06 ; the invitation

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    Haberon seguía sin procesar lo que acaba de pasar mientras Safihye se daba el gusto de mirar el cuarto del pelirojo.

    —Tu cuarto es lindo—Dijo Safihye con una ligera sonrisa, era forzada.
    —No tiene que fingir que le gusta, si no está bien.
     A Safihye se le borro la sonrisa de la cara enseguida. Volviendo a esa cara sería que siempre tenía.

     La mujer dio una pequeña vuelta por la habitación, ambos estaban en silencio así que era una situación ciertamente incómoda. Haberon tosio falsamente llamando la atención de Safihye.

    —¿Puedo saber por que se encuentra aqui?—Preguntó con una suave sonrisa mirándola, Safihye miro el ramo de flores.
   —Es una invitación.
    Haberon puso sus ojos en blanco, claramente no esperaba algo como eso. Bueno, en realidad toda esta conversación con ella era bastante improvisada.
   —Dentro de unos meses habrá un pequeño festival, y deseo que usted, principe Haberon. Sea mi invitado de honor.

    Haberon miro a Safihye en silencio, mientras una boba sonrisa se dibujaba en su rostro. ¿Conocer Oslipea? ¿Ser la primera persona en 60 años que iba a ese imperio? Claramente, no podía dejar pasar una oportunidad como esta, la biblioteca de Azkhariel estaba ahí y parecía llamarlo por su nombre. Todos los libros y conocimientos lo esperaban ahí.

    —Ciertamente no puedo negarme a esa oferta...—Haberon ríe sentándose en su cama mirando a Safihye. Ahora que la miraba bien, podía notar que tenía facciones muy bonitas, tal vez era algo típico de Oslipea que tengan el cabello así, Haberon pareció volver a la realidad cuando ella estaba parada frente a él, con las flores en mano.—Gracias.
     —Son de mi jardín.
     —¿Eh?
     —Estas dalias naranjas estaban en mi jardín, pedí que las cortaran especialmente para usted.—Safihye sonrie nuevamente, esta vez parecía ser una sonrisa genuina y amable. Haberon un poco nervioso, levanta su mano tomando las flores.—Combinan con su cabello...—
     Haberon se le quedó mirando un momento, Safihye hizo una reverencia y se acercó a la ventana del cuarto. Él ya sabía por donde iba esto.
    —¡E-espera!—Él se levanta rápidamente de la cama dejando las flores en el colchón. Haberon toma a Safihye del brazo antes de que se vaya.—Por favor quédese esta noche aquí, es demasiado tarde para que se vaya así sin más.

    Safihye lo miro en silencio. ¿Pasar la noche aquí y verse como una cualquiera? No, no era ese tipo de mujeres, pero le pareció tierno que él se preocupará así por ella. Ojalá los hombres de Osliope sean así...

    —Esta bien, principe.—Dijo Safihye ahora tomando la mano de Haberon entre las suyas con un tono de voz calmado y suave, era casi maternal.—Aprecio que se preocupe por mi pero le puedo asegurar que todo estará bien.—Safihye sé acerco un poco más a él sin borrar su suave sonrisa, pero nada podía borrarle del rostro la expresión preocupada a Haberon.
    Tampoco era su culpa, Safihye era una princesa y estaba en un reino desconocido, había posibilidades de que algo malo fuese a pasarle. Haberon puso su otra mano sobre las de ella, apretando sus labios un poco, quería.. No, nesecitaba decirle algo, pero no tenía idea de lo que fuera.

     Y antes de que se diera cuenta, Safihye se había ido. Dejando unas pequeñas plumas rosadas en el balcón, aunque tampoco duraron mucho pues gracias al viento se fueron volando.
    Haberon solo se acercó a la ventana y la cerro en silencio, el muchacho volteo a ver las flores que estaban sobre su colchón y no pudo evitar sonrojarse un poco.

    Era la primera vez que recibía un regalado de alguien que no era un familiar, y se sentía bonito. Después de todo, Safihye si tenía un lado amable.

[ ... ]

    Una mujer abrió una ventana mirando al cielo nocturno en silencio, pues le gustaba ver las estrellas y era su especialidad después de todo. En un momento escucho el ligero ululeo de una lechuza, ella miro a su lado encontrandola.

    —¿Y tu donde carajos andabas?—Preguntó la mujer cruzándose de brazos mirando como la lechuza adquiría una forma humana.
    —Fui a Arbezela.
    —¿Para que o que?
    —Entregar una invitación.
    —Pudiste haberla enviado por correo, no ir personalmente.
    Safihye no le tomó mucha importancia a las quejas de su hermana, es más, solo la escuchaba parcialmente.
    —Oye, le tuve que mentir a Halim sobre donde andabas metida, así que si él pregunta estabas con Kavin.
    Safihye suelta un gemido en protesta a esa respuesta por parte de su hermana. Ella levanta la cabeza nuevamente y da media vuelta.
     —¿Por que no te metes en tus propios asuntos?
     —Deberías agradecerme.

     Safihye queda en silencio unos segundos mirando al piso, ella aprieta sus labios en un pequeño puchero.
     —Gracias.
     —Ahora vete. Mañana nos contaras quien es tu invitado.—
      Safihye le miro de reojo y sin más se fue a su habitación.

[ ... ]

    A la mañana siguiente, Safihye fue escoltada por una de las sirvientes del palacio a un desayuno junto a sus madres y hermanas. Pues a diferencia de los varones en su familia que eran muchos, algunos tenían horarios específicos separados unos de otros (Más que nada aquellos quienes seguían estudiando en la Academia Azkhariel), ellas podían darse el lujo de comer todas juntas y hablar.

    —¿En serio conociste al despreciable príncipe de Xek?—Dijo Asya mientras dejaban su plato frente a ella con su desayuno.
    —Debe ser tan horrible como dicen—Se rie Míriam, una de las concubinas de su padre y la más joven de todas, era incluso más joven que Safihye.
    Esta misma ni bien se sentó al lado de Cerene y Yocheveb, fue bombardeada por preguntas de sus madres y hermanas, pues literalmente ninguna de ellas había salido de Oslipea y tener a alguien que les cuente sobre como era todo en otro imperio era un regalo.

     —El festival de la rosa lunar se acerca...—Comenzo a decir Asya mirando a Safihye—¿Por que no invitas a alguien? ¿Tienes alguien en mente?
     Safihye casi se atraganta con su té, iba a contestar aquella pregunta si no fuera por que alguien hablo antes que ella.

      —De ninguna manera.—Dijo Esmeray frunciendo el ceño, Asya miro a su madre en silencio.—¿Entiendes lo complicado que sea invitar a alguien aquí? Más que nada por el cambio en las políticas de llegada de extranjeros a la nación.—Comenzo a decir Esmeray ahora mirando a Safihye, todo el ambiente de reunión entre amigas fue matado de manera abrupta.
    Safihye miro a su madre. Pero esta simplemente apartó la vista.
    —Podría ayudarlo a pasar, hablaré con Irfan, seguro él puede ayudarme.
    —¿“Ayudarlo”? Entonces es un hombre.
    Ahora todas en la mesa la miraron casi como si la estuvieran juzgando. Safihye las miro a todas, miro a Asya.
    —Yo creo que Sa-
    Hanane, madre de Safihye la tomó del brazo para que Asya no terminará aquella oración.

    Hasta su propia madre no la ayudaba en este tipo de situaciones, aunque tenía sentido, Esmeray era la primera esposa y la mayor, nadie le llevaba la contraria.
    En eso, Safihye se levantó de su asiento, agradeció por la comida y se fue de ahí.

KILLER QUEEN, las joyas de la princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora