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Estaban en temporada de exámenes finales y todos iban demasiado estresados.

Ya casi nadie salía de fiesta, si lo hacían, no duraban tanto. Intentando tener diversión, sus mentes pensaban en los exámenes, en los estudios, en los miles de temas que tendrán que aprenderse rápidamente.

—Yoongi —interrumpió Seokjin al dormitorio dejando las llaves y la chaqueta en el sofá rápidamente—. Dame el número de teléfono de aquel chico tan guapo del día del incidente.

—¿Por qué? —preguntó concentrado en sus apuntes. No quería suspender ni un solo examen.

—¡Porque sí!

—No. Ni siquiera lo tengo. Y si lo tuviera, no te lo daría.

—¡¿Por qué?! —preguntó desesperado, haciendo drama y moviéndolo.

—Porque te lo tienes que ganar. Ahí está la gracia, Seokjin. Ahora —lo miró—, no vuelvas a molestarme. Estoy estudiando para los exámenes finales y tú deberías hacer lo mismo.

—Meh, sabes que eso no es un problema para mí. —dijo sonriente dándose por aludido.

—Que a tus padres les llueva dinero del culo no es problema de nadie. ¿Crees que tus padres estarán contentos de ver que no haces nada sólo porque ya tienes dinero asegurado? Te echarían de casa...
 
 
 


    
 
 

Desde que se reconciliaron, estaban todo el rato juntos. Nada más despertar, Jungkook se movió al dormitorio de Taehyung.

El pelinegro estudiaba desde su portátil y por la mañana Yoongi le dejó todo su resumen impreso en papel junto con una nota que ponía «por si acaso ♡».

—Tae... ¿Por qué no estudias conmigo? ¿Quieres que te deje solo? —lo miró.

—No... No es eso. Quédate —acarició su rostro—. No te he preguntado si quieres algo de comer. ¿Quieres leche de plátano?

—No. —cerró su portátil y lo dejó en la mesa.

—¡¿No?! —frunció el ceño y luego abrió los ojos con sorpresa. Este jamás se negó a la leche de plátano— ¿Entonces qué quieres?

—Te quiero a ti. —lo subió en su regazo y besó su mejilla.

—Eres muy raro.

—Lo sé. Y te encanta —sus ojos encogieron por su gran sonrisa—... Tae... Hay una cosa que te quiero pedir. ¿Recuerdas aquel día que... que decidimos intentarlo diferente?

—Ajá. —sabía que algún día le preguntaría eso. No le fue ninguna novedad.

—¿Podríamos... repetirlo?

—A la cama. —dijo con suavidad.

—¿A-a la cama? ¿Hablas enserio, Tae? ¿De veras que-

—Jeon Jungkook, a la cama ya.

De inmediato el pelinegro sostuvo al mayor con más fuerzas y caminó con el rápidamente a la cama, empezando a besarlo mientras su mano se colaba en su ropa.

Se separaron y entre ellos quedó un hilo de saliva. Jungkook estaba rojo y el contrario igual.

Manteniendo el contacto visual, sus dedos comenzaron a acercarse más a su pezón hasta sujetarlo y masajearlo. El rubio arqueó la espalda y gimoteó cerrando los ojos.

Una segunda vez -VKook/KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora