3

1.6K 129 22
                                    


Habían pasado varios días, y seguía sin encontrar donde quedarme, y si por casualidad encontraba algún lugar, el límite de personas ya estaba al límite, que suerte la mía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Habían pasado varios días, y seguía sin encontrar donde quedarme, y si por casualidad encontraba algún lugar, el límite de personas ya estaba al límite, que suerte la mía.

Hoy tenía planeado volver a la cafetería, he sobrevivido solo a comida empaquetada en estos días, por lo que una pequeña merienda casera no estaría nada mal, camine y a los poco minutos logre divisar la pequeña cafetería, no había nadie dentro, a excepción de la misma señora de la vez pasado, entre y me recibió con una gran sonrisa.

—Mi niña, volviste, pensé que ya no te volvería a ver por estos rumbos— Sus palabras me sorprendieron, pues pensé que ya no se acordaría de mi—

Le respondo diciéndole que como me podría olvidar de este lugar, además ella prometió presentarme a su hijo.

La señora, que por cierto se llamaba Yoon So-yeon, pero me pidió que la llamara Señora Yoon, me trajo mi orden, la misma que la vez pasada. Estuvimos hablando durante bastante tiempo, hasta que vi que empezó a oscurecer y decidí irme.
Cuando cruce la puerta un escalofrío recorrió mi espalda, tenía un mal presentimiento pero lo dejé pasar.
Camine cuesta arriba, e iba perdida en mis pensamientos hasta que un ruido de unos vidrios quebrándose llamó mi atención, volteó rápidamente y veo a lo lejos que de donde proviene el ruido es de la cafetería de la señora Yoon, me quedé paralizada, eran los mismos hombres que hace unos días habían atacado en el restaurante de mi padre, quería ir a ayudar a la señora Yoon, pero tenía miedo, al instante mi padre siendo golpeado me pasó por la mente, no dejaría que le hicieran los mismo a la señora Yoon.

Corrí lo más rápido que pude y cuando estaba apunto de llegar, vi como un chico empezó a golpear a los hombres que estaban destruyendo la cafetería, no sabía que hacer hasta que vi una barra de hierro tirada en el suelo, tenía mucho miedo, pero el solo no podría con casi 10 hombres, recogí el hierro y empecé a golpear a los hombres que y estaban en el suelo para que no se pudieran levantar, los golpeaba con rabia, ellos me habían quitado a mi padre y no quería que le hicieran lo mismo a la señora Yoon, estaba tan concentrada que no note cuando uno de ellos me agarro de los tobillos y me tiro al suelo, gemí del dolor, mi cabeza había impactado contra el duro suelo, el mismo hombre que me tiro, se subió encima mío y me empezó a golpear, sentía como mi cara se dormía por el dolor, la sentía hinchada, mis ojos estaban pesados, listo, aquí sería mi fin, cuando ya estuve apunto de desmayarme, el hombre que estaba golpeándome cayó bruscamente al lado mío, alguien lo había golpeado, y ese alguien era el mismo chico que vi al principio, lo golpeó tanto que lo dejo inconsciente.

Se acercó hacia mi, y ¡Dios mío!, es el hombre más guapo que vi, sus rasgos asiáticos estaban muy bien marcados y eso lo hacía más atractivo, me cargo y me dijo sentada contra una pared, rápidamente volteo y vi como el hombre que tenía a la señora Yoon agarrada del cabello la soltó, el chico guapo se levanto y camino hacia su madre, el hombre de traje se alejó mientras la señora Yoon lloraba y abrazaba al chico, se abrazaron unos segundos hasta que el chico se alejó y caminó hacia el hombre de traje, y con lo poco que veía, ya que mi cara la sentía hinchada, logre ver que lo tenía contra la pared, lo agarro de su camisa, ejerciendo presiento contra la pared, él se notaba asustado, el chico decía algo pero el señor de traje no respondía, hasta que volteó a ver hacia la entrada de la cafetería y su expresión cambió a una burlona.

Bloodhounds |Kim Geon-Woo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora