Capítulo II:
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CRONICAS DE UN SUICIDIO ANUNCIADO
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Volver.
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―Sakura― Escuchaste que murmuraba tu nombre.
Un escalofrío recorrió tu cuerpo de tan solo escuchar tu nombre entre sus labios.
―Me gustas mucho― Dijo mientras sus manos acariciaron tu cintura.
Sus labios pasaron a tu cuello mientras su perfume te mantenía en un estado de anestesia.
―Tú también me gustas mucho, pero no creo―
―Shh― Te interrumpió mientras colocaba su dedo índice sobre tus labios ―Lo sé y esperaré hasta que estés preparada― Murmuro con ternura mientras acariciaba tu sonrojada mejilla.
Porque apenas tenías dieciséis años y tenías miedo e inseguridades, porque lo amabas, pero aún no estabas segura, porque sabías que él era el indicado, pero quizás tu no eras la indicada para él. Porque solo querías que tu primera vez fuera perfecta.
―Gracias― Susurraste ―Te amo, Sasuke―
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―Sakura, despierta―
Abriste los ojos de golpe y te sentaste en el cómodo asiento del coche, frotaste tus ojos con tus manos intentando despabilarte mientras bostezabas, dormir en un asiento de una camioneta no era para nada cómodo, ni siquiera descansabas bien.
―Llegamos― Murmuro él.
Tragaste grueso y el nerviosismo invadió tu cuerpo.
―Detén el coche, por favor― Te sorprendiste de lo baja que se escucho tu voz.
Él detuvo la camioneta al instante, aparcando a la orilla del camino y te observo preocupado. Bajaste la mirada esquivando sus ojos y sentiste la suave caricia en tu mejilla.
―¿Estás bien?― Preguntó, tú solo negaste con la cabeza ―Yo siempre estaré contigo― Susurro.
―Lo sé― Contestaste levantando el rostro para verlo.
Te acercaste despacio acariciando su mejilla y lo besaste con ternura y suavidad.
―¿Quieres que desayunemos algo antes?―
Tú solo asentiste con una sonrisa de agradecimiento y sentiste que podías respirar tranquila, por lo menos por un par de horas más.
Agradecías que estuviera contigo, que te cuidará y te protegiera, que fuera tu novio desde hace dos años.
―Gracias, Itachi―
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No pudiste dilatar más ese momento. Era domingo a las diez de la mañana, ya habían desayunado y perdido mucho tiempo y sabías que Itachi también quería llegar a su hogar a bañarse y descansar luego de conducir toda la noche.
― ¿Segura no quieres que me quede?― Dijo él dejando tus maletas en la acera.
―Segura― Susurraste observando la fachada de tu hogar ―Ve, si te necesito te llamo―
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Crónicas de un suicidio anunciado.
Roman d'amourEsta es la historia de mi muerte. De todos los pequeños detalles que me llevaron a suicidarme ese día.