|𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 3|

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━(⏳)"𝐘 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐦𝐚𝐬 𝐭𝐞𝐜𝐨𝐧𝐨𝐳𝐜𝐨𝐦𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐠𝐨"

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━(⏳)"𝐘 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐦𝐚𝐬 𝐭𝐞
𝐜𝐨𝐧𝐨𝐳𝐜𝐨
𝐦𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐠𝐨".

𝐒𝐚𝐲𝐮𝐫𝐢 𝐬𝐞 𝐩𝐚𝐫𝐨 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐬𝐢𝐥𝐥𝐨 𝐲 𝐦𝐢𝐫𝐨 𝐜𝐨𝐧 curiosidad cada rincón y grieta de la casa, aunque en realidad no había mucho que ver

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𝐒𝐚𝐲𝐮𝐫𝐢 𝐬𝐞 𝐩𝐚𝐫𝐨 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐬𝐢𝐥𝐥𝐨 𝐲 𝐦𝐢𝐫𝐨 𝐜𝐨𝐧 curiosidad cada rincón y grieta de la casa, aunque en realidad no había mucho que ver. El apartamento de Gaara estaba modestamente amueblado. Las paredes de arenisca estaban desnudas, los pocos muebles estaban hechos de tosca madera de roble. En algún momento, Sayuri noto que Gaara la había estado observando durante algún tiempo. Se sintió nerviosa, no quería que el pensara que era demasiado curiosa.

━Hm...Es muy...agradable aquí━ tartamudeo.

━Debo salir. Tu habitación esta allí.━ dijo, y señalo hacia el final del estrecho pasillo. La chica asintió. Momentos después, escucho la puerta principal cerrarse de golpe. Se quedo así durante un rato en el completo silencio que se produjo en el apartamento tras la marcha de su misterioso compañero. Después de un tiempo, se sintió mas tranquila y se movió en la dirección que el pelirrojo había señalado.

Estaba caminando por el pasillo oscuro y de repente se detuvo. La puerta a la mitad del pasillo estaba ligeramente entreabierta. Sayuri tenia unas ganas increíbles de entrar ahí. Dio un paso vacilante y se congelo con la mano en el pomo de la puerta. No, no puede...seria...inaceptable. Se regaño mentalmente y se dirigió a su habitación. Abrió la puerta con cuidado. Solo la tenue luz de la linterna inundaba a habitación, y la habitación misma se mantuvo en tonos cálidos. No había artículos innecesarios, ni adornos. Justo debajo de la ventana había una cama con dosel bastante imponente, en la esquina había un armario y justo al lado había una pequeña mesa con una silla. La pelirroja entro lentamente en la habitación donde se suponía que pasaría al menos los últimos días. Cayo sin fuerzas sobre la cama y no pudo recuperar el aliento. Una espesa nube de polvo se elevaba de toda la cubierta. La chica corrió hacia la ventana y la abrió de par en par, inhalando con avidez el aire fresco. Echo un vistazo mas de cerca a la habitación y noto que estaba cubierta con una gruesa capa de polvo. Es como si nadie hubiera estaba allí desde hace años. Después de pensarlo un momento, llego a la conclusión de que antes de decidir acostarse, debía limpiar y sacudir la cama. Agarro una almohada y la puso por la ventana. Se asombro al ver que cada golpe liberaba una enorme cantidad de polvo, y la almohada tardo unos minutos en quedar relativamente limpia. El mismo destino le sucedió a la sabana y al edredón. Después del trabajo, la cansada pelirroja se recostó cómodamente contra el marco de la ventana, mirando las estrellas. No era consiente de cuanto se parecía a cierto shinobi pelirrojo.

 ┃𝗥𝗲𝘀𝗽𝗼𝗻𝘀𝗮𝗯𝗶𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱 ┃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora