Lee Minho, según las personas, era uno de los mafiosos más conocidos de toda Francia. Un día en venganza de un hombre que hablo mal de él decidió secuestrar al hijo de este, sin pensar en las consecuencias que iban a repercutir en el más tarde.
-¡Er...
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Escucho la llave siendo puesta en la cerradura de la puerta, se asustó, seguramente era Minho. Quería que fuera Minho.
-¿Estas despierto?-.
No dijo nada, se mantuvo quieto hasta que sintió como el pelimorado se sentaba en la cama a un costado de el.
-¿Quieres dormir con...- fue interrumpido por un Jisung abrazado a su torso, haciéndolo acostarse junto a el- iba a decir que si querías dormir con la luz prendida hoy, aunque debería ajustar muchas cosas para lograrlo-.
Jisung parpadeo, perplejo y avergonzado, iba a separarse pero fue sujetado por el mayor.
-Me quedaré hasta que te duermas, luego me voy-.
El menor asintió en silencio, levantó las sábanas y lo cubrió con estás, para luego abrazarse a su cuerpo como koala.
Mierda que aquella situación no le disgustaba en lo absoluto. ¿Era posible?
-No abuses de mí bondad niño-.
-Bien que te gusta-.
-Sigues hablando y me voy- amenazó, haciéndolo sonreír- ¿Por qué haces eso? No dije nada para que sonrieras-.
-Eres gracioso. ¿Acaso tu nunca sonríes cuando estás feliz?-.
-No tengo por qué responderte-.
-Aburrido, date el gusto de sonreír al menos una vez. -penso unos segundos para luego volver a hablar- ¿Cómo se llama el campeón de buceo japonés?- Minho levantó una ceja- Tokofondo-.
-Malisimo ¿Crees que me hará reír? Vas por mal camino-.
-Qué dices, es genial... Veamos, iba a contar un chiste sobre sodio... pero Na- comenzó a reírse de su propio chiste, Minho permanecía serio- Oh vamos, es buenísimo-.
-Paso-.
-¿De dónde sale la porcelana? De las porceovejas-.
-Estas perdiendo tiempo niño, ya duermete-.
-No hasta que te rias- en un segundo se colocó sobre el Minho, que abrió los ojos en grande y paso saliva. Jisung estaba a centímetros de su rostro-¿Sabes dónde van las pulgas cuando se mueren? Al pulgatorio. - El menor lo vio atento, viendo como sus labios tenían la pequeña intención de levantarse para formar una sonrisa- -.
-Ya detente, quítate de encima-.
-¿De qué se quejan siempre los astronautas? De falta de espacio- ignoro al mayor y se abrazo a el cuando esté quiso quitarlo de encima suyo- Los hippies no orinan: hacen peace-.
-¡Ya Han!- lo empujó para luego reirse a carcajadas, Jisung lo miro embobado, juraba que era la risa más linda que había oído- Mierda, son tan malos-.
-Pero te reiste- sonrió y se acomodo nuevamente a su lado, Minho no lo detuvo- No tengo sueño-.
