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Jimin estaba feliz arreglándose en el baño por la tarde con un sonreír amplio en el que mostraba sus dientes. Se hizo aquel peinado que tanto se prometió que se haría cuando tenga un momento especial.

Ése momento especial era una salida con Yoongi.

—¡Taee! —salió corriendo emocionado del baño— ¿Qué opinas? —pidió una opinión de su outfit completo.

Taehyung, quien estaba con Jungkook en la sala de estar pintándole las uñas, sonrió olvidándose de su novio por un momento.

—Estás precioso...

—¿Y a mí no me preguntas nada? —el menor hizo un puchero— Me voy de aquí.

—Venga ya, Kook —dijo Jimin fingiendo indignación—. Tú también puedes opinar, no te sientas exclui- Vale. —formó una línea recta en sus labios.

Irrumpió al dormitorio de Yoongi con un puchero en los labios luciendo molesto. No hubo rastro de él, pero sí una luz del baño encendida.

—¡Yoongiii! Ji- ¿Por qué te estás arreglando tanto? —preguntó con los ojos bien abiertos— No será que... —este unió puntos y Yoongi lo miró con una sonrisa avergonzada bajando la cabeza— ¡Madre mía Yoonie! —salió corriendo de su vivienda.

Varias personas lo vieron correr de punta a punta por los pasillos como si fuese un niño pequeño que se divertía haciéndolo.

—¡No sabéis qué acabo de ver! —dijo después de abrir la puerta y con la respiración exaltada.

—Este niño es demasiado bipolar. —murmuró Jimin para sí mismo.

—¡Yoongi se está arreglando!

—Enhorabuena, Jungkook. Has descubierto algo de lo que todo el campus ya se había enterado en su día. —rio su novio antes de palmear un sitio a su lado.

Amaba cómo siempre era cuidado por él.

—Aunque hay una cosa que no entiendo —se sentó otra vez al lado de Taehyung y este gimoteó triste al ver que el esmalte en sus uñas se quitó por no dejarlo secar—. ¿Por qué Jimin está siempre en tu dormitorio?

El de cabellos ondulados le regaló una mirada asesina con detenimiento y este supo que debió callar.

—Porque es mi mejor amigo y tengo la costumbre de estar con él. ¿Celoso, Kook?

—No. —espetó con frialdad.

Taehyung no pudo evitar sonreír al ver cómo casi peleaban por él de una forma indirecta.

—Kook. ¿Por qué no vamos a hacerle compañía a Jin? —cerró el esmalte de uñas que anteriormente tapaba con el pulgar para que no entre aire. Jungkook asintió con la cabeza antes de tomar su mano e irse de ahí. Su mirada y la de Jimin se desafiaron.
 
 
 


 
 
 

—Entonces, ¿te gusta mi amigo Namjoon? —sonrió.

—Ni se te ocurra mencionárselo... Literalmente es casi imposible que sienta algo por mí porque nunca nos hemos hablado.

Ante eso el rubio sonrió de una manera sospechosa que hizo a Seokjin fruncir el ceño por un momento.

—Perdón, pensaba. ¿Qué tal si os consigo una cita? ¿O os hago coincidir en un mismo lugar?

—¡No! Sería demasiado notorio a mi parecer... —se quejó mirando alrededor desesperado.

—¿Qué tal si nos juntamos todos en una mesa y lentamente vamos poniendo excusas para desaparecer todos-

—Pero-

—y tú desapareces con alguno de nosotros y luego vuelves a la mesa diciendo que los demás volveremos un poco luego? —alzó las cejas dándose por aludido sabiendo que su idea fue increíble.

—Increíble. Espero que funcione. A todo esto, ¿y Jungkook? Llegó aquí contigo.

—¡Estoy haciendo pis! —gritó desde el baño.
 
 
  


 
  
 

 

Jimin se sintió nervioso, además de inseguro. Se arrepintió de vestir con una prenda demasiado cara y fina para él, no estaba cómodo.

Yoongi, lo estuvo mirando de reojo por lo precioso que se veía. Pero algo en él le dijo que este no se sentía tan emocionado como él.

—¿Te pasa algo...? —dejó de caminar para atenderlo y el menor imitó su acción.

—Creo que me he arruinado —dijo aferrándose a la cuerda de su bolso con los ojos llorosos—. N-normalmente me siento bien, cómodo y bonito con lo que me pongo, pero... pero hoy no, ahora no. —una lágrima se escapó.

—Jimin. Para mí te ves precioso tal y como sueles ser. No hacía falta ponerte algo con lo que aún no te sientes tú mismo —dijo agarrando sus manos—. ¿Quieres... que volvamos al campus y te cambias? Aún estamos cerca.

Sonrió entre lágrimas.

Estando ahí, Yoongi esperaba de pie, al lado de la puerta que daba acceso a la habitación de Jimin, donde este se cambiaba.

De golpe, sonó un fuerte estruendo, haciendo que el mayor reaccione y abra la puerta de inmediato.

—Dios...

Jimin estaba desnudo frente a él, con el corazón a mil a nada de salirse de su pecho por la vergüenza.

—Y-yo lo siento demasiado. O-oí un ruido y decidí abrir sin pensar —entonces vio varias perchas en el suelo y compendio que cayeron en picado—. Lo siento tanto —cerró los ojos—. Podemos quedar otro día si-

—No... No hace falta, enserio. No ha sido culpa tuya. Tú solo estabas preocupado. Y... —sus mejillas enrojecieron por lo que estaba a nada de decir— puedes abrir los ojos.

El pelinegro abrió los ojos con muchas dudas y se encontró con el cuerpo desnudo del rubio. Se sintió nervioso y ansioso. Tanto, que desvió la mirada.

—Puedes... acercarte si gustas. N-no tengo problema.

«¿Qué mierda estoy haciendo?»

Yoongi asintió con la cabeza y se acercó cabizbajo hasta que estuvo delante de él. Antes de que el menor diga algo más, fue tomado de la cintura y fue besado.

La lengua de Yoongi era demasiado inquieta hasta el punto de colarse en su cavidad y rozar la suya mientras lo tumbaba en la cama con delicadeza.

Jimin tampoco se contuvo y correspondió de inmediato al beso. Llevaba esperándolo desde el mismo instante que Yoongi pasó por su dormitorio para ir a recogerlo.

Un leve gemido se escapó de su boca cuando empezó a lamer por encima de su lengua con tanta lujuria y deseo.

Se separaron porque el aire en sus pulmones se agotaron y aún los unió un hilo de saliva que excitó en exceso a Jimin.

—C-creo-

—Vamos demasiado rápido —completo Yoongi respirando suavemente por la boca—. Pero necesito hacerlo.

Jimin sonrió.

 


 
 

Una segunda vez -VKook/KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora