✮ ;; donde lindsey despierta en la habitación de un desconocido tras una noche de borrachera.
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lindsey dio la vuelta en el colchón, lista para seguir durmiendo pero al toparse con la luz del sol tuvo que abrir los ojos ante la molestia, aunque fue una mala decisión. se sento rápidamente en la cama para levantarse de una vez terminó hacer su clasica limpieza de domingo, al poner los pies en el suelo supo que algo no andaba bien.
— este... no es mi cuarto -dijo en voz baja, viendo la habitación en la que se encontraba-.
observó el suelo, viendo su chaqueta tirada y arrugada en la alfombra roja. cuando sus ojos hicieron contacto visual consigo misma en al espejo largo, se fijo en la camiseta negra de green day que utilizaba. sus neuronas hicieron corto circuito y sus mejillas se pusieron rojas al averiguar, o suponer, lo que había hecho la noche anterior.
— me acosté con un desconocido... -se hizo bolita en la cama, arrepentida de sus propias decisiones-
rápidamente se levantó y empezó a buscar su ropa tratando se no hacer ruido, a pesar se haber buscado a profundidad, dentro delo que podia, no encontró sus prendas. derrotada y nerviosa, abrió la puerta de la habitación y salió hacia la sala de estar. el departamento en el que estaba era pequeño y con estilo punk pero algo minimalista.
no se veia nadie a los alrededores, así que como si fuera su propia casa, se acercó a la cocina en busca de algo delicioso para comer pero no encontró nada más que dos rebanadas de pan de molde y unas dos bananas ya podridas.
a lindsey le invadió la incomodidad ante la suciedad y le entraron las ganas de ordenar de arriba a abajo pero solamente respiro hondo.
la cocina estaba conectada a la sala de estar así que lindsey se acercó al sofá en busca de su ropa pero tampoco encontró nada, pensó en robarse esa camiseta con algún pantalón si le quedaba pero la entrada se abrió de golpe, asustando a lindsey y de paso arruinando su plan de huida.
— veo que despertaste.
lindsey se dio la vuelta para ver a la víctima de su diversión nocturna. casi se desmaya al ver a semejante hermosura parada en la entrada con una bolsa de mercadería y otra con interior desconocido. el chico era alto y delgado, vestido de negro y con una gran cantidad de piercings en su rostro acompañado de unos hoyuelos que lo hacían ver adorable a pesar de su apariencia ruda.
— te traje tu ropa, esta limpia -dijo extendiendo una de las bolsas de tela-.
— gracias -respondió en voz baja, sin poder mirarlo a la cara-.
— puedes cambiarte en mi habitación. ya sabes dónde está -sonrió de costado ante los nervios de la chica-.
lindsey asintió y desapareció rápidamente para ir a cambiarse. lo único en lo que podia pensar era en lo atractivo que era el sujeto. se apoyo en la puerta blanca y soltó un suspiro, tratando de recomponerse. se dispuso a examinar la habitación, tratando de averiguar el tipo de persona que era el chico.
la habitación no era tan grande pero estaba llena de cosas; la cama ocupaba gran parte de la habitación, en las paredes habían pósters, un perchero con camisetas y unas chaquetas, un mueble de cajones con dibujos y que encima estaba llena de cinturones, collares y pulseras, y por último, una gran guitarra en la esquina de la habitación acompañada de su funda.
lindsey no pudo evitarse acercarse a admirar la bella guitarra. ella no sabía tocar la guitarra en absoluto, pero siempre había admirado a los músicos y observarlos desde lejos. la castaña se aparto de la guitarra para cambiarse, de lo contrario se quedaría mirándola mucho rato.
al salir de la habitación con la camiseta en mano, el chico la esperaba en la cocina con un delicioso aroma de galletas recién salidas del horno. aquel aroma entró en las fosas nasales de la castaña, haciéndola caminar por sí sola a la cocina. al llegar se encontró al chico de espaldas prepa
— buenos días -aquel chico le sonrió amablemente mientras en la mesa ponía unos sándwiches de palta y tómate-.
lindsey agradeció con un gesto, la voz no le salía frente a aquel desconocido pero aún así trago saliva y juntando todas sus fuerzas abrió la boca y extendió la camiseta.
