La cena de la empresa de Mery estuvo muy bien, nos presentamos todos como familia unida y nos fuimos. Hacía tiempo que no veía a mi "madre" y a su marido, después de que me operaran me tuve que quedar en casa de mi padre y de Mery. Me tenía que ir de viaje con ellos por orden judicial, a mi especialmente este viaje no me llamaba la atención, pero intentaría disfrutarlo al máximo, sin preocupaciones y manteniéndome lejos de Noah. Estaba terminando de hacer la maleta cuando alguien interrumpió en mi cuarto.
-Te voy a echar muchísimo de menos. - Me dijo Alex abrazándome por detrás y dándome un cariñoso beso en mi cabeza.
-Y yo a ti.
- ¿Porque no puedo ir contigo? soy tu novio joder. - Me dijo tirándose encima de mi cama.
-No puedes venir conmigo porque es un viaje con la familia de mi madre. Por mucho que seas mi novio eres familia de mi padre.
-Odio a mi suegra. - Me dijo mientras se ponía un cojín en la cabeza.
- ¿Suegra? - Le dije poniendo mis brazos cruzados.
-Sí, se dice así ¿no? - Me dijo quitándose el cojín de la cara y mirándome fijamente.
-Me da pena decirte esto, pero no tienes suegra, amor. - Le dije tumbándome al lado suya.
-Oh ya lo pillo, pero si tengo suegro ¿no?
-Tienes algo mejor que un suegro, tienes un Suegrastro.
-Joder sí que soy afortunado.
-Perdona amor mío. Eres afortunado por tenerme a mí, no te engañes.
-Cierto, pues ya que soy un buen afortunado de tenerte a ti. Me gustaría aprovechar ya que nos quedan una hora juntos. - Me dijo besando mi cuello de forma cariñosa.
-Bueno vale, pero sin ruido.
-Como un ninja amor.
Después de nuestro último polvo, me ayudó a terminar de preparar la maleta. Nos íbamos a Menorca, es una isla que nunca había visitado y me hacía mucha ilusión. Lo que más me quitaba la ilusión era tener a Noah más de siete días conmigo, pero nada iba a dejar que lo arruinara. Por suerte mi padrastro había cogido una habitación de hotel para mi hermano y para mí. Alex y Henry ya se conocían y por él se hubiera traído a Alex lo único que lo impedía era la maldita ley y mi "madre".
Cuando ya era la hora de irnos mi "Madre" y Henry llegaron a casa de Mery y mi padre para recogeros a mi hermano y a mí para ir al aeropuerto. El único que salió a ayudarnos fue Henry, mi padre se acercó para ayudar a Henry a meter nuestras maletas en el maletero de su nueva furgoneta. Mi padre y Henry se llevaban muy bien, Henry fue el que me ayudó a que me operarán la rodilla temprano y mi padre se lo agradeció. Mi único problema con la rodilla es que, si iba a andar o hacer deporte tenía que llevar una rodillera feísima, siempre se me olvida ponérmela, pero Alex me obligó a llevármela para que Henry me vigilara. El camino hacia el aeropuerto lo hice escuchando música y escribiéndole a Alex.
Cuando llegamos al aeropuerto, todavía quedaban dos horas para que el avión despegara, así que nos fuimos todos a comer a un italiano carísimo que había en el aeropuerto. Yo me pedí una pizza compartido con Sofía y los demás cada uno su plato de pasta. Me llevaba muy bien con Sofía a pesar de ser muchísimo más pequeña que yo, realmente hacia tanto tiempo que no la veía que la echaba muchísimo de menos. Cuando estuve mala de la rodilla, ella celebró su cumpleaños y no pude ir, así que recordé que había metido en mi mochila su regalo de cumpleaños.
-Sofía, tengo un regalito para ti. - Le dije abriendo la mochila para sacar un paquete de color rosa fucsia.
- ¿Qué es? - Me dijo moviendo el paquete para intentar adivinar lo que había dentro.
YOU ARE READING
El mundo en mi contra
Teen FictionAlice una chica de 17 años no pasa por el mejor momento de su vida después de la separación de sus padres, sin embargo conoce a los que será sus dos nuevas familias con los que digamos tiene unas aventuras con sus hermanastros que no se lo ponen nad...