Megan XVI

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El día anterior había dormido en el palacio junto a Justin, me había despertado a eso de las ocho de la mañana y él ya no estaba a mi lado, pero podía escuchar el sonido de la regadera, por lo que aseguré que se estaba duchando, me giré hacía mi derecha y noté por la ventana que estába lloviendo y hacía un día muy nubloso, pero estába tan concentrada mirando caer las gotas en el cristal, que ni me giré cuando escuché la puerte del cuarto de baño abrise.

–¡Buenos días señorita Megan! –Exclamó Justin secandose el cabello con una toalla, ya se había vestido, me imaginó que tendría muchas cosas que hacer ese día.

–Buenos días. –Le dije levantándome de la cama.

–¿Dormiste bien? –Me preguntó mientras nos acercabamos mutuamente.

–Sí, un poco incómoda por dormir con vestido y no con pijama, pero todo muy bien. –Exclamé sarcástica.

–Disculpame –Cerró los ojos y apretó los labios, estába avergonzado– A la próxima te tendré una pijama lista.

Sonreí alegremente, me causo ternura su forma de disculparse, estába realmente apenado.

–No te preocupes, igual cuando vine...no estába planeando quedarme, así que no es culpa de nadie, tranquilo. –Le dije pasivamente

Me sorprendió que se acercara más a mí, colocó sus manos en mi cintura, atrayendome hacía él, haciendo que mi corazón palpitará con fuerza, extendí mis brazos hacía su nuca acariciando su cabello húmedo con delicadeza y suavidad.

Se inclinó hacía delante pegando sus labios con los míos, haciendo que un beso intenso nos envolviera a los dos, sonreí cuando sentí que pasaba sus cálidas manos por mi espalda pegándome más a él, estába bastante nerviosa y mis nervios aumentarón cuando colocó su mano en mi pierna provocando que el beso se volviera más intenso, me detuvé cuando escuché que tocaban la puerta, pero Justin prolongo el beso aún más.

–Justin están tocando la puerta. –Exclamé separandome de él.

–No importa, de todos modos se cansarán de tocar. –Contestó con su frente pegada a la mía, volviendo a besarme rápidamente.

–Justin, por favor, hay que abrir la puerta. –Le dije separándome y tomandolo de los hombros.

‐Esta bien. –Exclamó apartándose y llendo hacía la puerta.

Me senté en la cama, colocando un mechón de cabello detrás de mi oreja.

No podía creer todo lo que estado viviendo y lo que se que me quedaba para Sorprenderme, habíamos decidido adelantar la boda para dentro de
dos meses y eso me ponía aún más nerviosa, pero él creyo que era lo mejor, así podría demostrarle a su madre que nuestro amor es fuerte y nadie podría evitarlo,

○ ○ ○

Hablan pasado ya tres semanas, casi todo estába listo para el día del compromiso, habíanos casarnos en la misma iglesia que sus padres, Contratamos al restramante en el que trabajaba, digo "trabajaba" porque en esas tres semanas había renunciado, la idea fue de Justin, quién queria que dejará el trabajo de lado para enfocarme en la que ahora era mi vida.

Natalie me echaba demasiado de menos, de echo me llamaba por teléfono casi cada 5 segundos.

Habíamos dejado de vernos, porque ahora yo permanecía con mi prometido todo el tiempo, de echo estaba vendiendo los muebles y decoraciones de mi hogar, que dentro de muy poco dejaría de serlo ya que me iría a vivir al palacio, con la familia a la que ahora iba a pertenecer.

Justin era demasiado cariñoso conmigo, se preocupaba siempre porque estuviera cómoda en todo lugar y con su familia, aunque lo convensiera de un sí si con su Familia no me sentía tranquila,  o por lo menos, con su madre, la señora Margaret era demasiado arrogante, cuando cenabamos todos juntos, ella se esforzaba por sonreír amablemente , pero sin embargo, notaba su mirada fija y burlona en mí.

Estaba segura de que yo no le agradaba a esa mujer, pero a comparación con el rey Carlos, al padre de Justin, era todo diferente, el era muy bueno conmigo, como Justin, se preocupaba porque yo estuviera bien, de vez en cuando se preguntaba como iban las preparativos de la boda, y si ya todo estaba listo, el era muyamable y respetuoso. Era... Un muy buen suegro.

Siempre que veía los buenos actos del rey Carlos, veía también la imagen de Justin reflejada en él.

Y lo más especial, es que con el tiempo... me fuí enamorando cada vez más de Justin, ahora nos llamabamos con cariño, nos deciamos un "Te amo"  constantemente, era muy datallista, aveces me regalaba flores, chocolates e incluso, me dejaba cartas cuando  permanecía ocupado duranté todo el día y no teníamos tiempo pava vernos. Él era... Mi príncipe azul.

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