— tu camiseta -dijo alzando la voz lo suficiente para que él escuchará-.
— oh, gracias -la recibió-.
lindsey suspiro, pensando que la conversación había terminado y podría comer para luego inventar una excusa e irse, pero ver al chico quitarse la camiseta roja y ajustada para ponerse la que otra.
— ¡espera, espera! -alzo la voz sonrojada y tapándose los ojos-
— ¿por qué te pones nerviosa? -pregunto quitandole las manos de los ojos-
lindsey negó frenéticamente pero finalmente cedió. cuando ambos hicieron contacto visual, el corazón de la castaña se aceleró y ella de nervios aparto la mirada.
— no es nada que no hayas visto -acaricio su cabello, juguetón-.
si lindsey estaba nerviosa antes, ahora estaba peor. no sabía cómo actuar con aquel chico. ¿cómo actúas con el desconocido con el que te acostaste? aquella pregunta llegó a la cabeza de lindsey mientras veía al chico sentarse en la pequeña mesa. él la miró y con la mano la invito a sentarse.
lindsey respiro profundo y se sentó en la mesa, dispuesta a seguir su plan.
— el control esta ahí si quieres prender la televisión -dijo tomando de su café-.
la chica asintió y sin pensarlo mucho le hizo caso y prendió la tele, encontrándose con una de sus series favoritas.
— hey, es el precinto 99 -sonrió viendo la televisión-. me encanta esa serie.
— a mi igual -respondió lindsey-. me encanta el capitán holt.
— es muy cool.
el desayuno fue silencioso pero no incómodo, solo con el sonido de la tele y uno que otro comentario. chico estuvo con su ya típica sonrisa todo el desayuno mirándola de vez en cuando, no parecía incómodo en absoluto con ella, al contrario, parecía disfrutar de su compañía.
pero no duro mucho, pues el desayuno había terminado y era la hora de irse. lindsey no podía decir como la había pasado, había sido una situación extraña y solo había compartido (por lo que recordaba) alrededor de unos 45 minutos o quizás una hora con él. si se hubieran conocido en otra ocasión quizás se hubiera encariñado con él, pero recordar que habían pasado una noche juntos la hacia sentirse extraña.
— disculpa... -dijo lindsey rompiendo el silencio- y-yo creo que debería irme ya -levantó sus platos y los llevó directamente al lava platos-, tengo unas cosas que hacer.
— esta bien -se levantó y puso su chaqueta-. iré a dejarte a la estación de tren para que no te pierdas.
— agradezco tu amabilidad, pero sé cuidarme sola -le sonrió levemente, jugando con su cabello-.
— ¿segura? -lindsey asintió- de acuerdo, pero avisa al llegar.
— ... claro -tomo su bolso, asegurándose de que todo estuviera ahí-. adiós.
al salir del edificio saco su teléfono y lo desbloqueo, la frase del chico la había dejado curiosa así que abrió sus contactos en busca de alguno desconocido para ella... y lo encontró.
hobie 🦄🎸
su nombre resaltaba entre sus contactos por aquella extraña combinación de emojis. lindsey soltó una pequeña risa y guardo su teléfono en su bolso, olvidando por completo a aquel extraño con el que había pasado la noche, porque después de todo no lo volvería a ver nunca más.
o eso creía...
igual le hago segunda parte jdjdj
— nico ✮
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punk boy ☆ hobie brown !
Fanfic♡̶⠀⋅⠀fem oc ⋆ libro de relatos cortos dedicados a hobie brown/spider punk Ꮺ ָ࣪ © kokomiperla 2O23