Cuando Xie Lian abrió los ojos lo primero que vió fue unos ojos llorosos y una brillante sonrisa, un rostro cansado pero feliz resultó ser su madre que le dió a luz hace poco.
—Oh, cariño, eres tan lindo —susurró su madre mientras acariciaba su pequeña mejilla.
—Por supuesto que es lindo, se parece a su hermosa madre —habló una voz masculina siendo este su padre.
La pareja hablaba tranquila y felizmente sobre el pequeño niño sus brazos mientras que Xie Lian seguía aturdido, su mente parecía estar en blanco.
Pasó un mes hasta que Xie Lian finalmente recordara todo lo sucedido, lo que pasó en su vida anterior, todo, recordó completamente todo especialmente lo relacionado con su amado San Lang por supuesto que dolía, dolía muchísimo. El dolor era tanto que por ello en su vida pasada, después de esperar unos pocos años, recurrió al suicidio.
Aún no entendía muy bien lo que pasaba con él y en dónde estaba pero al ser simplemente un bebé en ese momento lo único que podía hacer era seguir la corriente hasta crecer y poder entenderlo todo.
Y así pasaron los años, poco a poco fue investigando ese nuevo mundo y todo lo que le rodeaba, todo era diferente, sin dioses, energía espiritual y mucho menos poderes de cultivo etc. Pero al ser un nuevo mundo entonces habría una oportunidad de encontrarlo ¿Cierto? Por más diminuta que sea la posibilidad, aún así Xie Lian siguió viviendo, si tuvo una segunda oportunidad de vivir entonces la tomaría.
Al principio fue extraño y raro adaptarse pero luego fácilmente lo hizo, teniendo sus recuerdos e inteligencia siempre logró ser el número 1 de su clase y también al ser guapo era muy popular. El estudio era tan fácil que no necesitaba esforzarse así que vivió bien.
Aunque siendo menor de edad no podía hacer grandes viajes y buscar a Hua Cheng pero siempre, luego de clases caminaba una hora intentando buscar una figura similar o al menos aquél sentimiento que solo sentía únicamente cuando estaba con él.Sin embargo no logró encontrar nada.
Aunque su apariencia era la misma que en su vida pasada, completamente igual pero no sabía si Hua Cheng también tendría la misma apariencia o que edad tendría en ese mundo, bueno, si realmente hay uno... Su esperanza no disminuyó sino todo lo contrario, se entusiasmó más y más, buscarlo fue difícil y cansado pero entre más buscaba, más anhelaba, mientras más extrañaba más amaba. Ese tiempo solo hizo que su amor por Hua Cheng se profundizara incluso más que antes, estaba sorprendido pues pensaba que no podría amarlo más pero resultó no ser así, su amor por Hua Cheng era, en pocas palabras infinito y cada día que pasaba avanzaba más y más, avanzando a un final inexistente.
Unos de los pasatiempos que Xie Lian desarrolló fue la pintura, mientras pensaba en su amado lo único que podía reconfortarlo era pintarlo con todo el amor que tenía para él pero no podía darle en ese momento y así fue, muchas pinturas de Hua Cheng fueron pintadas con cariño, suavidad, anhelo, tristeza, amor y delicadeza, no había ni un pequeño detalle olvidado.
Hong'er, San Lang, Hua Cheng, Hua Chengzu, Xueyu Tanhua. Todos eran uno solo y a la vez distintos pero lo único que siempre fue igual fue el amor tan puro y real por Xie Lian y por supuesto Xie Lian amaba todo lo que provenga de él así que lo pintó todo. Incluso a él mismo en diferentes ocasiones con su amado.
Pero estos dibujos eran su tesoro, algo que guardaba solo para él incluso de sus padres. Los atesoraba en una caja de madera simple pero elegante la cual tenía que abrirse con llave.
Por supuesto que los padres de Xie Lian sabían de su pasatiempo pero no de esto, Xie Lian pintaba algunas cosas randoms y las pegaba en la pared de su habitación. Los padres eran similares en apariencia a sus padres de la vida pasada pero no el mismo nombre aunque el apellido seguía siendo el mismo.
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Destinado a conocerte
FanfictionXie Lian, el dios de la basura y Hua Cheng, Xueyu Tanhua se separaron, cuando las cenizas de Hua Cheng se dispersaron y ya no había esperanza. Xie Lian estaba desesperado al cabo de unos años y decidió renunciar a su vida... Pero inesperadamente abr...