CAPÍTULO 11

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~•Las leyendas•~

—Si las leyendas fueran ciertas, está en particular me daría pavor. — introdujo Gael con voz siniestra mirándonos a todos de reojo y a mí por el retrovisor. — Cuenta la leyenda que los moustros caminan entre nosotros haciéndose pasar por humanos normales, pero varias características los delatan por supuesto— dijo con altivez —, desde su hermosa y grácil forma de andar hasta su perfecto y bello rostro. — dio una pausa y volteo de nuevo a vernos.

En mi mente cruzó un pensamiento rápido y fui a dar a la familia Cullen, ellos eran bellos y perfectos muy fuera de normal, era como ver a modelos sacados de las revistas de modas, y los relacioné con la breve descripción que había dado Gael sacándome un leve jadeo ante tal suposición.

— Los Quileute cuentan que hace mucho tiempo El Transformador los convirtió a ellos en humanos para poblar la tribu — explico aún con sus ojos puestos en el resbaladizo pavimento. —, de ahí que se diga que descienden de ellos, después está su contra parte, los fríos — dijo esta última palabra con veneno y me pareció divertido. — seres majestuosos que se alimentaban de seres humanos, para esto a modo de protección El Transformador les otorgó el poder de convertirse en sus antepasados para poder proteger al pueblo de aquellos caras pálidas. — se quedó en silencio e intuí que ese era el final de aquella historia.

Todos habían quedado sorprendidos por aquella leyenda tan así que Robert iba más que atento a lo que contaba que su boca estaba a medio abrir esperando a más.

—¿Ya no hay más? — preguntó Robert con desánimo y lo comprendí.

Aquella breve historia de terror solo era una mera introducción para todos.

—Lamentablemente no— Gael contestó a modo de disculpa con Robert y Julia solo seguía mirando la ventanilla hacia el azulado bosque. —, mi amigo de la reserva solo me dijo eso. —

—Deberíamos de investigar más, — les propuse— esto es demasiado interesante para solo quedarnos con una mera introducción— resoplé y Julia solo hizo un leve carraspeo de afirmación.

En la minivan solo cabía una aguja más ya que llevábamos alrededor de 15 mantas, artículos de campaña, botanas y las tablas de surf de mis amigos amarradas a la camioneta en el techo de esta.

—Yo si fuera lobo me los comería a todos. — dijo Robert haciendo un gesto de garras con sus manos hacia a mi sacándome una leve carcajada por lo tonto que se veía.

—Uy no, pues si yo fuera una cara pálida— agregué con tono inquisitivo levantándome un poco de mi asiento hacia Gael, — tendría que ser vegetariana ya que, si todos los humanos fueran como Gael, —hice una pausa creando tensión en el ambiente—¡me moriría de hambre!— dije en voz alta y con sorna tocando el hombro de mi amigo haciéndolo crisparse en el asiento tomando con fuerza el volante.

—¡Oye! — masculló Gael en reprimenda sobre la insinuación de su esbelto cuerpo.

Todos se echaron a reír por mis ocurrencias y despues de un rato se produjo un silencio cómodo, tuve tiempo de pensar a que me refería con ser un vampiro vegetariano aquello había salido con una naturalidad impensable desde lo más profundo de mi conciencia. Trate de dar una explicación a ello y en mis pensamientos se enlistaron los derivados de la sangre humana, pero no había algo existente y después mis fantasías corrieron hasta el otro extremo, y como si fuera la lotería exclame en voz alta.

—¡Sangre animal! —

Todos me miraron con cara de duda y solo asentí hacia ellos y proseguí.

—Sí— introduje —, el sustituto de la sangre humana puede ser el animal y así no tendría que comerme a las personas como Gael. — y como si fuera la idea más ingeniosa del mundo el nombrado me felicitó.

"DESTINO O CONSECUENCIA"|| Edward Cullen y Jacob BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora