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Jimin ahogaba la cara en la almohada y gimoteaba con cada embistada proporcionada. Nadie nunca le dijo que perdería la virginidad con el chico que amaba ciegamente. Se olvidó de su nombre cuando Yoongi lo puso de espaldas y lo hizo saltar sobre él.

—Y-Yoongi...~ —gimoteó.

—Siento que llevas conteniendo todos tus gemidos —sujetó su brazo y lo colocó detrás suyo—. No te molestes en hacer eso. —acarició su botón y empezó a jugar con él.

—¡A-AH, AH! —lo hizo más rápido que antes. Jimin perdía el control de su cuerpo y se entregaba al mayor, que desde el primer momento lo hizo tocar el cielo.

Salió de él y lo giró. Pudo ver las lágrimas que caían de sus ojos y lo rojo que se puso al mirarlo. Sin nada más que hacer, volvió a meter su miembro, el rubio arqueó duramente la espalda.

—¡Y-Yoongi! —su voz variaba por los gemidos que intentaba callar por ser demasiados— ¡M-me corro!

—Córrete fuerte. —lo tumbó, separó sus piernas, las sujetó y entró de nuevo en él.

—Ooh...~ S-sí. Asií...~ —soltó cuando tocó su punto dulce.

Entonces, el pelinegro comenzó a masturbar su pene y a apretar su cuello sin olvidar endurecer cada penetración al límite. El menor puso los ojos en blanco antes de morderse el labio y chillar del placer tan brusco y poco piedadoso que sentía.

—¡AH, YOONGI! —empezó a gritar mientras soltaba sus fluidos en su propio abdomen y sufría de espasmos.

—¡Ah! Mm...~ —se vino en su interior cerrando los ojos y respirando duramente de lo bien que Jimin se comprimió.

Tardó unos segundos antes de salir de él para no dañarlo, haciéndole gemir sin fuerzas. Sintiéndose lleno, parpadeó lentamente gimoteando y quejándose. Ya no tenía energías. Ahí fue cuando recordó que le dijo que era primerizo en ello. Eso explicaba su cansancio. Además, lo folló demasiado fuerte. Solamente se limitó a sonreír. Se tumbó a su lado y cubrió a ambos con las sábanas.

—Yoongi... —susurró gimoteando. Se agotó más de lo que creyó que lo haría.

—¿Por qué no intentas dormir? Podemos hablar después —soltó con una voz serena mientras lo abrazaba por detrás—. Te quiero, ¿vale? No dudes de eso...

En ése momento, Jimin estaba a nada de conciliar el sueño. Esas palabras relajaron su conciencia y el por fin se durmió.

  
 

 

Un par de semanas después, estaban todos reunidos y sentados en una misma mesa de la cafetería. Jungkook le hacía berrinche a su novio cuando le impidió beber tanta leche de plátano. Jimin ayudaba a Yoongi con la ortografía y Hoseok se reía de ellos porque no lo hacían bien. Por más distraídos y por más realista que parezca la situación, era todo actuación. Lo prepararon la noche anterior, y no fue fácil.


—Jungkook, vamos a conseguirte algo sano pero ya. —lo tomó del brazo y lo arrastró hasta el otro lado de la cafetería.

El pelinegro realmente amaba su dieta de leche de plátano.

—¿Qué tal si buscamos a alguien que se le de bien la ortografía? Creo que ambos necesitáis una buena clase —Hoseok se levantó y los demás lo siguieron—. Seokjin, ven con nosotros.

—V-voy —tomó su chaqueta y corrió un poco para alcanzarlos—. Creo que algo falla... —miró de reojo a Namjoon y este estaba perdido leyendo un libro— Lo hemos dejado solo.

—No. Mira. Ya ha llegado Jungkook con su bebida sana. En teoría él debía haber cogido algo sano, pero volvió a coger leche de plátano. Ahora es cuando Taehyung lo ve y lo regaña y lo arrastra a por una botella de agua y otra vez Namjoon vuelve a estar solo y entras tú. ¿Lo pillas?

—¿Cuánto tiempo os ha llevado para poneros de acuerdo? —soltó sorprendido.

—El suficiente para saber qué exactamente aquí te toca a ti —se detuvieron en medio del pasillo—. Vuelve a la cafetería y habla con él.

—Venga, Seokjin, tienes mi apoyo moral. —dijo Jimin con la mano entrelazada a la de Yoongi.

—Pase lo que pase seguid siendo mis amigos, aunque personalmente creo que no le gusto... Pienso que le gusta alguien.

—¡Aish! ¡Tú y tus paranoias! —rio— Venga —hizo gestos con las manos—. Jin, Jin, ve, vamos —dio un par de palmadas para hacerlo reaccionar.

—A-a ver... —sonrió nervioso sin saber qué hacer.

—¡Jin, te están haciendo tiempo extra, vamos, ve! —habló Hoseok desesperándose.

—Vale, voy... —se convenció a sí mismo y se dirigió rápidamente a la cafetería. Sabía que Namjoon gustaba de alguien pero que no era él.

Le dieron ganas de llorar y esconderse, se retorcía una sensación incómoda en su interior.

—N-Namjoon. Hola... —se sentó de nuevo delante suyo— Los demás ahora vuelven.

—¿Sí? Vale. Se me hizo raro que todos se hayan ido a hacer una actividad nueva.

—¡Jo, que no, Tae! —se escuchó en la otra punta— ¡Quiero leche de plátano! ¡Deriva del plátano, así que es saludable!

—Jeon Jungkook, ni se te ocurra montar una escena delante de medio campus. La leche de plátano no sólo contiene plátano.

El menor le puso mala cara.

—¡Ey, no! ¡No te voy a cobrar eso! —quitó la leche— Por favor, cóbreme esto. —le sonrió a la cajera con nerviosismo extendiendo una botella de agua.

—Tae-

—Si bebes más agua en lugar de leche de plátano, hoy por la noche lo hacemos, ¿va-

—Señora, por favor, el agua.

—¿Ya no quiere la leche de plátano?

Negó con la cabeza. Taehyung lo miró sonriente al ver lo rápido que cae cuando se trata de tener sexo.

—En fin —continuó Namjoon —. ¿Qué tal estás? —le sonrió con los labios.

Seokjin sintió su corazón acelerarse como si dependiese de su sonrisa para vivir.

—Bien... Bien... H-he oído que hay un nuevo museo cerca del campus. ¿Te parece si-

—Sí. Me parece perfecto que tú y yo veamos arte juntos... —bajó la cabeza al darse cuenta de lo que dijo.

—¿Enserio? Me alegro. ¿Cuándo te gustaría que vayamos?

—Mm... Mañana mismo. Si vamos hoy, apenas habrán cosas, si vamos mañana, estará más completo. ¿Te parece?

—Sí.

—¡Hola! ¿Qué tal? —dijo Jimin apareciendo junto a Yoongi y Hoseok— No hemos encontrado tutor para prácticas de ortografía... una pena. —miró a Yoongi.

—Una pena. —Namjoon sonrió.
 

 
 

Una segunda vez -VKook/KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora