𝟎𝟑. 𝐋𝐚 𝐜𝐮𝐥𝐩𝐚 𝐞𝐬 𝐦𝐢́𝐚

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...Toqué una flor, mas, antes que sus pétalos
encontraron mis manos las espinas
que en mi carne clavándose quedaron
por gotas de mi sangre humedecidas.
( Vicenta Castro Cambón )


( Vicenta Castro Cambón )

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PARTE II. 03
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POR SIGLOS, LOS HIJOS de Adán y Eva han sido venerados por la población narniana, asociándolos con la salvación y protección de su pueblo.

Cada especie de criaturas tienen leyendas donde explica cómo su raza influyó exponencialmente a la historia. Un ejemplo de ellas sería la de los faunos.

Se dice que, en los principios de la vida en Narnia, una hija de Eva, de cabellos dorados como el sol, había sido enviada por el mismísimo Aslan para preservar el curso de la historia en Narnia.

Años después, esa guardiana se enamoró de la inmensa valentía de un leal amigo fauno. Tanto así que se unió a él y crearon una familia. Sus descendientes serían los mensajeros del león, un puente entre él y futuros héroes.

Debido a todo esto se especula que, sin importar el lugar o la circunstancia, los faunos siempre serían los más leales a Aslan. O al menos eso se esperaba.

Con el tiempo, se creó un fenómeno llamado los "hijos traidores" que, como su nombre lo dice, eran los faunos que se aliaban con la bruja Jadis, ya que ella siempre buscaba corromper a esta raza. Lo que sería el equivalente actual a los que se aliaban con los telmarinos.

Lo peor de esto no era el rechazo social que conllevaba serlo, se rumoreaba que los hijos traidores pagaban un cruel castigo del que ni Aslan podría salvarlos.

Ningún narniano sabía con exactitud de lo que se trataba, pero el Sr. Acacius no deseaba descubrirlo.

Con la llegada de los telmarinos, los narnianos habían tenido que ocultarse, evitando a toda costa el territorio enemigo. Sin embargo, eso también tenía desventajas.

Hace unas semanas la esposa de Acacius, la Sra. Narcissus, había caído en cama debido a una enfermedad lamentablemente mortal. La cura de dicha enfermedad sí existía, sólo que se encontraba en los actuales jardines telmarinos. Los cuales no podrían ingresar sin que les clavaran una espada en el pecho.

Lo siento, pero no podemos arriesgar a más gente por esto sentenció el enano.

El fauno se levantó furioso, asustando a todos los presentes.

¡Es tu amiga! ¡La de todos ustedes! ¡¿Cómo pueden tan siquiera pensar eso?!

El Sr. Acacius había convocado una junta para organizar un plan para conseguir dicha cura. Sin embargo, no se esperaba que se negaran ni bien lo había mencionado.

𝐋𝐄𝐆𝐀𝐃𝐎 ━━━━ 𝐄𝐃𝐌𝐔𝐍𝐃 𝐏𝐄𝐕𝐄𝐍𝐒𝐈𝐄.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora