Cristal

XIX

Habían pasado ya unas cuantas semanas, todo estába listo, la iglesia, la decoración, los trajes, la comida e incluso, el padre que nos casaría.
También escogí a Natalie como dama de honor, todo estaba listo.

El día estaba a punto de llegar, el día de la boda era mañana.

Era viernes en la mañana, ya había salido de bañarme y también me había preparado, para ese día tenía planeado ir al cementerio a visitar a mis difuntos padres.

Ese día era el último en mi casa, así que había decidido dormir ahí, los nuevos compradores vendrián en la tarde a firmar los últimos documentos para quedarse con la casa. Había hablado por videollamada con Justin el día anterior y me había recalcado que me extrañaba y que quería estar conmigo en todo momento,.no soportaba que no estuviera con él ni aunque fuera por una noche.

Había desayunado en un restaurante cerca de casa, y después había comprado las flores favoritas de mis padres, los girasoles, para llevárselos al cementerio.

Para ese día escogí ponerme un vestido corto de color negro, un Blazer blanco, tacones blancos, el cabello totalmente suelto tras la espalda y el collar que me había regalado mi madre antes de fallecer.

A veces...recordar que mis padres habián fallecido, me traía cierta tristeza y nostalgia, la tía que me cuido deapués de sus muertes, ya era una mujer mayor y con pocos recursos, quién cuidaba de sus dos hijoa y de mí, su esposo había fallecido por cancér  una enfermedad que se lo llevo con el tiempo ya que no había dineto para las quimioterapias.

Su muerte fue muy dura para la familia, mi tía sufrió mucho, siempre valore todo su esfuerzo por mí, la eche mucho de menos cuando murió, yo ya había cumplido los dieciséis años, y desde eso entonces, tuve que cuidarme y luchar por mí. Mis primos habián abandonado a mi tía cuando fueron mayores de edad, y yo me había quedado con ella hasta su último día.

○ ○ ○

Había llegado al cementerio y me había dirigido hacía las lápidas de mis padres.

Me había arrodillado frentr a ambas tumbas con los girasoles en mano.

–Hola mamá, hola papá ¿cómo están?–Pregunté poniendomr un mechón de cabellos tras la oreja.

–Les traje sus favoritas, girasoles–Dije poniendo las hermosas flores pegadas a sus lápidas.

–Quería decirles que...voy a casarme y, me hubiera gustado que ustedea me acompañaran mañana en mi gran día...sé que sería algo muy especial.

Había permanecido un rato más en el cementerio y después había decidido volver a casa.

Al llegar me cambié, me coloqué una sudadera y me hice una coleta alta, había decidido organizar la casa y tenerla lista para cuando los nuevos dueños llegarán.

Primero saqué toda mi ropa del armario y la coloqué en cajas, iba a regalarla puesto que ahora solo usaría ropa "elegante" y mi vestuario anterior no era lo suficientemente adecuado, también había movido los muebles ya que los nuevoa dueños eran una pareja joven, quiénes iban empezando a luchar por la vida y habián decidido comprar la casa con muebles y todo, aspiré y fregué los pisos, limpié las ventanas y aromatice con dulces aromas a lavanda.

Con la casa ya lista, me coloqué un nuevo vestido, me maquillé naturalmente y me solté el cabello.

○ ○ ○

Ya era de noche, había entregado mi casa a los nuevos compradores...ahora mi hogar, era el palacio.

Habíamos cenado y después fuimos a la habitación, me dí un baño de media hira con agua caliente, fue un gran método de relajación , me coloqué la pijama y salí.

Justin ya se había acostado ese día, tuvo mucho que hacer, por lo que estába agotado.

Pase por delante de la cama, levanté el aropaje y me acosté a su lado mirando mi mesita de noche, noté que se daba la vuelta poniendo su mano en mi cintura acercándome a él.

Sonreí tímidamente pero él no podía verlo, ya que mirada al lado contrario de él.

–¿Acaso no estábas dormido?–Pregunté girandome hacía el con una dulce sonrisa.

–Ya no tengo sueño.

–¿Ah sí?

–Sí.

–¿Y que esperas que yo haga?

–Darme cariño–Dijo abriendo los ojos lentamente para mirarme.

–Eres un consentido.

–Tal vez–Exclamó con voz ronca.

Esbocé una pequeña sonrisa, me acerque a él y le dí un corto beso en los labios.

–No es suficiente–Dijo cerrando los ojos nuevamente.

–Oye yo si tengo sueño, consíderame.

Le dí un beso más, y otro, y otro, y muchos.

Y aún así esperaba más, empezó a hacerme cosquillas y yo trataba de evitarlo, así que empezamos a forcejear hasta el punto en que me agarro de las muñecas, quedando encima de mí.

Nuestros ojos quedaron fijos y nuestros cuerpos también, nuestras respiraciones aceleradas y el corazón latiendo rápidamente.

–Te amo Megan, eres la primera y última mujer en mi vida.

Noté que me soltaba una muñeca, poniendo su mano en mi nuca y acercándomeba a mí,pegó nuestros labios formando un beso largo e intenso, yo lo atrajé hacía mí, tirando de su camiseta, y así duramos un rato más, yo solo...estába segura de que lo amaba, lo amaba demasiado.

¿Quién pensaría que un evento en el palacio nos uniría?

Ni siquiera yo lo hacía, pero...era así.

Él era mi príncipe, y yo su princesa.