CAPITULO 2

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"~Despedida de New York~"

Selene despertó temprano para tener tiempo de revisar que no le faltara nada además de despedirse de sus padres y de su mejor amiga. La joven podía imaginarse como estaría llorando a moco tendido cuando fuera a verla, conociéndola no pudo dormir en toda la noche por la emoción y tristeza.

En seguida de levantarse fue a darse un baño para apaciguar los nervios que la carcomía al saber que pronto se montaría en el avión , no es que nunca lo hubiese hecho solo que ahora iría sola hasta la otra punta del país. El agua empezó a salir caliente al instante, eso era un milagro ya que siempre en las mañanas salia tirando cubos de hielo , alguien más ya estaba despierto.

Pasaron alrededor de 15 minutos para que Selene saliera de bañarse y se empezara a cambiar con unos jeans , una blusa negra que combinaban con los converse que llevaba;  para ir a prepararse su desayudo ya que dudaba que su madre o padre estuvieran despiertos tan temprano para ser domingo.

-Ahora sí- dijo mirándose en el espejo de su cuarto con determinación.

Al abrir la puerta de su habitación el olor a comida la inundo por completo para después escuchar platos y vasos ser puestos en la mesa y  a su padre regañando a su hermano mientras su madre se reía de ellos, esto le sacó una pequeña risa a Selene "sí que los voy a extrañar" pensó la joven.

-¡Buenos días, familia!-saludo a todo volumen la joven, mientras tomaba asiento en su lugar habitual.

-Buenos días,Cici- dijo Izar el hermano pequeño de Selene, él era 7 años menor que ella. -¿Cómo amaneciste?-pregunto mientras mordía un sándwich que su padre le había preparado para desayunar.

-Muy bien, enano. Y veo que a ti te esta yendo bien-dijo sonriendo de lado apuntando al desayudo frente del pequeño- ¿Te vas a comer todo?-Dijo divertida.

-¿Por quien me tomas, hermana mía?-dijo mientras le daba un gran trago a su jugo pero al intentar hablar de nuevo se empezó ahogar con el.

La mano del padre de ambos dio pequeñas palmadas en la espalda del menor para ayudarlo, después de terminar le paso el plato de desayuno Selene.

-Ves lo que pasa intentando demostrar lo que puedes hacer, puedes hacerte daño a ti mismo. - le aprendió al niño con una cara amable -No debes demostrarle a nadie tus habilidades, mientras tu sepas que lo puedes hacer es más que suficiente- dijo acariciando con ternura la mejilla de Izar.

Selene vio todo y se le revolvió el corazón, su hermano no la necesitaría ya que tenia a sus padres para darle el amor que le daba ella.

La madre de Selene le tendió el vaso de jugo mientras le daba un beso en la coronilla haciendo que el entrecejo arrugado de la joven se relajara.

-Gracias, madre- dijo con un  entusiasmo fingido. - ¿Cómo amanecieron?- tomó su jugo y empezó a tomar. El sabor de la naranja dulcemente ácida recorrió la garganta de Selene haciéndola suspirar, tenía tiempo sin tomar cosas azucaradas.

-De maravilla, hija. ¿Y tú?- dijo mientras miraba a los ojos a su niña. La tendría lejos y la extrañaría pero no podía obligarla a quedarse, ella ya era un poco mayor para tomar sus propias decisiones.

-Muy bien- dijo con una sonrisa  - Estoy que despegó de la emoción pero también estoy nerviosa por ir sola- declaró mientras se acariciaba las manos con nerviosismo, este era un tic que tenía cada vez que se encontraba en apuros.

Los padre de Selene dejaron de comer y la miraron, era cierto que no era la primera vez que viajaban pero el nerviosismo de su hija era nuevo. Selene siempre se mostraba con seguridad y era madura, no tanto como su prima o eso es lo que decía su tía Renee; pero algo estaba mal con su niña al comportarse así.

"DESTINO O CONSECUENCIA"|| Edward Cullen y Jacob BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora