Atando cabos

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Llegando a la puerta nos sorprendimos cuando esta fue abierta por una exaltada peliroja que cargaba un arma con tubos neón que tenía que sostener con ambos brazos. La mujer dio un grito cuando nos vio de frente.

—¡Daniela!, fui corriendo por el blastophantom en cuanto saliste volando a la calle gritando el nombre de Vlad —mencionó la mayor, haciendo que mi nariz se arrugara con vergüenza y sintiendo por un segundo que mi yo mayor hacía lo mismo.

—Gracias Jazz, lamento eso —aclaró la pelinegra— pero todo está bien.

—¡Oh Nick! —Jazz bajó el arma al suelo sin mucho cuidado y le arrebató el menor a su madre— ¡estás bien, te estaba buscando por todas partes! —dijo mientras entraba con el menor en brazos, quien se reía cuando esta lo abrazaba y besaba.

—Sí, claro, puedes llevarte a mi hijo —dijo Daniela con tono sarcástico, dándose la vuelta hacia nosotros— pasen, seguramente ni se dio cuenta de ustedes.

Observé por un momento a Vlad, molesta cuando le vi darle una sonrisa a la mayor en respuesta y pasé primero dejandolo atrás.

—Parece que Jazz lo quiere mucho —dije, llamando la atención de la mujer, mientras  la seguía a sus espaldas.

—No tienes idea —contestó, sentándose en el sofá— es la viva imagen de la tía consentidora —imitando su acción me senté en el sillón que estaba frente a ella, fulminando con la mirada a Vlad cuando hizo ademán de sentarse a su lado. Pareciendo notarlo, el mayor se sentó en el de una plaza entre ambas halfas.

—Entonces ¿Qué fue exactamente lo que pasó ese día? —preguntó el hombre, tratando de dirigir la conversación hacia el punto principal.

—Bueno... —la pelinegra suspiró— hace unos días atrás había sentido que Vlad —ante esa palabra decidió corregirse, agachando la mirada— mi esposo —esa frase, esa sola frase me hizo latir el corazón— se encontraba bastante distraído; se quedaba más tiempo encerrado en su laboratorio, ya no iba con nosotros cuando Nick quería salir y llegaba bastante tarde del trabajo —levantó la mirada observándonos, cuando vi a Vlad queriendo argumentar algo— lo conozco desde hace muchos años, sé cuando tiene verdaderos asuntos de trabajo y también sé cuando me está mintiendo.

El peliplata entonces se abstuvo de decir cualquier cosa, por lo que solté una risita disimulada al verlo sin palabras.

—Entonces ¿Creías que había algo más? —pregunté, ya con un tono más serio— ¿Algo como...

—Una mujer —confirmó antes de que pudiera terminar.

—Eso es ridículo —comentó el halfa, haciendo que lo miráramos— pasé años soltero, nunca decidí tener una pareja y no habría buscado una aventura teniendo una familia —se defendió.

—Eso pensé yo —dijo la mayor, con un tono de molestia— hasta que pasó. Logré convencerlo de salir a una tarde en familia—comenzó a relatar— fuimos a comer los tres juntos y luego a un cine, creí que todo había sido mi imaginación, él actuaba como normalmente lo hacía y yo estaba feliz de que todo fuera sólo un malentendido, hasta que llevamos a Nick al parque de diversiones, no pasó mucho tiempo de que llegamos para que nos topáramos con una mujer de ojos verdes y cabello negro, tenía una sonrisa al ver a Vlad —su tono de voz se tornó en una mezcla de molestia y dolor— él se quedó petrificado, como si no hubiera esperado que estuviera ahí, ella se avalanzó rápidamente hacia él, envolviendo sus brazos en su cuello, lo cual me sorprendió.

Lanzando un suspiro, Danny se cubrió el rostro, por lo que sentí el impulso de levantarme y ponerme a su lado, tomando su mano para reconfortarla. Sabía que revivir la situación le lastimaba, no me imaginaba qué tanto lo hacía, pero si lo que sentí cuando la vi envolver sus brazos alrededor del Vlad que yo conocía era una fracción de lo que ella sentía, entonces esto era bastante doloroso.

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⏰ Última actualización: Jun 16, 2023 ⏰

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