∆11: Lo que verdaderamente nos moviliza∆

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*Sagitario*
Después de desayunar con El Cid volví a mi casa dispuesto a entrenar, necesito sacarme de la cabeza el papelón que hice anoche. Cómo se me ocurrió proponerle eso?, Sin duda no estaba pensando con claridad, nunca puedo mantener la boca cerrada. Es difícil, porque siempre he sido sincero con Cid, pero ésta vez no sé exactamente cuál es la mentira o cuál sea la confesión que debo hacerle, debo replantearme muchas cosas, de lo único que estoy seguro ahora mismo es que El Cid es lo más importante que tengo, ya sea como compañero de armas, como amigo, como hermano o lo que sea que signifique para mí en este tiempo. Me doy cuenta de que el lazo que ahora comparte con el caballero de Cáncer no me gusta para nada, estoy celoso; el problema es que no sé exactamente qué clase de celos son, no debería sentirme así, es su vida y jamás intervine con ella porque él tampoco lo ha hecho con la mía, no estoy en contra de que se sienta atraído por un hombre aunque me sorprenda, es solo que considero que ese tipo no es productivo para él.
Intento despejar mi cabeza con el entrenamiento pero no resulta del todo, termino practicando con Dohko quien tampoco luce muy concentrado. Mi mente está en la décima casa, entonces la técnica del dragón ascendente de Dohko logra rozarme, debido a mi falta de atención, apenas puedo esquivarlo. Es que no puedo evitar pensar que Cid se fue a rogarle perdón al osado caballero de Cáncer y eso se me clavó en el pensamiento como una daga, anoche dijo que hoy hablaría con él e intentaría llegar a un acuerdo, pero algo me dice que ese acuerdo tiene que ver con mantener lo que sea que tienen y no con resolverlo. Creo que es eso lo que me molesta, de todas formas, lo dejaré tranquilo por hoy, lo mejor será que no nos veamos por ahora.

*Capricornio*
Todo lo que pasó anoche y lo subsiguiente en la madrugada está borroso, es una locura, sabía que lo mejor era estar solo, tenía un presentimiento de que algo pasaría y así fue, debí dejar a Sisifo marcharse después de cenar, pero no, me dejé llevar por un impulso y lo invité a beber. Si no le hubiera pedido quedarse todo estaría bien ahora mismo con ambos, jamás se habría dado la escena confusa que malinterpretó Manigoldo y jamás habría tenido que lidiar con la propuesta indecente de Sisifo y su baja tolerancia al alcohol, todo seguiría medianamente normal; Manigoldo y yo no estaríamos peor que antes y por otro lado yo podría seguir ignorando los sentimientos de Sisifo. Pero no, todo tenía que arruinarse! Dejarme llevar sin tener un plan fue una pésima idea. Dormí tan poco que no tengo energía para entrenar, creo que hoy cualquiera podría vencerme.
Apenas Sisifo me avisó que se iba yo me preparé para salir también, debo aclarar las cosas con ese niño... Pero aquí afuera estaba esperándome otro y no tengo tiempo para atender sus reclamos.

-...Pero Maestro Cid!
-Tsubaki... Ya te he dicho que no pienso entrenar hoy, y no grites por favor, se me parte la cabeza, en serio.
-P-Pero! Qué le voy a decir a los demás?
-La verdad «digo restándole importancia, aunque talvez me arrepienta de eso después, no quisiera dar una mala imagen» Diles que no tengo energía ni estoy de ánimo para entrenar el día de hoy, anoche bebí bastante y he despertado descompuesto.
-Usted,,, «duda antes de hablar» usted tiene resaca?
-Si, puede ser. «finalmente lo miro y le sonrío para tranquilizarlo» vamos, no es nada extraño, todos los hombres beben a veces, tu jamás lo has hecho?
-Bueno, s-si «lo veo sonrojarse» pero usted es diferente. Usted no,
-Ah si?... Cómo es eso? «consigue llamar mi atención de repente»
-Usted es nuestro maestro, señor Cid. Cómo decirlo, no puedo imaginarlo de esa forma. No es propio de usted. No es que quiera meterme en su vida, jamás lo haría pero, p-pero,... Ehm, «suspira pasando una mano por su cara, avergonzado» usted es nuestro héroe.

Oír eso se sintió extraño, se sintió demasiado bien; hizo un Click favorable en mi cabeza, me sentí realmente importante, es la primera vez que dice algo cómo eso. No sabía que me admiraran tanto, tal parece que debo cuidar más mis acciones porque están observandome a detalle. Cielos, no lo hubiera imaginado. Me siento un tonto.

-Qué acabas de decir?
-Que usted es nuestro héroe, maestro Cid. Lo admiramos muchísimo, por eso somos molestos a veces y de verdad lo siento si somos un dolor de cabeza. Es que, es nuestro modelo a seguir...
-Eso n-no puede ser «murmuro» estás seguro?
-Si, los tres lo estamos.
-Piensan eso aunque reciban lo peor de mi? Aún sabiendo lo cruel que soy con ustedes todo el tiempo, y, «rememoro con culpa» y sufriendo cada uno de mis castigos todas las veces que se me ocurre imponerlos?
-Si, maestro. «habla con madurez» confiamos ciegamente en sus decisiones porque sabemos que usted quiere lo mejor para nosotros. No pensamos en su actitud como algo cruel, sino más bien un poco duro pero necesario.
-Pero, tú sabes lo que casi le hago por fallar a,
-Si, él lo aceptó con honra aunque sintió miedo. Para cualquiera de nosotros sería un honor morir por usted o morir por su mano.
-Tsubaki, «intento no mostrar mis emociones pero esto en verdad me conmueve» eso es una locura. No hubiera imaginado que pensaran así, aún temiendo... Adulan a un tirano «afirmo como si fuese una pregunta»
-Señor, nosotros no estamos a su lado solo para ser entrenados y superarnos algún día. Estamos con usted porque lo queremos. «subo una ceja desconcertado» todos lo apreciamos maestro Cid. Es un honor que nos permita estar a su lado.

Me tomo un momento para procesar esas palabras, las sentí en mi alma, causando una euforia que si la dejo salir puede provocar desastres, por eso lucho por mantenerla dentro y aparentar calma. En su lugar solo miro al muchacho con una sonrisa de respeto y acaricio su cabello.

-Tsubaki. Gracias «menciono sincero» todos ustedes tienen el día libre «digo mientras me alejo» hagan lo que deseen, o entrenen con quién quieran, yo tengo algo más que hacer, lo siento. Y Tsubaki, no creas que no presté atención a todo lo que haz dicho, jamás olvidaré tus palabras.
-Muchas gracias señor!

Sin darle tiempo a que siga deteniéndome, me encamino hacia la cuarta casa. Aunque no me guste admitirlo aún, me urge ver a Manigoldo. No sé si es por la maldición pero estoy en la fase donde llevarme bien con él ya no es una opción sino una necesidad... Sé que suena tonto pero es así (y no me hace gracia, de hecho me avergüenza) cada vez que intento arrancarlo completamente de mí parece arraigarse todavía más, por eso me di cuenta de que debo dejar de luchar contra él, porque solo lograré acelerar las cosas y eso es contraproducente, todos los días que estuve reflexionando me hicieron comprender que tengo que dejarme llevar sin más, ya que tratar de romper el lazo solo lo fortalece y luego pasan cosas como las de anoche...

COMPLEMENTARIOS (El Cid X Manigoldo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora