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Todo estaba oscuro, no podía sentir nada, parecía como si estuviera sin vida, de un momento a otro escucho una voz. No la reconocía, pudo sentir a su omega aullando de miedo, intentado llamar a su alfa, con la esperanza de que lo encuentre y logre salvarlo, estaba tan asustado.

―El jefe dijo que lo esperemos aquí.

Pasaron algunos minutos en donde el omega poco a poco volvía en si, tenía los ojos vendados, e intento hacer algún movimiento pero le fue imposible, ya que lo tenían sujetado con cadenas, cada muñeca estaba en cada una de las esquinas de la cama, y al intentar sacarse, solo se lastimaba así mismo, había perdido la cuenta de cuántas veces lo intentaba, no sabía cuanto tiempo había pasado desde que despertó pero sabía que lo habían notado pues sentía sus aromas cerca de el.

Suspira agitadamente buscando la manera de salir de ahí, pero no tenía fuerza, su omega volviéndose más asustadizo que nunca, soltando feromonas de miedo lo cual el peliazul no quería que soltará, ya que así sería más notorio que el había despertado. Un toque en la puerta de la habitación le confirmo que lo venían a buscar.

Quiso hacerse el dormido pero ya era tarde pues a un alfa no le puedes mentir, es casi imposible hacerlo―Se que estás despierto omega ―. utilizo la voz alfa, causando en el más miedo, sintió como el alfa agarraba su mentón y entonces el alfa lo acerco hacia el y planto sus labios sobre los del omega, lo que le causó ganas de vomitar, obviamente no hizo ni un movimiento con sus labios pero al sentir como el alfa ponía presión sobre su mentón, causándole mucho dolor no tuvo otra opción que darle pase a la lengua caliente del alfa, este besándolo a su gusto.

Estuvieron así hasta que volvieron a tocar la puerta―Hanbin, el jefe está aquí.

Soltó un gruñido molesta cerca de los labios del asustadizo omega―Bueno dile que ya bajo.― pero antes de irse logro plantarle otro beso, pasando su lengua por los labios y por último dándole un mordisco, con un hilo de saliva sobresaliendo de los labios del omega―De mi no te olvidarás.

Para eso entonces el omega no dejaba de llorar, estaba desesperado, no sabía quién eran estás personas que era lo que querían de el, y porque el, no había tenido ni un problema con nadie, se decía en su mente mientras más lágrimas bajaban por sus mejillas.

En otro lado de la casa

―Jefe, ¿al menos le dio una pista sobre esto?

―No lo hice, pero se que lo notara, no es estúpido, conozco perfectamente a mi hijo.

―¿Que piensa hacer si no acepta la propuesta?

―Se lo que haré, y aceptará o si no, voy a matar a su amado omega.

El padre de Seonghwa había planeado todo, con tal de que su hijo acepte estar al frente de la empresa, ocupando su puesto, como debe ser.

En este último mes su padre lo había estado vigilando y por supuesto noto que estaba saliendo con alguien, un omega, la peor debilidad de un alfa, pensaba el.

―Solo mantén tus manos alejadas de el, por el momento―. el otro alfa solo rodó los ojos―Crees que no note su aroma sobre ti―. le dio una mirada molesta―No arruines el plan, ¿me entendiste?

―Está bien, padre.―susurro

Seonghwa se estaba maldiciendo así mismo por no tomar medidas para alejar a su padre, para mantener seguro a su omega, sentía culpa, si tan solo no hubiera omitido todas las amenazas que le llegaban a su departamento, sobre el omega, esto no estaría pasando. Recordó que en una de esas cartas decía una dirección, sabía que lugar era, y sabía que allí estaría su omega.

Ahora iba junto a Jaebeom, a la casa donde un día creció y tenía grandes y hermosos recuerdos pero que gracias a su padre no podía recordar con tanta dicha, desde que el alfa se fue de esa casa, no volvió a pisar el lugar, pero ahora lo iba hacer por su omega, porque por el haría lo que fuera para que esté bien y seguro.

―¿Como sabes que se encuentra allí?

―Mi padre me envió la dirección.―ante la mirada que le dio el alfa mayor, continuó.―No lo malinterprete, recibí varias amenazas, que sabia que eran de mi padre, en una de esas estaba la dirección.

―La verdad no sé qué es lo que está pasando, pero agradezco lo que hacer por mi hijo.

―No es nada ya que por mi culpa secuestraron a Hongjoong.

El alfa mayor noto como el pelinegro soltaba feromonas de ira, pero también de tristeza, sabía ese sentimiento.

―Tranquilo Seonghwa, sé que apenas nos dirigimos la palabra, pero veo que eres un buen chico, mi hijo me lo hizo saber, no sabes lo mucho que te quiere, y esto no es tu culpa, es la de tu padre por no dejarte en paz y no aceptar que tú no quieres tener algún relación con el.

Seonghwa lo miro, y pudo sentir que por primera vez en mucho tiempo alguien le hablaba con sinceridad―Gracias.

Estaban a unas cuantas cuadras cuando el alfa menor pudo sentir un aroma conocido era el de Hongjoong, su omega. Sin dudar aceleró hacia el lugar, llegando así en menos de lo que imagino.

Ambos alfas bajaron―Señor Jaebeom, cómo quedamos―el alfa lo miro y asintió así acordándose del plan que hicieron juntos.

Todo el autocontrol que estuvo teniendo el alfa se fue al tacho cuando al llegar a la entrada de la casa sintió el intenso aroma de su omega, soltó un gruñido molesto, soltando feromonas de rabia, inundando el lugar de su aroma. Sin más entro, no le importo si su padre estaba ahí o no, solo quería poner a salvo a su omega.

―Ni te atrevas a dar otro paso.

Era Leedok, el padre de Seonghwa.

―¿Que es lo que quieres, Leedok?, se que estás haciendo esto por algo y si piensas que yo voy a tomar tu lugar en la empresa, estás muy equivocado, dije que jamás lo haré y así será, no pienso olvidar lo que le hiciste a mamá ni mucho menos todo el daño que haces a las personas.―se fue acercando hacia el.―Se de tus trabajos sucios, se lo que haces, conozco todos tu movimientos y los utilizaré para ponerte en tu contra, te lograré hundir, derrumbare todo tu imperio y más vale que no te atrevas a tocar a mi omega, porque vas a tener mucho más que sufrimiento en tu vida, no descansaré hasta que te arrepientas de lo que hiciste.

―No te desgastes en decir esto, porque ambos sabemos que yo siempre obtengo lo que quiero.―soltó un gruñido―Tu omega a cambio por la empresa, ¿no es justo?, yo te mantuve muchos años, te di de comer, te di todo lo que querías cuando eras un cachorro, a caso crees que no te lo iba a cobrar.

―¡Por supuesto que se que me lo ibas a cobrar!, te conozco demasiado, padre.―esto lo soltó amargamente, odiaba decirle padre, cuando este no se lo merecía.―Como te repudio, ojala mi madre nunca te hubiera conocido.

―Por favor Seonghwa, no te cansas, sabes que mil veces volvería a engañar a tu madre, ya no me satisfacía en la cama, era tan aburr...

No termino de decir la palabra pues el alfa menor se lanzó sobre el, agarrándolo del cuello de su camisa―¡Cómo te atreves a decir eso sobre mi madre eh!―soltó, con un gruñido de molestia, sin decir otra cosa más, le propinó un golpe en el rostro y así le dio otro y otro hasta dejarlo casi inconsciente, al alfa le dio mucha satisfacción hacerlo, ojala matarlo, se dijo, pero no quería generar otro problema mas, sería mejor que la justicia se haga cargo.

You are my destiny | SeongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora