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Cuando Yeonjun y Soobin regresaron a la oficina a eso de las dos de la tarde, algunos pocos compañeros seguían ahí o habían llegado hacia no mucho, Soyeon no se encontraba todavía.

Yeonjun buscaba tranquilizarse un poco, y es que cuando fue a dejar a Wonyoung a casa de su madre pasó lo que nunca creyó que alguna vez en su vida pasaría.

—¿Y ese chico tan guapo? —le preguntó su mamá mientras cargaba a Wonyoung y miraba sin disimulo al auto con el vidrio no polarizado. En el asiento del copiloto se podía ver a Soobin viendo algo en su celular— Yeonjun, no vayas a decirme que te van menores.

—¿Qué? —y Yeonjun estaba muy desconcertado. Soobin le había mencionado algo parecido, ¿Qué tenía que ver eso con él?— ¿De qué estás hablando? Es sólo un pasante.

Y sí, tampoco había comprendido bien a Soobin más temprano. Sí que le había hecho sentir tenso pero ahora realmente que no comprendía viniendo de su madre. ¿Qué tenía que ver que Soobin fuera guapo con que le gustaran menores? Es más, ¿En qué momento mencionaba su cara decir que a Yeonjun le gustaban menores? ¿Dónde o por qué?

—Uhh, así que el pasante.

Y el tonito entonces fue perceptible junto a la sonrisa de sorna.
Pudo comprender entonces. Su madre hacia referencia a que le gustaba Soobin. ¡¿Cómo se le ocurría semejante cosa?!

—¡Mamá, por dios! Sabes que me gustan las mujeres.

—¡Ay vamos, no puedo bromear ni un poquito!

Y Wonyoung los miraba bastante confundida.

Regresando al presente. Yeonjun en serio sintió molestia de la situación, es que, en sus veintiséis años, después de Somin, nunca, nunca había sido molestado por su madre por supuestamente interesarse en alguien o salir con alguien. Se lo habría pasado en otro contexto, pero ¿Soobin? Por dios, ¿Cómo siquiera pensaría alguien ajeno a ellos en que podría estar interesado en Soobin? ¡Qué vergüenza! Encima le iban las chicas, no los chicos.

Para Soobin fue notable su repentino cambio de humor. Yeonjun se veía fastidiado y ahora lo miraba menos a la cara, y no comprendía para nada el porqué. Aún así actuó con normalidad en lo que se acomodaban nuevamente y retomaban el informe. Incluso si la mente de Yeonjun fuera opacada por las especulaciones ajenas -incluso si habían sido broma- y la molestia reprimida, intentó ser nuevamente ameno con Soobin, siendo amable en la pasantía y a su vez, en su trabajo, de vez en cuando compartiendo algunas sonrisas y risillas. Soobin era un chico gracioso. Todo eso sin percatarse de que Soyeon los miraba al lado de una manera indescifrable.

El informe fue terminado a eso de las tres y media de la tarde y Yeonjun estiró los brazos mientras arqueaba la espalda, de sus labios brotando un quejido de satisfacción; Soobin a su lado tronó los dedos de sus manos y lo miró divertido.

—¿Qué ves, niño?

De hecho hasta habían obtenido más confianza ese día, la incomodidad disipándose cada vez más y forjando entre ellos el compañerismo más rápido de lo esperado. Yeonjun nunca habría sabido su gran deseo de tener un compañero de área hasta ese momento.

—Nada, me siento alegre de que ya ha terminado el informe, sunbae.

—¡Sh-sh! —Yeonjun se incorporó rapidamente y lo calló casi colocando su dedo índice sobre sus labios a distancia prudente, Soobin resistió no carcajear en ese momento— Terminamos, Soobin —corrigió—. Esta fue tu pasantía del primer día, dime, ¿Qué te pareció?

—Uhmm —Soobin fingió pensar de más con una amplia sonrisa que dejaba a la vista sus hoyuelos en cada mejilla. Inevitablemente Yeonjun prestó atención al detalle y le admiró—, estuvo muy bien, claramente es agotador pero estuvo realmente bien. Me alegro que usted sea mi tutor.

Mamá  |  SoojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora