∆3: Un deseo prohibido∆

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Kardia de escorpio aún seguía a las afueras de la casa de cáncer, encontraba sumamente divertido que el caballero dorado más frío y cruel se encontrara en aquella vulgar situación, vio las puertas abrirse y cerrarse repetidas veces, sintió el cambio en los cosmos de sus compañeros y sin aguantar más el veneno de su propia curiosidad se había acercado lo suficiente para escuchar por qué aquellos dos hombres estaban discutiendo, lo que oyó fue una grata sorpresa, saboreó ser el primero en descubrir lo que sus compañeros querrían ocultar de todos los demás, estaban tan concentrados en lo que hacían allá adentro que ninguno sintió la presencia de Kardia, era el primero en descubrir que sus dos compañeros mantenían una relación secreta; aunque, se cuestionó si era así realmente, al ver la desaprobación de Capricornio quien se hallaba incómodo, reacio y estaba tratando de resistirse a los prohibidos deseos de Cáncer, quien le imponía sus sentimientos y su deseo carnal con fuerza, sin dejarlo escapar y obligándolo a corresponder. Tenía una vaga idea de cómo terminaría todo aquello, aunque si volvían a elevar su cosmo en señal de batalla sabía que los demás no tardarían en llegar al lugar también, algunos caballeros ya habían pasado por allí y él les aseguró que nada pasaba, que era una falsa alarma, ya que se sabía que esos dos discutían a menudo y no se llevaban nada bien, pero tampoco representaron nunca una amenaza para el otro. Todos fueron fáciles de convencer para Kardia menos uno, un caballero que acababa de llegar interrumpiendo sus morbosos pensamientos en busca de respuestas y talvez apoyo, Sísifo de Sagitario.

*Cáncer*
Estoy pasando la línea de la cordura y voy camino al descontrol, menti cuando dije que solo quería comprobar, yo ya sabía que este sentimiento era muy real. No puedo detenerme, no ahora, a pesar de que él hizo algo que nunca había hecho: rogar. Yo no puedo hacerlo, no puedo oír su ruego ahora porque estoy cegado por el deseo y todo lo que me importa es saciarlo. A pesar de que no le gustan los hombres y que probablemente está odiando lo que estamos haciendo él dejó de resistirse, ahora su boca deja que mi lengua explore y sus manos han dejado de intentar quitar las mías para comenzar a recorrer mi cuerpo libremente.
Una mano traviesa desprende la parte superior de mi armadura pero se detiene antes de quitarmela, así que decido hacerlo yo mismo. Corto momentáneamente el beso para quitarme la armadura.
Él intenta disuadirme nuevamente.

-Manigoldo, lo siento, quitarte la armadura no era mi, intención «expresa con dificultad, buscando las palabras correctas como siempre»
-No importa Capri, «hablo con humor» quieres quitar lo que estorba, te entiendo..
-No es lo que quise decir. «se sonroja» me dejé llevar y,

Cansado de su negación infantil me quito la camiseta para ahorrarle trabajo y me acerco a él con dominio.

-Oh no, no lo hagas El Cid! Deja de ser tan infantil y acepta de una maldita vez que a tí también te gusta esto

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-Oh no, no lo hagas El Cid! Deja de ser tan infantil y acepta de una maldita vez que a tí también te gusta esto.
-Manigoldo,,,
-No digas mi nombre a menos que sea para gemir.
-Qué vulgar eres! «me grita exasperado» completo idiota!
-Solo tienes que aceptar que también te pasan cosas, siento todo lo que sientes, lo olvidas?
-Y si sabes cómo me siento por qué me lo preguntas a cada rato? «puntualiza»
-Porque tomas esa actitud infantil que pretende esconderlo todo y solo te vuelves más transparente «niego lento» odias las mentiras pero tú no puedes ni decirte la verdad a ti mismo.
-Quieres la verdad? «habla autoritario y decidido»
-La quiero, entera. «respondo lento y con doble sentido, puedo ver en sus ojos que funcionó»
-Ignoraré ese comentario. Sí, lo siento «murmura con los ojos cerrados, entonces me acerco y tomo su cintura»
-Qué dices Cid, qué sientes qué?
-Maldito, me estás obligando a repetirlo... Siento lo mismo, de-deseo supongo «se rasca la cabeza incómodo» también siento lo que tú estás sintiendo. Pero, es solo deseo! No te confundas «intenta aclarar» debes entender, no he estado con una mujer desde que me convertí en caballero dorado,
-Cid, no has estado con una mujer desde mucho antes que eso.
-Bu-bueno, por eso mismo, ésta solo es una reacción natural de mi cuerpo físico, por el deseo acumulado que,
-No necesito una lección de anatomía, tu no eres mi maestro ni yo soy tu alumno, «digo cansado de tantas vueltas» sientes deseo, punto. No importa si es por mí o solo porque hace mucho no descargas, solo sientes deseo y este es el momento justo para hacer algo con eso, no seas tan complicado. Serás hombre y lo aceptarás o no?

COMPLEMENTARIOS (El Cid X Manigoldo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora