𝟎𝟔. 𝐄𝐥 𝐣𝐚𝐫𝐝𝐢́𝐧 𝐬𝐨𝐥𝐚𝐫𝐢𝐞𝐠𝐨

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... Las fuentes resecas, las rosas terminan.
Incienso de muerte. Tu día se acerca.
Las peras engordan como Budas mínimos.
Una azul neblina, rémora del lago.
( Sylvia Path )

( Sylvia Path )

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PARTE III. 06
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   EL CUERNO DE LA REINA SUSAN había funcionado. Trumpkin se había dado cuenta de ello cuando el chico le había ganado con la espada.
A pesar de ello, los reyes de antaño no estaban familiarizados con la nueva Narnia, con los salvajes que se habían vuelto algunas criaturas; con los salvajes de los telmarinos.

¿No había unas grutas aquí?

Habían tomado el lago para ahorrar tiempo. Sin embargo, Trumpkin esperaba que pasaran esa área sin que nadie dijera nada, no había vuelto ahí desde hace años y no esperaba hacerlo.

Las habían murmuró aun remando. Aquí crecimos la mayoría de nosotros.

Se escuchó un respingo y Susan rápidamente le tapó los ojos a Lucy.

Hasta que los telmarinos no tuvieron compasión en matar crías.

Pasaron frente ello y todos voltearon la mirada al otro lado cuando vieron cuerpos diminutos incinerados en el área.

Miles de recuerdos pasaron en la mente del enano de todo lo que había pasado, de ese día que ahora parecía tan lejano. Y fue entonces cuando se acordó de ella.

¿A dónde vamos? preguntó Edmund cuando el enano cambió la dirección del bote.

Primero tenemos que ir por alguien, un refuerzo, pero les advierto que no hagan nada sospechoso o me cerrará la puerta en la cara.

¿Es un narniano?

... Algo así.

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El viaje se alargó una noche más de lo esperado, Trumpkin les había dicho que no podían prender la linterna o llamarían la atención en el oscuro lugar. Tenían que ser sigilosos, podrían caer en un pozo o encontrarse a una criatura indeseada, como un oso.

𝐋𝐄𝐆𝐀𝐃𝐎 ━━━━ 𝐄𝐃𝐌𝐔𝐍𝐃 𝐏𝐄𝐕𝐄𝐍𝐒𝐈𝐄.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora