Capítulo VII:
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CRÓNICAS DE UN SUICIDIO ANUNCIADO
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Cicatrices.
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― ¿Sakura?―
No escuchas. No miras. No hablas. Solo lloras.
Y te rompes.
Te duele hasta el alma.
―Sakura― Grita tu nombre agachándose hasta quedar a tu altura.
Tú lo observas. Entre pérdida y adormilada, no ves a causa de tus lágrimas, tu cuerpo tiembla, tu pecho sube y baja. Él te abraza y tu se lo permites.
¿No fue suficiente lo que te hizo hace cinco años?
Flash back
―¿Vas a entrar o te quedarás toda la tarde parada ahí?― Murmuro detrás de ti.
Lo observas con odio y sigues tu camino. Al cruzar la puerta de vidrio e ingresar a aquella clínica, el aroma a medicamentos y alcohol se impregna en tu nariz. Ves todo blanco, las paredes, los uniformes, las camillas, todo excepto esa cruz de madera que hay en una de las paredes.
Te le quedas viendo. Apoyas tu mano en tu vientre.
¿Quizás esto no sea lo mejor?
―Es lo mejor― Murmura a tu lado.
Como si pudiera leer tu mente. Lo miras confundida y él desvía sus ojos a tu vientre, tus manos lo aprietan con más fuerza. Como si eso fuera a protegerlo.
―Luego― Susurra acercándose a ti, sientes su aliento rozar tu nariz y su perfume te adormece ―Todo será como una horrible pesadilla―
Muerdes tu labio inferior con duda, suspiras, pestañeas varias veces evitando llorar y te decides.
―Es lo mejor― Murmuras, más para ti que para él, pero aún así tu acompañante asiente con la cabeza ―¿Me esperarás aquí, Sasori?―
Él asiente, sonríe y tu tiemblas, de miedo, de desesperación, de pánico. Caminas por el largo pasillo. La enfermera te entrega una bata blanca, te quitas la ropa y observas tu demacrado cuerpo cubierto de hematomas, últimamente comes poco y sueñas demasiado con esa noche. Cierras los ojos al momento de recostarte en la camilla.
―Buenos días, señorita Haruno― Saluda cortésmente el médico a cargo.
―Buenos― Susurras, tu voz se escucha quebrada y rota.
―¿Estás lista?― Tú solo asientes ―Empecemos―
Luego no recuerdas nada.
End flash back
―Sasori― Susurras.
Él se aleja de ti. Y observas lo patética que eres. Te alejas y te levantas del suelo limpiando el pasto que quedó en tus rodillas. Aún llevas ese vestido corto color negro y las botas de tacón.
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Crónicas de un suicidio anunciado.
RomansaEsta es la historia de mi muerte. De todos los pequeños detalles que me llevaron a suicidarme ese día.