Capítulo 23 (parte 2) La intención de Hua Cheng.

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Luego de la primera vez de ambos, cuando Hua Cheng recuperó sus recuerdos, cuando lo hicieron nuevamente fue moderado, suave y gentil (más que antes) esta vez no se dejó llevar y sobrecargó el cuerpo de Xie Lian como aquella noche o bueno, al menos no hasta el límite.

Xie Lian ha de admitir que aunque termine pidiendo parar cuando no puede soportar más, Hua Cheng siempre le da un placer intenso que incluso su cuerpo no puede evitar querer más es como si poco a poco cediera completamente ante él, es vergonzoso pero no importa en realidad, ¿Qué cosas más vergonzosas ha hecho antes?

Hua Cheng disfruta mucho besar y marcar cada parte del cuerpo de Xie Lian, lo estimula al máximo haciendo que el cuerpo de Xie Lian quiera más y más, conoce cada parte de cuerpo como la palma de su mano, cada pequeño lugar y como complacer.

Lo llevó a la cama, lo recostó y se subió encima de él.

Mordió su cuello y lamió, no era muy profunda pero las marcas de sus dientes estaban ahí y la piel rojiza brilló con su saliva. Sus manos no tardaron en desnudar completamente a Xie Lian quien solo vestía un una camisa grande (de Hua Cheng) y ropa interior.

Cuando estaba en casa, vestía tan simple, Xie Lian encontró cómodo usar las grandes camisas de Hua Cheng porque podía sentir su olor y el de Hua Cheng mezclados y eso le da un tipo de satisfacción inexplicable.

—San Lang también debería desvestirse —se quejó Xie Lian.

—¿No debería gege ayudarme?

Xie Lian se sentó en la cama y empezó a desvestirlo, quien usaba pijama, igualmente le gusta vestir así cuando está en casa, Hua Cheng piensa que es más cómodo además está en casa.

Incluso en pijamas, Hua Cheng no deja de verse tan atractivo como antes, incluso Xie Lian llegó a pensar que cualquier ropa se le vería bien y que el único propósito de esta era solo para que Hua Cheng la usara, pero claro, nunca le dirá algo tan tonto.

Cuando Xie Lian bajó los pantalones junto con la ropa interior, la erección de Hua Cheng golpeó su muñeca, suave y caliente, aún sigue sin creer como Hua Cheng que rápidamente se endurece, se toma mucho tiempo para estimularlo al máximo.

Xie Lian pensó en algo, tomó los hombros de Hua Cheng y lo obligó a sentarse, sentado al borde la cama mientras Xie Lian se baja de esta y se puso de rodillas en el piso cubierta de una suave alfombra carmesí.

Hua Cheng supo lo que pensaba hacer e intentó detenerlo —Gege, en realidad no necesita hacer esto —dijo, pero sus ojos no podía ocultar aquél brillo y expectativa.

Xie Lian sonrió y negó —No, quiero hacer esto, siempre es San Lang haciéndolo por mí, yo... También quiero probar el de San Lang —admitió.

Aunque Xie Lian nunca había hecho algo así pero recibió mucho este trato y sabe los lugares que se siente bien y como podría hacerlo, Xie Lian realmente aprende rápido y ha estado pensando en esto por un tiempo.

Una mano no era lo suficientemente grande para rodear el miembro de Hua Cheng por lo que Xie Lian tuvo que usar ambas manos, masajea lentamente y acercó su rostro, abrió la boca y lamió levemente la punta gorda y rosada. Pudo sentir como el cuerpo de Hua Cheng se estremeció ante la ligera lamida. Pasó su lengua en toda la longitud, de abajo hacia arriba, una, dos, tres veces para luego meter esa dureza en su boca la cual solo pudo atrapar la punta del glande.

Hua Cheng acarició el cabello de Xie Lian y habló en voz baja y pesada —Gege no tiene que esforzarse, puede hacerlo a su ritmo.

Xie Lian hizo un sonido de "Hmm", liberó el glande para meterlo nuevamente en su boca, esta vez un poco más que solo la punta. Hizo pequeños movimientos de embestidas y poco a poco pudo meter la mitad, los movimientos aumentaron de ritmo. Arriba y abajo, la punta del glande tocaba su garganta pero increíblemente no había signos de arcadas, sacó la lengua y con cada embestida lamía la longitud.

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