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Blanco, todo estaba blanco a mi alrededor, volteó a ver a mano derecha y hay un catéter en ella, al parecer estoy con suero, mi cabeza dolía, y ni hablar de mi cuerpo, siento que un camión me pasó encima, aunque no hay mucha diferencia, un hombre que era el triple de grande a comparación mía me golpeó hasta dejarme casi inconsciente.
Escucho unos jadeos en la camilla de la par, pero una cortina de interpone, así que no puedo ver quien es el causante de ellos, pasan unos minutos y una enfermara me dijo que ya podía irme, así que me quitó el catéter y después salió, me levanté de la camilla, me mareé así que esperé unos segundos y salí, a unos metros vi que la señora Yoon estaba llorando, al instante ella me notó y corrió hacia donde estaba yo, antes de que pudiera decir alguna palabra me abrazo y empezó a llorar fuertemente en mi hombro, yo le correspondí, cerré los ojos y me sentí en los brazos de mi madre por un momento, estábamos tranquilas abrazadas hasta que un carraspeo detrás de mi llamo nuestra atención.
—Mamá— oh, era el hijo de la señora Yoon.
La señora Yoon se quedó en silencio, levantó su mano, con ella acarició la herida que ya estaba curada y saturada, en ella tenía una venda que la cubría, la señora Yoon lloraba mientras le pedía perdón, él la abrazo negando.
—Vámonos— el se agachó para recoger la bolsa de su mamá, avanzaron hacia la salida, pero antes de que salieran se detuvieron, la señora Yoon me hizo un ademán diciendo que me fuera con ellos, obedecí.
Al parecer íbamos rumbo a la casa de ellos, bueno, era obvio.
Cuando llegamos a su apartamento y entre, me empece a sentir incómoda, ya que ellos estaban hablando de todo lo que sucedió, creo que fue mala decisión acompañarlos, me estaba apunto de levantar y despedirme.
—Joo-yeon, cariño, ¿quieres pasar la noche aquí?, ya es demasiado noche como para que te vayas sola a tu casa, además estoy muy agradecida contigo, ayudaste a mi hijo.
—Está bien señora Yoon, puedo caminar sola hasta mi casa— Bueno, no tenia a donde ir, pero no quería ser una molestia, y al parecer al hijo no le agrada mucho, ya que su mirada era seria, tan lindo y tan serio, que desperdicio.
—¿Pero que dices?, no eres molestia, iré a prepararte un lugar donde dormir— Antes que pudiera negarme otra vez la señora Yoon se levantó y se perdió en un pequeño pasillo que había.
Ahora estaba sola, junto al atractivo chico, quería ignorar su presencia pero su fija mirada no me dejaba hacerlo, y lo único que conseguía era ponerme nerviosa, y estoy segura que si no estuviera sentada estaría temblando, no todos los días te encuentras a chicos atractivos. Quise romper el silencio tan incomodo que se estaba formando, así que hablé.
—Hola, me llamo Joo-Yeon, ¿y tu?—Bueno, creo que esto se volvió más incómodo de lo que ya estaba, ya que no me contestó, me levanté y camine dispuesta a ir donde hacía donde la señora Yoon estaba, pero su voz me hizo detenerme.
