∆2: La confesión∆

34 3 0
                                    

El Cid se encontraba muy atento a las palabras de Manigoldo, tan concentrado que aún no articulaba las suyas, solo se dedicaba a asentir y pensar.
A las afueras, alguien que había sentido el elevado Cosmo de su compañero de la onceava casa se encontraba sacando conclusiones bastante certeras sobre lo que podía estar pasando en el interior de la casa de cáncer. Oculto bajo la noche, divertido por la situación se encontraba el caballero de Escorpio.

*Cáncer*
Creo que fue una decisión demasiado apresurada, no por mi, sino por él. Yo lo medité desde que volví del otro lado, una semana después del hecho. Una maldita semana después de tener mi cabeza completamente confusa por desconocer el alcance del maldito lazo, que me hacía pensar en él de manera constante, no me molestaba al principio pero luego esos pensamientos se volvieron mis enemigos, dirigiendome a rincones peligrosos en mi cabeza que no sabía que existían. Cuando mis pensamientos prohibidos se convirtieron en sueños húmedos fue que comencé a meditar, a preguntarme si a él le estaba pasando lo mismo o solo era yo llegando a un nuevo nivel de psicosis (no me costó nada aceptarlo) aceptar que estaba sintiendo algo más que compañerismo por Cid,,, Talvez debido a mi pasado con nuestro ex patriarca fue que mi mente lo asimiló natural. Aunque el sentimiento es distinto. Esto es una mierda! A pesar de que sabía que enamorarme de la frialdad de El Cid me destruiría, yo quise seguir adelante con esto y cometí el error de llamarlo para confesarselo. Entendí que él no está dispuesto a aceptar mis sentimientos, es más, le conté todo, cada situación, cada detalle, cada sueño que tuve con él, cada bendita sensación... Y él... Luce aterrado. Peor aún, luce asqueado. A punto de hablar pero no, supongo que ahora me toca comprenderlo a mi. Pero por la humillación que esto supone no puedo aceptar un "no" por respuesta, si El Cid no quiere aceptarme, lo convenceré de hacerlo aunque tenga que obligarlo.

*Capricornio*
En este momento en vez de sentirme ofendido, siento lástima por él; Y ese sentimiento no debe sentirse por nadie, ya que al sentirlo lo estás denigrando. Es como la súbita tarea de maldecir a alguien con pena. Está siendo totalmente sincero, (demasiado) y eso lo respeto tanto que me obligo a llegar a un arreglo, o al menos una tregua.

-...Y es por eso que no espero que hagas algo al respecto «finaliza» sino, más bien entenderme y no burlarte de mi. Aunque si lo haces lo comprendo, es difícil no reír cuando el tipo que odias te dice todas éstas cosas.
-Manigoldo... «murmuro apenado» tu, me contaste todo. No te guardaste nada, ni siquiera un detalle «menciono tenso, recordando vagamente lo explícito que ha Sido y la vergüenza que eso me provoca»
-Bueno, es el punto de la sinceridad no crees, de nada sirve si te miento. Podrías saberlo mediante el lazo y eso haría todo más ridículo de lo que ya es.
-Buen punto.
-No sabes qué decir, eh? «sonríe forzadamente en un intento por enmascarar su tristeza, se ve roto» no te culpo.
-No es eso, más bien todo lo contrario «digo sincero» tengo tanto por decir que no sé por donde empezar.
-Qué te parece, por la parte donde me dices que te doy asco pero que entiendes y, yo termino con este circo aceptando tus palabras para que finalmente puedas irte de aquí. Hacemos como si nada hubiera pasado y no vuelves a hablarme, es lo que querías no?
-Eso no... «me quito el casco y lo dejo sobre la mesa para no comenzar a estresarme» es así... Al principio si, pero ahora tengo otra opinión sobre todo esto.
-Supongo que ahora es mi turno de escuchar. «yo asiento a modo de respuesta»
-Admito que al principio lo que me dijiste no se sintió nada bien para mí, admito que fui grosero. Talvez porque, no tenía una buena imagen sobre ti.
-Y eso se debe a....
-Tus actitudes, lo sabes. No siempre son las mejores «él parece entender la respuesta» pero pienso que también se debe a que 'esas' no son mis preferencias. No soy homofóbico pero, no lo sé, me tomaste por sorpresa y además con un mal día, solo eso... Creí que era una broma de mal gusto como las que sueles hacer y hoy no estuve para bromas, pero luego comencé a darme cuenta que quizás ibas en serio debido a tu insistencia y eso me incomodó aún más, creo que por eso comencé a pelear, no porque me dieras asco, sino porque me sentí avergonzado. «desvío la mirada sintiendo que estoy siendo más sincero de lo que me gustaría» la razón por la que he decidido hablar y responder con la absoluta verdad es exactamente la misma que la tuya, el lazo. Lo sabrías de algún modo.
-Bueno, que no pienses que soy un mounstro al menos es algo. Gracias por eso.
-Jamas lo creí, sabes, cuando estoy molesto digo cosas que no quiero decir, tiendo a perder el control fácilmente y no me gusta. Aún estoy aprendiendo a controlarme. Lamento haber descargado mi mal humor en ti, espero que aceptes mis más sinceras disculpas.
-Oh basta, no necesitas ser tan formal. Sé que no somos amigos ni nada, y que no nos llevamos realmente bien pero créeme que te conozco más de lo que piensas y aunque no te hayas dado cuenta, tú también sabes cosas de mí que no quisiera que los demás supieran...
-Cómo olvidar ese pequeño detalle «expreso sarcástico» sabes, eso me incomoda mucho.
-Es el precio que tuve que pagar por traer a la vida a todos, incluyéndonos. Es una mierda.
-No te estoy juzgando Manigoldo, lo que hiciste es un acto de mucho valor y por eso te ganaste mi respeto, lamento habertelo faltado en tu propia casa antes.
-No, tu debes disculparme a mi por decir tantas tonterías sin pensar en cómo te sientes con eso.
-Entonces ambos nos disculpamos con el otro y estamos claros...
-Asi es, «se levanta quitándose el casco para estar iguales y se para solemne frente a mí, irradiando solo respeto sin segundas intenciones» Gracias por venir y escucharme, ya puedes retirarte, El Cid caballero de Capricornio.

COMPLEMENTARIOS (El Cid X Manigoldo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora