El día había llegado, era sábado por la mañana, me ha despertado con la sensación de Justin reacomodándose en la cama.
–Buenos días futura esposa–Dijo con su mano em mi cadera girandome hacía él.
–Buenos días mi lindo prometido–Dije sonriendo dulcemente con mi mano en su mejilla.
–Hoy es nuestro día ¿estás preparada?–exclamó con voz un poco ronca.
–No lo sé, estoy un poco nerviosa–Dije mirándolo fijamente.
–Ambos lo estamos–Dijo dándome un beso en los labios.
Nos preparamos para desayunar y bajamos, los padres de Justin ya estaban sentados en el comedor.
–Buenos días mamá y papá–exclamó Justin jalando la silla para poder sentarse.
–Buenos días hijo y buenos días Megan ¿qué tal su noche?–exclamó el Señor Carlos.
–Oh todo muy bien– contestó Justin mientras yo me sentaba a su lado.
Desayunamos cómodamente, bueno, excepto por mí, la señora Margaret no dejaba de observarme con una amenazante mirada, me sorprendía que ella fuera a estar en la boda, pero sabía que lo hacía por dos cosas.
La primera, no dejaría solo a su hijo en un día tan importante para él, y la segunda porque no dañaría su reputación al no asistir a la boda por una diminuta y absurda razón, la cual era saber que su hijo se casaría con unas chica sencilla.
En la tarde habían despejado el salón principal para que lograra prepararme, Justin lo haría en el otro salón.
Ángela había llegado puntual con el vestido y su equipo de estilistas quiénes eran Emma, Bruno y Carla.
Ellos me ayudarían con el maquillaje y el peinado, me había colocado una bata de baño para estar cómoda mientras me preparaban, después me pondría el vestido para no ensuciarlo.
Emma y Carla iban a maquillarme naturalmente, pocas sombras, poco brillo labial, un poco de todo. Bruno iba a hacerme dos trenzas delgadas a los lados y después las uniría por detrás de la cabeza, les pondría unas pequeñas margaritas artificiales con decoración, eso era lo planeado.
Natalia ingresó al salón con su traje en mano, era un vestido delgado y alargado hasta los tobillos y de color blanco, también iba a usar unas zapatillas blancas y un ramo de flores, le había pedido el favor de que trajera el mío.
–Disculpen si llegué tarde, voy a prepararme–Dijo Natalie el cruzar la puerta con un tono agitado.
Todos se habían ido, ahora estaba yo sola en el salón mirándome en el espejo con el ramo de flores en las dos manos, ya era el momento, estaba demasiado nerviosa.
Escuché unos pasos que se me hicieron familiares.
–¿Estás lista?–preguntó Natalie.
–No lo sé, e-estoy muy nerviosa–Conteste volteando a verla.
–Hey, tranquila, todo estará bien, sé que puedes estar nerviosa pero tienes que hacer un esfuerzo, ya es tiempo de irnos, el chofer nos espera, me informaron que ya todos están en la iglesia, hasta Justin.
Asentí y la seguí hasta la salída del palacio.
Tenía demasiados nervios, no podía controlarlos, sentía que me comían entera, era consciente de que en unos pocos minutos, sería la esposa del príncipe Justin Cooper y también...parte de la familia real.
En mi cabeza solo resonaba la idea, de que la madre Justin se opusiera a la boda y nos impidiera casarnos pero...solo rocaba que no pasara.
○ ○ ○
Al llegar a la iglesia el chofer bajo y me abrió la puerta trasera, me dio su mano y me ayudo a bajar, mis damas de honor enseguida tomaron el velo de mi vestido y lo sostuvieron entre las cuatro, el Señor Carlos me esperaba en la entrada a la iglesia, él me entregaría en el altar, puesto que... mi padre no podía hacerlo.
Me expresó una dulce sonrisa y me tomó de gancho, ambos caminábamos hacia el altar, ya dentró de la iglesia encima de una alfombra alargada y de color rojo, los nervios me atormentaban, Justin estaba un paso delante del padre, esperándome con las manos entrelazadas delante de él, su enorme y hermosa sonrisa me iluminaba la vida entera.
Llegué al altar y el señor Carlos me soltó frente a Justin, ambos nos giramos para quedar uno frente al otro y enseguida el padre empezó a hablar.
–Queridos hermanos, estamos aquí reunidos para entrelazar las vidas de este hombre y esta mujer.
El señor Carlos tomó mi mano y la pasó a la de Justin, él tomó ambas manos y me sujetó con delicadeza.
–Al ser esta mujer entregada a usted, repita después de mí, yo Justin Cooper.
– yo Justin Cooper–Repitió Justin.
–Acepto casarme con esta mujer.
–Acepto casarme con esta mujer...
–Para amarla respetarla y cuidarla, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe.
–Para amarla... respetarla y cuidarla, en la salud y en la enfermedad, hasta que...la muerte nos separe.
Yo solo miraba a Justin viendo como mis ojos se reflejan en los suyos, el padre me hizo repetir las mismas palabras, pero sentía que cuando hablaba, mis ojos se llenaban de lágrimas y se me cortaba la voz.
–Hasta que la muerte nos separe–dije para terminar.
Escuché aplausos en todo lugar y sensaciones de alegría.
Justin se acercó a mí me dio un corto beso en los labios, aquel hizo que me relajara de tantos nervios.
Cuando se separó de mí, se acercó a mi oreja y dijo..
–Oficialmente eres Megan Watson de Cooper, mi bella esposa.
Esbocé una pequeña risita, él me tomó el cuello y me beso en la frente cariñosamente.
El día continuó lleno de felicitaciones y alegrías de parte de la gente, después del casamiento, tuvimos unas sesiones de fotos, después una cena tranquila con toda la familia e invitados, bailes elegantes y una gran celebración.
Y finalmemte volvimos al palacio, ya era de noche había sido un día lleno de cosas maravillosas, estábamos muy cansados, yo me duché y me coloqué mi nueva pijama de casada. Al salir del cuarto de baño, vi a Justin quitándose el corbatín y dejándolo en la mesita de noche.
Al verme se acercó a mí rápidamente y me tomó de la cintura haciendo que una pequeña sonrisa se formará en mi rostro, me atrajo hacia él y sin decir una sola palabra, me besó como si nunca lo hubiera hecho, yo le acariciaba el cabello mientras él pasaba sus manos por mi espalda, cuando quitó sus manos de ella.
Pensé que iba a separarse, pero colocó sus manos en mis piernas levantándome, yo coloqué mis pies detrás de sus caderas, haciendo que el beso fuera más intenso.
Lo amaba, nos amabamos y eso el mundo entero también lo sabía.
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Cristal
Teen FictionMegan Watson era una chica joven y trabajadora, Quíen perdió a sus padres a muy corta edad.Justin Cooper un joven de la realeza, Educado y valiente, Con el futuro de un país en sus manos,Quíen logra atraer a muchas chicas, Pero solo una lograra toca...