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Estaba acomodando unas bandejas hasta que Natalie vino hacía mí. Se veía demasiado feliz.

–Cómo te has sentido?–Me preguntó alegré.

–La verdad, bastante bien, estár aquí es como un sueño–Le dije un poco nerviosa.

–Tienes razón, nunca me imagíne caminando por los pasillos del palacio real, viendo sus hermosos lujos–Dijo mientras miraba alrededor de la cocina.

Había pasado una hora y tal y como nos lo habían informado, el baile real empezaría en segundos. Nos ordenaron a las meseras ir para estar al pendiente de si alguien necesitaba algo aquel salón era bastante espacioso y lleno de iluminación.

El suelo tenía un color gris pintado con un diseño de círculos color negro, arriba resplandecía un candelabro colgante que llenaba de luz todo el salón de baile. Todos estaban hablando y riendo no sabía el porqué o sobre qué, pero pude suponer que se trataba de asuntos realmente prioritarios, tal vez sobre negocios, rumores, anécdotas incluso el divorció de una pareja de familias importantes.

Al bajar por las escaleras del salón, logré ver al príncipe Justin vestido con un Blazer color negro, camisa blanca y pantalón negro se veía realmente atractivo, cuando ví a Natalie, pude notar como tenía ganas de lanzarse a bailar con él.

Mis nervios se alborotaron cuando Justim Cooper puso su mirada en mí,  pude ver como mis ojos se reflejaban en los suyos y cómo se formaba una sonrisa de oreja a oreja en su rostro, note que una mujer se le acercaba por detrás, era bonita tenía vestido azul oscuro, de tirantes bien diseñados y falda hasta el suelo, su Cabello castaño estaba recogido y muy bien arreglado, su piel era morena y sus ojos cafés, pero la verdad se veía  bastante mayor para ser pareja del príncipe, logré ver como aquella mujer le decía un par de cosas y él respondía.

Justin terminó de hablar con esta bella dama y vi como caminaba hacía mí, me sentí casi paralizada en el momento en que él preguntó...

– Señorita, me permitiría bailar con usted esta noche? –preguntó y logré notar como su piel blanca se ponía realmente pálida.

Yo no podía pronunciar una sola palabra estaba realmente nerviosa y podía notar que él también lo estaba.

Por más desquiciado que pareciera, asentí.

Justin Cooper tomo mi mano y me llevo al centro del salón, logré notar como todos se envolvían en un incómodo silencio y podía estar segura que más tarde saldrían comentarios de la boca de muchos como "El príncipe invitó a bailar a una mesera" o "El príncipe Justin Cooper formo escándalo al bailar  con una simple mesera" comentarios y rumores grotescos, que al momento de cometer esta locura no llegaron a mi mente.

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Bailar con el príncipe Justin fue algo totalmente mágico, sus manos en mi cintura eran suaves y sus pasos lentos, me sentí afortunada, ya que era un gran privilegio que una chica como yo logrará estar tan cerca del príncipe como para bailar por él.

En pleno baile, pude notar como todos nos miraban, tal vez disgustados o avergonzados. No podía lograr comprender como esque cometí una locura tan grande.

A media noche, todo había terminado, cada quién debía regresar a su casa, la limosina que nos había traído, nos llevaría al restaurante, puesto que debía tomar el tren a casa.

Cuando salí del palacio iba a subirme al vehículo real, pero una voz masculina me detuvo.

–Hey! Espera, antes de que te vayas...Podrías decirme cuál es tu nombre cenicienta?–Me preguntó Justin un poco nervioso.

–Bueno, no lo sé, por qué le daría mi nombre a alguien que apenaa conozco?–Pregunté dudosa.

–No tienes que hacerlo, pero me encantaría saber el nombre de la chica con la que baile esta noche–Me dijo mientras se formaba una media sonrisa en su rostro.

–Bien, soy Megan y ya me tengo que ir–Añadí dandome la vuelta hacía la limosina.

–Espera!–Justin me agarró del brazo y me volví hacía él–Sé que sonara un poco atrevido pero, podrías darme tu contacto? Sólo para conocernos más–Añadió.

–Bueno, tengo que aceptar que me tomas desprevenida, no sé que decirte, pero si te digo que no, de seguro mándaras a tus guardías para sacarme a patadas de aquí–Le dije entre risas.

–No sería capaz de hacer algo así con una bella chica como tú–Exclamó sonriendo.

–Esta bien, te daré mi contacto, pero esta extravagancia no me traiga problemas–Le dije nerviosa.

Le dí mi contacto al príncipe, sé que era una locura pero, esa noche no comprendía que me pasaba, estaba sin límites.

Había invitado a Natalie a dormir aquella noche en mi departamento, así que al llegar al restaurante, nos fuimos juntas a la estación de tren y cuando llegamos a casa preparé un té y hablamos de las cosas tan maravillosas que habían sucedido esa noche.

–Por el amor de Dios, Megan no puedo creer que le hayas dado tu número al príncipe y hayas bailado con él–Me dijo euforicá.

–Lo sé, yo tampoco puedo creerlo, esta noche fue grandiosa–Le dije contenta.

Toda había ido muy rápido, habían pasado cosas increíbles esa noche, mi mente sólo pensaba en el príncipe Justin y recordaba el momento en que baile con él sin límite alguno. Podía asegurar que cosas nuevas empezarían pronto.

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