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todo mi esfuerzo únicamente te daño


ya habían llegado las siete de la tarde en el pueblo de tortilla y el sol estaba dando sus últimos rayos de luz del día, durante toda la tarde se habían escuchado ruidos consecutivos de golpes, una y otra vez, parecía que aquella persona que proporcionaba los golpes tenía energía infinita por la constancia y fuerza con la que pegaba.

-como se encuentra?.

pregunto el alcalde del pueblo hacia los dos chicos que también se encontraban mirando la eccena un poco alejados del lugar.

-no ah dejado de hacer eso en todo el día, ni para tomar algo.

-y tampoco a tenido resultados, es la séptima espada que gasta.

toda la gente del pueblo veía la eccena con pena, ya que sabían de la situación del pelinegro y el por que de su desesperación por volver a su pueblo.

-MALDITA BARRERA DE MIERDA!!.

grito con furia el pelinegro tirandose en el piso dejando la espada a su lado y apoyando la espalda en la barrera, nada, no había forma de romperla, el sabía que su papá era un hechicero asombroso pero a él nunca le habían enseñado ningún tipo de echizo o algo que tenga que ver con magia, su vida se trataba de fuerza física, sin eso no era nada.

-por que tuvo que hacer esto, por que no me deja volver con ellos.

digo con la voz rota escondiendose entre sus piernas. se sentía tan dolido, su papá literalmente le había prohibido la entrada a su pueblo, le había quitado la oportunidad de volver a verlos al menos una vez más.
lo único que lo mantenía sin entrar en un poso depresivo era saber que si la barrera aún estaba presente era por que el corazón de su papá se encontraba latiendo, con suficiente fuerza para mantenerla.

mientras spreen se maldecía a sí mismo de mil formas diferentes más dentro del pueblo se encontraba recién llegando un chico con capa y lentes, el cual estaba bajando de su santuario después de una semana completa de no saber nada de nadie.

el castaño se encontraba bastante confundido, en su pueblo habia mucha gente, y a la mayoría no los conocía, ¿habrán venido por algún evento? se preguntaba el chico.

-ey noni, por que chingados hay tanta gente??.

-hombre juan no te has enterado?, han atacado el pueblo vecino, se quedarán con nosotros hasta que puedan volver.

ante la información el hechicero se que en stock ¿habían atacado al pueblo vecino? ¿a karmaland? como era posible si ellos eran conocidos por tener a los mejores guerreros que pudieran existir, como alguien se atrevería en ponerse en su contra?.

-pero ellos siempre logran manejar los ataques, por que ahora están acá?

-juan, el pueblo perdió, karmaland fue derrotado.

karmaland derrotado, sonaba tan irreal, de repente recordó que en karmaland vivía la ex pareja del alcalde del pueblo el cual nunca pudo superarlo, así que después de agradecerle a su amigo por la información fue en busca de su amigo.

no tardo tanto en encontrarlo pero cuando lo hizo lo vio hablando con dos chicos los cuales no reconocía, giro un poco su vista hacia donde los otros tres chicos estaban mirando y pudo ver a un chico pelinegro y híbrido de oso, un híbrido de oso no había visto ninguno desde rubí, cuanto lo extrañaba.

de repente el chico pelinegro levantó la vista cruzando su mirada con la del hechicero, no había rastro de emoción en su rostro, el pelinegro frunció el ceño levemente y se dispuso a levantarse junto a sí espada pata volver a golpear aquella cosa que lo separaba de su hogar.

°•en el tiempo equivocado•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora