Cap. 4 ⭑.ᐟ-EH?!-

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Recorrió patios, pasillos, escaleras y por fin, llegó al despacho del director, toco a la puerta un par de veces y no entró hasta escuchar una afirmación de permiso -Buenos días señora Hinata, Shoyo-kun, es un gusto tenerlos presentes.

-Gracias a usted, entrenador Norimune por invitarnos- se levantó de su silla la señora hinata y realizó una reverencia mientras decía estas palabras.

-Gracias por esta oportunidad- se apresuró a realizar la misma acción de su madre un chico de cabellera naranja.

-Me alegra que hayas decidido venir, espero que el equipo supere tus expectativas y tú superes las mías- respondió sonriendo el entrenador.

-No lo decepcionare- respondió decidido el menor.

-No nos cabe duda, pero si no os molesta, sería agradable tener el tema de la inscripción terminada cuanto antes era posible -Propuso el director sabiendo todo lo que hay que rellenar y lo pesado que puede hacerse.

Pasó la tarde, el entrenador tuvo que irse antes para finalizar el entrenamiento, este se tuvo que ser interrumpido por la llamada del director pero no suspendido por lo cual sabía que ciertos jugadores todavía estaban entrenando y tendría que hacerles entrar en razón.

Un par de gemelos, que estudiaban en esa preparatoria y estaban en el equipo de voley, fueron regañados por entrenador y capitán, parece ser que esta vez era por el tema de sobre esforzarse demasiado tanto como en las prácticas y como entrenamientos "secretos", aunque todo el mundo sabía de ellos.

Llegaron a casa malhumorados, se sabían cada palabra del entrenador, habían recibido tantas veces sus charla que hasta podrían hacer una explicación de las expresiones que muestra la cara de este.

De regreso a casa hablaron, pelearon, se insultaron, se enfadaron y al final se perdonaron, llegaron a la entrada de la vivienda, abrieron la puerta y lo primero que ven en el recibidor son tres maletas dos grandes y otra un poco más pequeña, pero no eran la suyas, ellos sabían como y cuáles eran las  q su madre utiliza para los viajes, y estas no están en ningún archivo de su memoria.

-Buena noches chicos, que tal la escuela?- preguntó desde la puerta de la cocina su madre un tanto siendo respetuosa, por que le importaba un comino lo que hicieran sus hijos amenos que sea malo, entonces dice que si intervendría.

-Lo normal, como siempre  al final nos echaron la bronca por entrenar un poco más- respondió un peliplata teñido.

-Y la clases fueron aburridas- añadió su gemelo pero con el pelo teñido de rubio.- ah! y mamá- intentó captar la atención de su madre.

-si?- respondió sin despegar los ojos del cuchillo.

-De quién son las maletas? Que yo sepa no son ni mías, ni de Samu, y mucho menos tuyas- preguntó intrigado y confundido.

-Se me olvidó avisaros, bueno planeamos que fuera como una sorpresa,  pero bueno, son de un invitado que se quedará por un tiempo en casa, espero que no os importe, y si os importa me da igual, está decidido, no lo podemos echar ahora, viene de Miyagi.- respondió dio segura y decidida la mujer sin esperar respuesta alguna.

-EH?!- articularon los gemelos ante ese diálogo.

-Si, es el hijo d una amiga que va a ser transferido con una beca a vuestra escuela, y no quiero escuchar ni una palabra- -Pero ma- -ni una palabra- volvió a decir pero un poco más seria y amenazando con el cuchillo a los jóvenes, que en estos momentos, mientras yo narro todo esto, temen por su corta vida.

Pasaron unos minutos, los gemelos ya están sentados en la mesa del comedor, que se situaba en la cocina, cayados y esperando a que su madre no los mate.

Se escuchó el timbre de la puerta, Reiko se apresuró a abrir recibiendo al dueño de las maletas y a su madre.

-Pasen, quiero presentarles a mis hijos- Indicó alegre

En cuanto los Hinatas estaban en la puerta de la cocina se inclinaron a la vez para que la mayor dijera suave y amable un saludo formal, al levantar la cabeza y mirar a las personas q tenia enfrente, Yayoi se sobre salto, no se esperaba q los gemelos fueran idénticos menos por color del cabello.

-Sabia q erais gemelos, pero no sabia q os perecíais tanto- soltó una pequeña risa.

Esto hizo q la curiosidad del menor apareciera y al levantar la vista pudo ver a lo q se refería su madre. (En la historia todavía no se conocen porq no habían jugado las nacionales, si se conocieran Shoyo estaría en 2º de preparatoria y todos los de tercero no estarían, también quería que no se conocieran entre sí. )

Abrió los ojos como platos, esto si que no se lo esperaba amigos, no sabia q decir, siquiera como actuar, se paralizó en el sitio, su alma ya hacía tiempo que abandonó su cuerpo, en la sala se incorporó un silencio incomodo,  Yayoi le dió un pequeño golpecito al hombro de su hijo para ver si volvía a la realidad, por suerte funcionó y este miró a su madre rápidamente, con la cabeza, ella le indico que se presentará.

-Bu-buenas noches, Soy Hinata Shoyo, estudiante de 1 grado de preparatoria un gusto en conoceros y gracias por recibirme.- 

Ante los ojos del Gemelo rubio, era el mismísimo sol, que quemaba si lo mirabas mucho tiempo pero te parece extraordinario y sientes el deseo de ver q hay dentro de él, pero sabes que por mucho que quieras descubrilo terminarás quemándote.

Él lo sabía y muy bien, todavía estaba con la boca entreabierta mirando al chico q acababa de conocer, no sabía como era su personalidad, tampoco a que había venido, pero ya lo traía loco, sacudió su cabeza mentalmente ante tales pensamientos, el rubio se estaba preguntando por q había pensado tal cosa, no era gay, le gustaban las chicas, o eso cree, pero ver a el menor, con esos ojos inocentes, de decir q nunca a tocado a una mosca le parecían cautivadores, más ese color extraño de cabello que se había puesto, por q se niega a pensar q es natural.

El rubio recibió un zape, era de su hermano, al parecer el ya se había presentado y le tocaba a su hermano, todavía pedido volteo a ver al anaranjado y a su hermano repentinas veces, hasta q su madre carraspeo la garganta y apretando los dientes y con una sonrisa más falsa que el 30 de febrero pronunció entre dientes "presentate".

-BU-Buenos Días S-Soy A-Ats-umu, Te gustaria D-Desayunar-  creo q lo ha dicho mal, nose diganme loco.

Después de decir eso se percató de su error, estaban a punto de cenar y ya eran como las 8 de la noche, en q estaria pensando para decir todo lo contrario, escucho una risa, era su hermano iba gritarle pero escucho una pequeña risa, al girar la vista vio algo maravillosos, ese niño anaranjado está riendo con la mano en la boca para que no saliera el sonido, se olvidó de su hermano y se centró en escuchar la risa mas angelical.

Mientras tanto las adultas veían la escena con gracia les parecía curioso la reacción de los gemelos y como el rubio estaba embobado con su nuevo invitado.

Reiko solo podía pensar una cosa «esto va a ser muy divertido, pero q muy divertido».

La cima, JA!   LA CONSEGUIRE DONDE SEADonde viven las historias. Descúbrelo ahora