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—¿Está bien si me permites ayudarte?—pregunto el alfa viendo cómo el omega no decia nada.

—Oh perdón, no es necesario, en ser...

—No, nada de eso, vamos al baño —dijo el alfa agarrando su mano en camino al baño más cercano. El omega parecía estar en un sueño, como es que de estar pensando todo este tiempo en el, ahora lo tenía agarrándolo de la mano.

—¿Que te parece si entras mientras yo voy y traigo otra camiseta?

—S-s-si claro.- se golpeó internamente por tartamudear

—Okey lindo, espérame.- le dijo el alfa con aquella hermosa sonrisa, dando una pequeña caricia en el sedoso cabello del omega.

En cuanto el omega se quedó solo, pudo notar a través del espejo que estaba sonrojado y es que no caía en cuenta del apodo que le había puesto. La reacción del alfa no era diferente a la del omega estaba igual de sorprendido, al principio se mantenía emocionado por volver a encontrar al omega pero con el pasar de los días se estaba rindiendo ya que no lograba lo dicho, hasta hoy. Por lo tanto era la hora de empezar su plan de conquistar al omega.

—Listo —le dijo el alfa entregándole una camiseta algo larga.—Espero que se te haga cómoda.

—Si yo creo que si,—le respondió el omega—Y gracias, pero no era necesario— dijo sonriendo.

—Claro que lo era, ahora sí ve a cambiarte—le dijo el alfa al omega el cual estaba empezando a sonrojarse.

Mientras estaba cambiándose pudo sentir como la camiseta tenía un aroma en particular, era el olor que amenaba el alfa que lo esperaba afuera, sin más que decir, se cambio, percibiendo como el olor del alfa y el de el se combinaban, haciéndolo soltar un bajo ronroneo. Cuando el omega salió de aquel baño pudo sentir como los ojos del alfa frente suyo lo miraba de arriba hacia abajo con deseo.

—Ohh....- se quedó algo embobado viendo como aquella camiseta, que era suya, le quedaba muy hermoso.- Te queda muy lindo eh.

—Gracias.—dijo el omega algo sonrojado por la intensa mirada del alfa—Creo que ya me tengo que ir.

—Oh bueno que tal si antes de que te vayas me aceptas un helado.—el omega iba a decir que no pero al ver como este lo miraba con esperanza decidió aceptar.

—Está bien, pero yo pag....

—No, ni te atrevas, yo lo hago.

Y sin más fueron directo a un puesto de helado e hicieron su pedido y ahora se encontraban sentados en una de las mesas del lugar.

—Así que Hongjoong, cuéntame de ti.—el omega algo sorprendido de como es que sabia su nombre.— ¿Que como se tu nombre? —le dijo casi leyendo su pensamiento.—El beta lo dijo la primera vez que nos vimos.

—Mmmm

—Y ahora ¿me podrás contar algo de ti?

—¿Por donde quieres empezar?

—Desde que llegaste al mundo, por supuesto.—dijo en tono sarcástico y con una sonrisa, lo cual hizo reír al omega, y el alfa no sabía que tanto podía amar la sonrisa de una persona, hasta hoy.

—Sabes que no te conozco ¿cierto?, por lo tanto eres un desconocido para mi.

—Hayyyy dale lindo, solo quiero saber más de ti.

Para el alfa no paso desapercibido el rubor que apareció después de haberle dicho ese apodo. Sin duda empezaría a decirle más cositas lindas.

—Buenoo está bien, ojala no te aburras.

—Porque lo haría, ten por seguro que nada de lo que digas logrará aburrirme.- el alfa lo miro directo a los ojos, aquellos que irradiaban timidez y un brillo sin igual, eran hermosos.

—Bueno está bien, para empezar vivo con mi padre el es arquitecto por lo que a veces suele estar muy ocupado, no tengo herm...- paro de momento.

—¿Que pasa?

—Olvidé llamar a mi papá, dios.

—Heyy tranquilo, si quieres puedo llevarte a casa.

—No gracias.

Sin más el alfa quedó sentado mientras que el omega hablaba por teléfono, la verdad se le había hecho raro del como el todavía seguía pidiendo permiso a su padre para salir.

—¿Ya está?— dijo viendo cómo el omega volvía a su lugar

—Si, olvide hacerlo hace rato

Sin darse cuenta habían caído en un pequeño silencio, pero que no era incómodo, solo cada uno de los dos saboreando su helado.

Pero había algo en la cabeza del omega que no lo dejaba tranquilo y era el porque el alfa frente suyo quería saber tanto de el.Por lo tanto no dudó en preguntar.

—¿Por qué tanto interés en mi?—soltó el omega sintiendo que tal vez la respuesta le rompería el corazón.

—Eso es simple, me gustas.

—E-esto es un broma, ¿no?

—No lo es hermoso, de verdad me llamaste la atención la primera vez que te vi en la cafetería, quería saber más de ti.

En eso el celular del omega sonó, anunciando que su padre estaba llegando.

—Creo que ya me tengo que ir, disc...

—No te disculpes lindo, está bien.

—Okey mmm, supongo que nos volveremos a encontrar.

—Tal vez, sé que ya te lo pedí pero me puedes dar tu número de teléfono.— dijo el alfa con algo de emoción.- sé que soy un desconocido.— vio como el omega sonreía, acordándose de lo sucedido la vez pasada.- pero quiero conocerte más.

—Esta bien.

El alfa no dudó en acompañar al omega en donde lo estaría esperando su padre.

—Gracias por el helado y por acompañarme, de seguro mi padre no debes est...

El omega no sabía cómo pero el alfa lo tenía en sus brazos sosteniendo de su cintura.—Gracias a ti hermoso, me alegraste el día.— y sin más, con paso lento acarició la mejilla del omega sintiendo como sus ojos empezaban a cerrarse, este comenzaba a soltar bajos ronroneos complacido por el tacto del alfa y eso no quedo ahí poco a poco el alfa se acercaba, quería sentir esos labios de una vez, pero no quería asustarlo y solo dejo un pequeño beso en la mejilla de este, el omega al sentir el pequeño beso, comenzó a soltar feromonas de felicidad y solo queriendo más de esos pequeños besos.

Alfa....-dijo el omega queriendo más, queriendo poder sentir los labios del alfa de una vez.

—Te daré todo lo que quieras pequeño, pero hoy no es el momento.— dijo dando otro pequeño beso, haciendo suspirar al omega.

De repente el celular sonó otra vez.

El omega saliendo de su ensoñación logro contestar, pues estaba completamente a gusto con la cercanía del alfa.

—¿Padre? esta bien ya estoy acá

Pudo ver a su padre a lo lejos así que trato de recuperar la compostura pues el aroma del alfa con la de el se había mezclado provocando una ambiente cálido para el omega.

—Ya me tengo que ir.— dijo el omega algo apenado, lo que no paso desapercibido por el alfa.

—Está bien precioso.—dijo el alfa acercando su mano hacia el cabello del menor dándole una suave caricia.- te llamaré.- sin nada más que hacer dejo un beso en el cabello de este, haciendo sonrojar al omega.

Esa noche Hongjoong pudo dormir plácidamente y no tuvo ninguna pesadilla.

You are my destiny | SeongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora