¿Que harías tú, si estuvieras obligada a permanecer al lado de la persona que hizo de tu vida una pesadilla?
Bueno esa pregunta era una realidad para la única hija mujer de Abraxas Malfoy.
Anastasia Nova Malfoy-Riddle se había convertido en la espo...
Anastasia caminó por los grandes pasillos de la mansión hasta llegar a su habitación.
—¿Las chicas sabían lo que tenían que hacer? —Cuestiono la rubia.
—Asi es su majestad, si tenemos suerte Sirius ya debe de estar fuera de la mansión. —Respondió Andrómeda.
Anastasia asintio complacida, al llegar a su habitación dos damas de compañía la esperaban a fuera de esta, ambas realizaron una reverencia al ver a la Reina.
—Debes irte Andy, si algo sale mal no quiero que tú salgas perjudicada.
—Sabes que siempre te apoyaré Nova y si tengo que morir para probarlo lo haré.
—No dudo de tu lealtad pero sabes que te necesito viva Andy. —Dijo Anastasia, sonriendo con pena.
Andrómeda asintio y abandono el lugar sin dejar rastro.
—El vendrá, traten de avisarme antes de que eso pase y hagan lo que hagan no lo miren a los ojos. —Ordeno Anastasia.
Ambas chicas se observaron de reojo y con temor asintieron.
La rubia entro a su hacer y sonrió con diversión al ver cómo Sirius Black intentaba abrir uno de sus cajones.
—Sabia que tenías mala fama con las chicas pero nunca imaginé que intentarías robarle la ropa interior a una y menos a una mujer casada.
Sirius dió un gran salto, asustado se giró al escuchar la insinuación de la rubia.
—No es lo que parece.
Anastasia se cruzó de brazos y sonrió.
—¿Entonces que es lo que parece?
—Buscaba una salida. —Se excusó Sirius, nervioso.
—¿En uno de mis cajones? —Cuestionó la rubia. —Dejare el tema pero te lo recordaré en un futuro, ¿Lograste obtener en diario?
Sirius recuperó el color de su cara y asintió.
—¿Que debo hacer ahora?
—Debes irte y ponerte a salvo, una vez estés seguro entrégale el diario a la señorita Potter.
El pelinegro volvió a asentir, un silencio incómodo se instaló en la habitación, Anastasia nunca fue buena para sacar temas de conversación y Sirius había dejado de lado las bromas con personas desconocidas desde lo ocurrido con Snape.
—¿Como es que llegaste hasta aquí? —Cuestionó Sirius, estudiando las expresiones de la rubia. —Lo que quiero decir es que wow... tu eras la mejor amiga de mi hermano, eras tímida y seguías al tonto de tu hermano por los pasillos de Hogwarts y ahora...
—Los tiempos cambian Sirius. —Lo interrumpió Anastasia, con tranquilidad. —Aún no estoy lista para contar esa historia y cuando lo esté, dudo que seas el primero en escucharla.
—Entonces supongo que esto es un hasta pronto princesa. —Dijo Sirius guiñándole el ojo antes de desaparecer.
Anastasia negó con diversión, la personalidad de Sirius Black era sin duda interesante.
—Hasta entonces perro entrometido.
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