Un abrazo de disculpa.

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  Al llegar a la biblioteca veo que ya está ahí, como siempre, esperando sentado mi querido Zayne.

  No diré que ando al cien, pero los cuidados de mi familia, pese a hacerme sentir inútil por no lograr mantenerme controlada, me han ayudado a reunir la fuerza y el ánimo para salir de casa y no dejar mal a Zayne.

  He estado comiendo muy ligero, sigo saltando me alguna comida, por lo que al medirme un top ajustado, me di cuenta que había adelgazado más, incluso alguien como Zayne que no sabe esta parte de mi se daría cuenta que adelgace en muy poco tiempo. Por lo que hoy ando con camisa dos tallas más grande que la mía y sudadera, ayuda mucho a ocultar lo que adelgace, y mi estado de ánimo me impide pensar que pensaran de cómo ando vestida. Aunque no se ve tan mal, vi en Pinterest que hay chicas que se visten así. Incluso podría posar junto a Zayne y lograríamos recrear una de esas imágenes de parejas aesthetic, así que no se ve tan mal tampoco, me queda bien y me gusta. ¿Y como no? Si a mí todo me queda bien, ponga lo que me ponga. Personalidad robada a un libro que me encanta que leí y releo cuando mi ego y autoestima baja.

  Con ganas de morir pero con autoestima y ego más allá del universo. Asies

  Porque débil, dependiente de mi familia cuando me ahogo en mis emociones, mi alma hecha grietas total, no quiere decir que tenga que ver con la forma en como me veo, porque como sea que ande me veo inalcanzable, espacialmente porque lo soy, no dejo que nadie se me acerque, soy amable y respetuosa, puedo tratar con quién me saque conversación y me caiga bien, pero muy selectiva con quién dejo entrar en mi vida y tomarle cariño.

  Y Zayne se ganó un lugar en mi corazón pese a todo.

-Hola.

  Saludo sonriendo mientras me siento en la silla donde él ya había ubicado a su lado.

-Te ves preciosa. -dice mirando mi vestimenta.

  Río ligeramente.

-Lo sé, siempre me veo así.

  Ríe también.

-¿Cómo estuvo ese viaje familiar?.

  ¿Viaje familiar?

Estoy a nada de hacer cara de confusión y preguntar a qué se refiere cuando lo recuerdo.

Joder, casi meto la pata.

-Aburrido. -muerdo mi labio y luego lo miro a los ojos. -No fue nada interesante, no hice más que saludar y estar en el cuarto encerrada leyendo porque todos son de la edad de mi abuela y mi mamá y es re incómodo convivir con personas que esperan que lo trates como familia cuando los ves literalmente una vez cada tres, cuatro o cinco años.

Y no miento, esa es mi experiencia cada vez que los visito. Y también estuve encerrada. corrijo; una mentira a medias.

-Olvidándonos de mí, ¿Qué tal estuvo tu semana?.

  Me mira fijamente. Veo como si mirada recorre mi rostro, ¿Es capaz de darse cuenta que algo no estuvo bien conmigo?. Espero y no.

  De repente estira su mano a la parte baja de la silla y me acerca mucho a él, seguido a eso, pasa sus brazos alrededor de mis hombros y me abraza con un poco de fuerza. Mi rostro en su pecho.

  Huele muy bien, pero igual me tenso. ¿Se habrá dado cuenta?

-Estuve pensado en ti. -murmura dejando caer sus labios a mi cabello, cerca de la coronilla. -y te doy este abrazo como disculpas. Estuve muy mal, y aún así te pusiste en mi lugar.

  Aaah, como disculpas.

  Me relajo.

  Paso los míos por su cintura y me aferro a su espalda, y le correspondo de la misma manera.

  Esta vez me permito sentir la calidez de éste abrazo, escucho el sonido de su corazón latiendo fuerte, tanto como el mío, porque se siente bien estar así y me asusta lo cómoda que me siento. Aunque me enfoco más en como huele.

   Su corazón, al igual que el mío, se calma una vez que nos adaptamos al otro. Un abrazo que quizás él necesitaba, y uno que definitivamente, y sin haberme dado cuenta, yo también.

   Cuando se aleja un poco su mirada va a la mía, sus pupilas están dilatadas y los ojos un poco brilloso, pero siguen siendo la misma mirada profunda de siempre y muy azules con las motas de sus diferentes tonos de azules. No sé cómo estaré yo, seguro con la mirada igual de brillosa porque luego luce complacido. Y relajado.

-Deberíamos abrazarnos más seguido.

  Esa idea me gusta, bastante.

-Deberíamos.

  Un último abrazo y se separa de mi y se acomoda en su silla, sin embargo, no se aleja de mi ni yo de él.

  Me acomodo en la mesa como de costumbre y el comienza a leer.

  Ese abrazo me relajó más de lo que quiero admitir.

  Espero más abrazos reconfortante como esos, me ayudaría a agarrar fuerzas y ánimo. Y quizás él también los necesite. 

Belleza en la oscuridad. EDITADA .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora