CAPÍTULO 10

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~•Pidiendo permiso•~

Los tenues rayos empezaron a calentar mi rostro y solo solté un leve gemido de insatisfacción, rodando en mi cama hasta la orilla dejando mi pierna y brazo fuera de ella sintiendo el fuerte cambio de temperatura haciéndome contraerlos de inmediato.


Oye, oye, no me culpes por dormir tan plácidamente despues de tal noticia de ayer y el altercado con ese rubio de cara afligida, solo que para mí mi mejor terapia era dormir ya que tendía a sobre pensar todo estando despierta y los sueños para mi eran mi escapatoria. 

Ellos me traían muchas más respuestas que mi propio pensamiento.


El fuerte estruendo de la alarma sonó tan alto y vibró tan fuerte que cayó sobre las planchas de madera del suelo haciendo un gran estruendo en mi habitación. Me desperté un golpe luchando con la suave trampa llamada edredón y solté mas pujidos de insatisfacción por haberme despertado de esa manera tan agresiva.


Mi cabello despeinado aún con restos de laca y un peinado mal hecho caía sobre mis ojos tapando mi vista y lo quite de mala gana de ahí, hoy era uno de esos días en el que la cama te atraía hacia ella y con sus firmes brazos acolchonados te invitaban a seguir recostado en ella.


Pero para mí no era así, hoy tenía que ir con mis nuevos amigos a La Push, no podía fallarles ya que ellos hasta ahora nunca lo habían hecho y esperaba que nunca lo hicieran. Así que quisiera o no debía de tomar una ducha caliente para bajar los humos de ayer y darle un nuevo "buenos días" a la vida que tenía enfrente. 

De vez en cuando era bueno estar tirada todo el dia luchando con las ganas de llorar o con la vida misma, pero hoy no era un dia de esos.


Busqué entre mis pertenencias regadas en el piso y encontré un lindo pantalón de mezclilla clara con bordados en los bolsillos traseros, una blusa de algodón de cuello de tortuga era lo esencial y por ultimo unas botas contra el agua. 


Por ultimo me faltaba mi chamarra que me mantenía seca en este clima húmedo característico de Forks, pero hoy por el buen clima que hacia solo la llevaría como prevención del bipolar clima que se avecinaría por estos lares.


En Queens sí que hacia frio en invierno que podíamos llegar hasta los congelados -5 grados Celsius y a los cálidos 2 grados, así que el clima de Forks era más caliente que los estrepitosos inviernos de mi ciudad. El problema aquí es que era verano en el país, aquí en el recóndito Forks tenía un otoño interminable con su vegetación llena de musgo y la briza húmeda que siempre tenía el pasto por las mañanas.


Retomé conciencia de mi tarea y me dirigí al baño a ducharme con rapidez, el baño no era de lo más grande y lujoso, pero tenía todo lo esencial y estaba agradecida por ello. Cada que me movía rosaba con alguna pared gélida, conforme me duchaba esta semana pude acostumbrarme a ello y ahora cada que tocaba por accidente los azulejos del baño ya no crispaba con frio o titiritaba con enfado.


Me desnude con rapidez para no tener frio y entre en la ducha abriéndola en cuanto estuve debajo de ella, me empape de calidez sintiendo alivio en mis músculos atrofiados por la noche de ayer y sentí como esta me espabilaba quitándome la sensación arenosa de los ojos y la cara.


Tome el botecillo de champú, lo vacié en mi palma y con cuidado empecé a masajear mi cuero cabelludo, nunca dejaba que tocara otra parte de mi cabello de forma directa. La suavidad de mi cabello se debía a eso y someterlo a cambios no era de lo más grato ya que tendía a esponjarse.

"DESTINO O CONSECUENCIA"|| Edward Cullen y Jacob BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora