué te dijo?-.
-Esperaba noticias de Jisung-.
-Lo supuse-.
-¿Qué harás? Sabes que nunca hiciste algo así Minho, te conozco, de seguro ya estuviste arrepintiendote-.
-Dame tiempo a mañana. A primera hora dejaré que vuelva a su hogar, arreglaré con Felix para que lo lleve sano y salvo-.
-Bien, te espero, adiós-.
-Adiós...-.
Hyunjin tenía razón, el no era así. Lo último que quería es que Jisung lo pasara mal. Ahora solo debía convencer a su propio corazón de que eso era lo mejor.
Apenas llego guardo el coche en el garaje y entro a la casa, paso por la sala y saludo a una de las empleadas encargadas de la limpieza.
Luego subió las escaleras para ir a su habitación pero se detuvo a medio camino al oir voces desconocidas provenientes del cuarto de Jisung.
Se acercó hasta la puerta, viendo que estaba entreabierta, ingreso al cuarto viendo cómo había una televisión encendida y estaba reproduciendo una película, miro a la cama y allí estaba Jisung y Felix, ambos dormidos.
