Cristal

XV

No había sucedido nada más entre Megan y yo más que ese beso, se había quedado en el palacio, en mi habitación ,pero...creo q ninguno de los dos estába preparado para dormir juntos, yo dormí en el sofá de mi habitación y ella en mi cama, que muy pronto sería de los dos cuando nos casarámos.

No había vuelto a salir de la habitación después de lo sucedido con mi madre, quería evitarla y permanecer junto a Megan, quién me hacía sentir tramquilo con tan solo estár ahí.

–Deberías hablar con tu madre y....solucionar las cosas –Me dijo Megam mientras yo miraba por la ventana de la habitación.

–No lo sé, ella debería disculparse contigo, con los dos –Exclamé sin mirarla.

Se quedó callada por un momento y dijo...

–Ok, yo creo...Creo que debería irme.

‐¿Qué? Pe-pero ¿por qué?

–Siento que tal vez necesitas analizar todo esto y....hablar con tu madre, además, debo hacer algunas cosas.

Suspiré triste, no quería que se marchara tan pronto.

-Ok, entonces.... –Me acerqué a ella poniendo mis manos en su cintura para atraerla hacía mí– Llamamé cuanto te desocupes ¿sí?

–Lo haré, no te preocupes. –Me dijo asintiendo con la cabeza.

–Por cierto ¿mañana podríamos vernos? Necesito que empecémos a preparar todo para la boda.

Noté que se tensaba un poco, ya sabía que el matrimonio la ponía nerviosa.

–Sí, e-esta bien.

Coloqué mi mano en su mejilla para despedirme diciéndole...

–Te amo, y no permitiré que te hagan daño, nada ni nadie, eso tenlo por seguro.

–Yo-yo también te amo.

Pedí que el chofer la llevará a su casa, para asegurarme de que estaría bien y llegaría sana y salva. Y aunque me costará, decidí hablar con mi madre.

–Mamá ¿podemos hablar? –Pregunté entrando a su habitación, donde se hallaba sentada en el sofá.

–Sí, yo también necesito hablar contigo seriamente. –Contestó con un tono firme y sin mirarme.

–Bien, necesito que me expliques ¿Por qué reaccionaste de esa forma cuando les presenté a mi prometida? –Exclamé sentándome frente a ella en uno de los sillones.

–¿Y cómo esperabas que sería mi reacción? Acaso ¿querías que te felicitará porque tu futura esposa es una simple mesera ?

–Mamá, te pido por favor que no te refieras de esa manera a mi prometida, ella es la mujer que amo y con quién voy a casarme, porque ni tú, ni nadie me impedira hacerlo. Así que te pido que la respetes por favor.

–Me decepcionas Justin, yo tenía grandes planes para tu vida, pensaba que harías lo correcto casandote con una chica de la realeza, pero no, preferiste a alguién que dejará ver a la familia Real como un objeto de burla.

–No puedo creer que digas esas cosas, esperaba que me apoyarás....pero ahora veo que no es así.

–Jamás te apoyaría con una cosa de esas !Te prohibo contraer matrimonio con esa mujer!

Por un momento solo la miré a los ojos, sentía que mis músculos se tensaban, estába realmente molestó con mi madre, apretó los labios con fuerza y me levanté del sillon bruscamente dejándola sola en el salón.

○ ○ ○

Al día siguiente, recibí a Megan en la entrada del palacio, le había pedido al chofer que la trajera, ya que nos habíamos comprometido a vernos para preparar todo para la boda, después de la discusión con mi madre, había pensado las cosas y había decidido que quería casarme cuantó antes y Megan aunque estába un poco dudosa, aceptó.

Había llamado a una diseñadora muy prestigiosa del país, para que Megan y ella pudieran ponerse de acuerdo en cuantó al vestido.

Megan y yo fuímos al salón y de ahí, se encontraba ella esperándonos.

–Hola ¿cómo están? Soy Angela, un gusto conocerlos –Se presentó amablemente, era una mujer de cabello castaño y ojos azules muy bien arreglada y distinguida.

–Mucho gusto Angela, Justín Cooper, me alegrá que estés aquí.

–No iba a perderme la oportunidad de trabajar para ustedes.

–Bueno, me parece bien, Angela, te presentó a Megan Watson, mi prometida. –Sonreí acercando a Megan de la mano.

–Encantada de conocerte Megan. –Exclamó Angela estrechando su mano amablemente.

–Igualmente, me hace muy feliz que nos conozcamos.

Fue una tarde un poco tensa y ansiosa, Megan estuvo con Angela en el salón preparando todo para el vestido, y yo solo me compliqué eligiendo un corbatín.

Ya eran las ocho de la noche y no quería que Megan se fuera así, el ambiente estába frío y oscuro, parecía que iba a llover, así que la convencí de quedarse, lo cual me alegró demasiado.

No hablé con mi madre, en todo el día, sabía que mi padre necesitaba tiempo a solas conmigo para conversar pero permanecía ocupado, así que me límite a insistirle y pasar el día con Megan.

–Fue un día complicado. –Exclamó Megan quitandose el delgado abrigo que llevaba.

–Lo sé, pero ahora es tiempo de descansar. –Dije cerrando la puerta de la habitación.

–Si-si quieres yo duermo en el sofá, no quisiera incómodarte.

–¿Que? No, no te preocupes, tú duerme en mi cama y yo lo haré en el sofá.

–Es solo que...es un poco extraño no dormir juntos cuando vamos a casarnos.

Sinceramente, para mí no era extraño, pues tenía en cuenta que una regla en nuestra monarquía era que no debíamos compartir ni cama, ni habitación con nuestra prometida, antes del casamiento, pues era un acto de insensatez para la corona, regla que yo ya estába incumpliendo incluso en lo más mínimo.

–Si te parece mejor, debemos tomarnos nuestro espacio y tiempo para prepararnos, después del matrimonio podremos compartir la cama juntos, no quiero incómodarte o faltar el respeto.

–¿Te sientes inseguro?

–La verdad, no....pero, no te apresures, yo comprendo que tal vez para tí sea incómodo.

–No...es decir, no me incómoda.

–¿Encerio?

‐Sí, pero, tal vez tengas razón, no es el momento, mejor esperemos a la boda.

La miré sorprendido, era una chica decidida y respetuosa, que tenía en cuenta a los demás, eso, me gustaba más.

La ayudé a organizar la cama y enseguida se acostó cómoda, se notaba muy cansada, me senté en el borde de la cama y acaricié su cabello contemplando su bello rostro.

Me acerqué un poco y le dí un corto beso en la frente.

–Buenas noches Megan. ‐Exclamé sonriendo.

–Buenas noches Justin. –Contestó cerrando su ojos.

Me dirigí al sofá y levanté las mantas que había puesto, me rescosté apagando la lampará encendida y me quedé profundamente dormido.