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Yeonjun se mantuvo cautivo y pendiente de su hija que jugaba en la piscina de pelotas a un costado de su mesa. Ese era su plan. Wonyoung nunca iba a negarse a jugar en esos juegos rancios del McDonald's y darle el tiempo suficiente para dialogar con su buen amigo cercano Choi Beomgyu, que bien podrían pasar percibidos por hermanos ante la igualdad de apellido y relación congenial.

—Ve al grano, ¿Qué sucede? —habló Beomgyu dejando por fin de ver el celular y mirando a Yeonjun con ojos risueños.

—Preséntame a alguna mujer.

—¿Qué? Creí que no te interesaba nada de eso después de Somin.

—Y no me interesa —suspiró desganado—. La verdad es que Wonyoung está insistente en querer una mamá y yo no puedo negarle eso. Bastante mal me siento con sentir que no lo tiene todo a causa de ello.

—Yeonjun, no seas tonto. Tú eres la fuente autoritaria entre Wonyoung y tú. Si no te interesa conocer a alguien, no vas a obligarte sólo porque tu hija está berrinchuda.

El Choi mayor frunció las cejas y entreabrió los labios indignado— Hey, mide tus palabras. ¡No lo entiendes! Me siento jodidamente insuficiente para mi hija.

—¡Pero le das todo!

—Pero no es suficiente para ella.

—Le das lo que puedes y lo que necesita realmente. ¿Es coherente que consigas a una mujer para que sea "su madre" cuando de seguro tú no la querrás para eso? Después de todo, no puedes mostrarle a Wonyoung una relación en la que no estás interesado y sólo te fuerzas por un gusto de ella. Estarías forjando en la niña un espectro de relaciones y es hasta probable que eso repercuta en el futuro y piense que todas las relaciones son así, sin sentido y claro, sin amar realmente. Pero tampoco puedes mentirle y darle una madre sin que tú te relaciones con ella. Puedes preguntarle tú mismo: Wonyoung de seguro también quiere saber que sus padres se aman entre sí.

—Sin embargo, ¿Qué pasaría si consigo enamorarme de una mujer? Todo saldría bien —la idea estaba fijada en la mente de Yeonjun. Al final, era un padre joven cegado por complacer a su hija al cien por ciento.

—Hermano, te conozco. ¿Por cuántos años no me has dicho que no te interesa tener algo con alguien?

—Sé que la probabilidad es poca pero existe —Yeonjun frustrado apretó sus sienes con sus dedos índices.

Casi en el momento llegaron sus órdenes de hamburguesas, las papas y las bebidas en bandejas, claro, la cajita feliz de la niña también. Agradecieron y Yeonjun tuvo que llamar a Wonyoung que se deslizó por un tobogán y sin renegar se acercó en zancadas.

—Conozco a una colega linda y amable, le preguntaré si está interesada —soltó en un murmuro Beomgyu mientras tomaba su comida y se preparaba para comer.

—Realmente gracias.

—Qué juguete más feo —comentó Wonyoung que ansiosa abrió su cajita, principalmente se pensaba que en busca de su juguete pero en realidad tenía hambre; en fin, era un pony algo deforme lo que tenía en su mano.

—¿No te gusta? —rió Yeonjun.

—Fuchi, no.

—Pues no hay cambio.

Poco pareció importarle a la niña pues dejó el juguete de lado y tomó su pequeña hamburguesa para darle un bocado.

El restante de la semana fue rutinario para Yeonjun, no agobiante ni difícil pero sí se mantuvo ocupado. Esa semana en particular, mencionaba Soyeon, estuvo más tranquila que otras, menos ajetreada y Yeonjun lo confirmaba. Para antes de sus vacaciones no solía quedarse en casa luego de ir a recoger a Wonyoung de la escuela porque siempre tenía que seguir los informes, pero esta semana siempre terminaba antes de ello y conseguía tener un descanso por las tardes. Por lo mismo sus visitas a la tumba de Somin fueron un poco más recurrentes, la mayoría junto con su hija.

Pero en ese caso no era así. En un domingo de descanso a día completo, Wonyoung estaba en la casa de Yuna, su abuela, y él, tras haberla dejado ahí, pasó a una tienda de conveniencia para comprarse alguna bebida y un aperitivo. Ya había almorzado pero de todas maneras consideró que podía simular el tener una cita más con su amada antes de tomar una decisión, como cuando la invitó a un paseo por el parque y aceptó ser su novio.

El pasto había crecido lo suficiente para no ensuciarse con tierra cuando se sentó frente a la tumba en un suspiro, sonrió a la lápida fugazmente y abrió la lata de refresco a la que por consiguiente brindó un trago.

—Hey, soy yo de nuevo —le dijo a Somin—. Sé que vine hace dos días con Wonyoung pero tengo que decirte algo.

A Yeonjun le costó mucho superar la muerte de Somin hacía años. Durante ese tiempo no había apetito y por ello no comía, perdió mucho peso. Dejó de estudiar por un momento, asistiendo a la universidad sólo cuando habían pruebas o parciales de los cuales su estudio aplicaba desde casa con apenas unas pocas leídas del material en la biblioteca virtual, Beomgyu le hacía el favor de conseguirle los temas para estudiar -Beomgyu no estudiaba en esa carrera al final de cuentas, pues él a cambio estudió Psicología-. No salía de casa de no ser estrictamente necesario y la mayoría de tiempo quien cuidaba a Wonyoung recién nacida eran los padres de Somin.
Es que en Yeonjun no parecía haber brillo cuando miraba a su bebé, a cambio, la tristeza lo abordaba horriblemente y colapsaba cada vez que su hija le recordaba a su Somin.

—Wonyoung no deja de mencionar que quiere una figura materna —comenzó a decir, tímido y algo nostalgico—. Beomgyu desde antes me ha mencionado la importancia que hay en que un niño tenga a ambos padres presentes y, lo entiendo, pero también debes comprenderme... ¿Cómo podría hacer que Wony tenga una madre que no es su madre? Tampoco puedo interesarme en alguien simplemente porque no quiero y porque yo... Aún te amo.

Fueron alrededor de tres o cuatro años para que Yeonjun simplemente aceptara pero se tuvo que obligar mucho más antes a recomponerse porque ahora era un padre y tenía que estar para su bebé. Evidentemente siguió el rumbo de su vida con un nuevo factor, uno muy bonito a costo de una tragedia pero al final, sobrellevando con alegrías. Wonyoung se convirtió en lo más importante en su vida y daría lo que fuera con tal de que a la niña no le faltara nada, ni el amor, ni la felicidad, ni lo básico. Después de todo era su deber como padre.

Pareció reflexionar un poco mirando con atención las letras marcadas en la lápida, con precisión y deleite, Lee Somin.
Casi pudo escuchar la voz dudosa de Somin decirle cómo siempre "Lo que consideres correcto, Junnie". Pero, ¿Qué era lo correcto en esa situación?
Para Yeonjun, lo correcto sería tomar las palabras de Beomgyu y hacer que Wonyoung simplemente fuera aceptando su realidad tal como él tuvo que hacerlo.

—Pero aún es una niña.

Y claro, estaba el otro lado. Lo correcto también era brindarle lo necesario a su hija para que creciera en un buen hogar.

Mamá  |  SoojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora