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—¡¿QUE HA SUCEDIDO QUÉ?! —chilló Jimin saliendo del baño con la pasta de dientes en la mano y el cepillo en la boca.

—Fue todo demasiado... —se acomodó en el sofá sintiendo sus energías totalmente decaídas. Se sentía culpable— S-si tan solo yo hubiera tratado a Jungkook de una forma distinta... —empezó a llorar mientras se tapaba la cara.

El mayor se entristeció al ver a su amigo así y decidió acompañarlo en el sofá mientras lo abrazaba. Hará su mayor esfuerzo para consolarlo. Siempre lo hacía.

—No fue culpa tuya, ya hablamos del tema hace unos días... Tú no causaste nada de eso, ¿vale? Tienes que entender que aquel inútil lo hizo porque es un asco de persona incapaz de aceptar un no por respuesta y siempre quiere abusar de su fuerza.

—Pero-

Jimin tapó su boca con la mano mientras negaba con la cabeza.

—En este caso no hay peros que valgan. Conmigo no funciona. Lo que te he dicho es la realidad. Tu forma de ser con Jungkook no habría cambiado mágicamente el cerebro de aquel individuo... Por otro lado, tienes que comprender que tú no estabas bien... ¿Me equivoco? —alzó las cejas. Verlo así siempre le hizo gracia al menor.

—No...

—Muy bien. Así me gusta. Recuerda que siempre debes estar seguro de ti mismo, y no sobrepensar las cosas, porque saltas a conclusiones irreales, eso es lo que no quiero. Eso causa varias noches sin sueño, y debe ser horrible. No quiero que te pase.

—Gracias por pensar siempre en mí...

—Sabes que estoy aquí para ti... —le sonrió dulcemente— Así que: ¿vas a dejar de echarte la culpa para que yo pueda ir a cepillarme los dientes?

—Te quiero mucho.

—Díselo a Jungkook. —se levantó del sofá y empezó a caminar haciendo ruido por las pantuflas.

Jimin era consciente de una cosa: Jungkook no habría tenido la necesidad de ir a Mingyu si Taehyung no lo hubiese ignorado así, pero no dijo nada. Aveces, es mejor callarse las cosas sabiendo lo que puede ocasionar.

Taehyung estaba feliz de tener un amigo como él que sabe cómo motivarlo para seguir adelante.

En la universidad todo era silencioso, en el sentido de que nadie mencionaba lo ocurrido en ningún momento. Eso ponía tranquilo al menor.

Como su rutina de cada día solía ser pasar por el aula de música ya que ahí Taehyung practicaba por su cuenta, se encontró ahí, con la puerta abierta. Siquiera fue consciente.

El rubio dejó de tocar el violín.

Ambos se miraron por varios segundos antes de que Taehyung deje su violín sobre la mesa, sin importarle la rudeza con la que lo soltó y caminó con prisas hasta que se tuvieron cara a cara.

—Jungkook-

—Jeon... Es Jeon, ya te lo dije...

—¿Estás... mejor? Yo estuve muy preocupado por ti. Me alegro de que él ya no esté aquí.

El pelinegro se quedó en silencio.

—¿Por qué eres así? Yo sé que cometí el error principal, pero tú hiciste aún peor en extenderlo. Si tan solo me hubieses hecho caso —sus ojos brillaron por las lágrimas sobresalientes—, y-yo no habría tenido la necesidad de ir a alguien más. ¿Por qué tienes que ser tan orgulloso e injusto? Si realmente quisieras resolver las cosas conmigo, no habrías sido así. —su voz tembló.

El rubio no supo cómo no se esperó nada de eso. Respiró fuertemente antes de asentir con la cabeza.

—Lo siento. De verdad que lo hago... Creo-

—No. Yo ya no quiero nada. A pesar de mis miles de disculpas a ti te dio igual y continuaste diciendo que lo nuestro no debe volver a repetirse. Tal vez yo también piense así ahora. —cerró fuertemente la puerta y se fue.

—Venga ya, Jungkook... —su labio inferior tembló antes de que abra la puerta y corra por el pasillo en su busca.

Llegó hasta la zona de los dormitorios y justamente la puerta de Jungkook se cerró, haciéndole entender que se quedó ahí.

— Jungkook... —golpeaba la puerta con la palma de la mano, pegado a ella desesperado por hablarle— P-por favor, arreglemos las cosas, no podemos acabar así...

Perdiendo las esperanzas de ser contestado, decidió girar el manillar de la puerta y se abrió con facilidad.

Justo delante suyo estaba Jungkook sentado en el suelo mientras lloraba en silencio tapándose la boca con la mano y bajando la cabeza...

—Jungkook... —inclinó la cabeza a un lado y suspiró a la vez que esbozó una sonrisa tranquila en sus labios. Se agachó a su lado y el menor alzó la cabeza.

—T-te... te quiero m-mucho... —cayó una lágrima.

—Lo siento mucho... Perdóname. No debí ser así contigo. —lo abrazó y este descansó la cabeza en su hombro cerrando los ojos.

—Tae...-

—Yo también te quiero, te quiero demasiado como para olvidarte de un momento a otro, Jungkook. No fue fácil de disimular.

—Quiero volver contigo... Te echo mucho de menos —apretó más el abrazo—. Te amo tanto, que no sé decirlo de otra forma... Lo primero que hago es pensarte, día y noche, no puedo olvidarte... —tenía un puchero en los labios.

—Eres adorable —empezó a acariciar su cabeza—. Yo también quiero volver contigo, al fin y al cabo siempre es lo que pasa. Volvamos, pero volvamos y evitemos tonterías graves, ¿de acuerdo? No me gusta separarme de ti sin razón.

—Ahora que estás aquí, ¿podrías quedarte conmigo todo el día, por fa?

—Claro que sí... Quiero quedarme contigo todo lo que pueda. —dijo Taehyung mientras su cintura era masajeada por dentro de su camiseta ajustada.

—Por fa...

Taehyung rodó de ojos. —Vamos a la cama.

Jungkook celebró sonriente y se levantó del suelo para después cargar al más bajo en brazos. Taehyung tomó su rostro y comenzó a besarlo metiendo lengua. No logró recordar cuando fue la última vez que sintió sus labios sobre los suyos, o su lengua en su boca.

El rubio gimoteó cuando sus nalgas fueron apretadas antes de ser tumbado en la cama.

Una segunda vez -VKook/KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora