🍁Harry trago saliva pesadamente, moviendo sus pies de un lado al otro con impaciencia. Miro por el rabillo del ojo que Hermione hacia lo mismo con sus manos nerviosas, mientras Ron observaba el lugar con precaución. Como si algo fuera capaz de atacarlo en cualquier momento.
Tomo el valor para ver a los demás presentes. McGonagall estaba en un extremo del escritorio, su mirada desaprobatoria mientras mantenía los brazos cruzados sobre su pecho. En el medio estaba Dumbledore, sentado en su respectiva silla mientras miraba a cada uno con un aire neutral y curioso, sin parecer molesto en lo absoluto. Daba la sensación de que estuvieran manteniendo una fiesta del té imaginaria, en lugar de una cita con el director esperando el veredicto de alguna sentencia. El otro extremo del escritorio lo ocupaba Remus, quién no les había dicho nada en todo el recorrido hasta la oficina del director cuando los mando llamar. No soportaba la mirada amenazante sobre cada uno, esperando que alguno fuera el primero en hablar y confesará con la suerte de salir librado de todo eso.
—Remus, yo… lo siento-
—Tranquilo, Harry. Después explicarás tú. —Fue lo único que le dijo Remus, sin abandonar su mirada decepcionada hacia él. Eso de alguna forma hizo que le doliera más.
Minutos después, escucharon que abrían la puerta de la oficina. Dirigieron su mirada a esa dirección, descubriendo que eran Draco y su grupo de amigos. Ellos estaban siendo escoltados por Snape, quién por su expresión severa sabía que iba a ser menos agradable en el interrogatorio, sin dejar pasar la oportunidad para humillarlo en el proceso. Sintió un poco de pena por Draco y sus amigos, Snape podía ser igual o peor que McGonagall cuando sus alumnos cometían estupideces cómo estás.
El grupo de Slytherin se colocó en la otra esquina frente a Harry y sus amigos, haciendo que por un momento se enfrentarán después de tanto tiempo. Luego, miraron a sus superiores para demostrar respeto. Aunque eso no disminuiría la decepción y el enfado presente en las caras de todos. La primera en romper el silencio fue McGonagall, su expresión enfadada no había cambiado.
—Supongo que saben porque están aquí, ¿verdad?
—No creo que sea para entregarnos un premio por nuestros servicios al colegio —murmuro Malfoy, un poco más valiente que los demás.
—No, absolutamente no Señor Malfoy —respondió con dureza, pasando su mirada sobre cada uno—. Llegaron avisos alarmantes desde el Profeta sobre una fiesta que no tenía autorización para ser realizada en nuestra institución, bajo nuestras narices. Organizada por nuestros estudiantes más célebres, deberían darles vergüenza… Las lechuzas no pararon de llegar en toda la mañana, los padres están angustiados por saber si esa noticia es cierta. Es muy grave lo que han hecho chicos.
Guardaron silencio entre los seis, pues todavía no habían acordado quién podría ser el intermediario. Aunque no parecía necesario porqué querían que cada uno confesará al final.
—¿Tienen algo que agregar a eso? —cuestionó Remus.
—Si me permiten agregar, profesores… Nosotros nos aseguramos de que nadie saliera lastimado o herido de todo esto. Les juramos que nos preocupaba tanto la seguridad nuestra cómo la de nuestros compañeros.
—Pero eso pareció no salir bien tampoco, Potter —intervino esta vez Snape, sin cambiar la expresión contenida de su rostro sobre él—. Creo que es estúpido decir eso cuando medio curso superior parece no recordar absolutamente nada de lo que sucedió esa noche. Increíble seguridad la suya.
Harry frunció el ceño en su dirección, conteniendo sus palabras porque no era correcto en ese momento dirigirse de forma desagradable a un profesor. Aunque tampoco podía negar esa afirmación sarcástica cuando tenía parte de la razón.
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La Fiesta de Gryffindor
FanfictionLos Gryffindors han decidido armar una alocada fiesta en la Sala de los Menesteres. Sin embargo, todos sus planes se complican cuando Slytherin los descubre. Al final, ambas casas deciden mantener una especie de tregua por una noche para que todos p...