La Fiesta de Gryffindor

4. Confusión

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Era increíble lo rápido que había pasado la semana, casi podía respirar la brisa del verano, una de sus estaciones favoritas después de la primavera.

Las expectativas en la fiesta de fin de año crecían al pasar los días, Harry se dio cuenta de eso en cuanto cada tanto recibía notificaciones desde su teléfono preguntándole que juegos tenían planeado, si habrían bebidas y muchas más cosas que involucraban una fiesta para los de último año. Por suerte Hermione ya había aclarado que sería solo para alumnos del último año y los que venían, pues ella tampoco quería hacerse responsable de menores que no tendrían la edad para estar en ese tipo de fiestas.

Tomo su café con lentitud, escuchando las conversaciones de sus amigos mientras empezaban el día con una merienda en el Gran Comedor.

—Creo que ya terminamos de organizar los juegos, parece que Pansy es muy creativa en esa área aunque no me sorprende —decía Hermione con indiferencia, poniéndole mermelada a su tostada a la vez que escuchaba los murmullos de Ron a su lado.

—Por supuesto que sabe, ella y ese presumido Zabini, ¿te acuerdas del año anterior cuando Snape los descubrió junto a Malfoy montando un juego de quien tomaba el alcohol más rápido? —comentaba él, soltando una carcajada al haberlo recordado—. Debió ser una ofensa para él, creo que todos escucharon cuando Malfoy se arrodillo frente a él como un niño y le suplicaba que lo perdonara casi llorando.

Harry no pudo evitar sonreír al recordarlo, todos sus compañeros se habían burlado de ese espectáculo y la expresión avergonzada de Snape por ver a su ahijado en una posición tan miserable. Esa semana fue entretenida para él cuando a Malfoy se le pasó la borrachera y amenazaba a cualquiera si se atrevía a divulgar lo que había ocurrido, además de ser su oportunidad perfecta para burlarse de él durante el partido de Slytherin contra Gryffindor.

Podría decirse que estaban a mano ahora, supuso que esa fue una de las razones por las que Malfoy decidió entrometerse en la fiesta y llevarse parte del crédito. Aunque eso no evitaba sus constantes enfrentamientos sin sentido, ya que siempre se aseguraba de dirigirse a él con una mirada desafiante que el rubio correspondía con la misma intensidad.

Era divertido verlo de esa manera, sonriendole con un aire presumido y superior que Harry ansiaba derribar. Para molestarle, si tenía que aclarar eso.

—Me sorprende que hayan cooperado tan bien después del primer día, creía que no íbamos a durar una semana —respondió Hermione, pensando lo mismo que él al decir que tampoco tuvo fe de que las cosas salieron tan bien hasta ahora.

Ron elevo una ceja con curiosidad, pues tampoco pasó desapercibido el tono con el que hablo Hermione, diciéndole que algo no le inspiraba confianza antes de cantar victoria.

—Miren, no creí que diría esto, pero estoy de acuerdo con Hermione.

—¿A qué te refieres exactamente? —cuestionaba Harry, tratando de comprender.

—Pues, hay una posibilidad de que Malfoy este planeando algo con sus amigos para sabotear la fiesta... —dijo con lentitud, esperando su reacción con incertidumbre.

Si era sincero, ni siquiera se le había pasado esa idea por la cabeza, o por lo menos no lo creía posible.

Debia admitir que Malfoy y sus amigos habían estado ayudando mucho más de lo que pensaba, llegando a creer que en verdad estaban cooperando para que la fiesta fuera un éxito. Malfoy y él lo habían pactado de esa forma, con la amenaza latente en medio que si ese acuerdo se rompía, él no lo dudaría dos veces para contarle a su padrino que Potter y compañía —en sus propias palabras, no las de él—, estaban organizando una fiesta a espaldas suyas. Snape no seria para nada piadoso con él y exigiría su expulsión de inmediato, imaginando su sonrisa triunfante por haberlo atrapado.